Las dos últimas infraviviendas situadas en la calle Párroco Matías Artiles del Barranquillo Don Zoilo, con los números 25 y 27, fueron derribadas ayer. El proceso de demolición, que está presupuestado en 33.000 euros y comenzó a primera hora de la mañana, se inició después de que las dos personas que vivían como ocupas en una de ellas la abandonasen de manera voluntaria. Las casas, situadas en una parcela contemplada por el Plan General de Ordenación (PGO) como ensanche de calle y espacio libre, fueron las últimas en caer de las cinco que comenzaron a expropiarse en el año 2006. Tras el proceso de desescombro, comenzarán a realizarse las tareas de acondicionamiento y ajardinamiento de taludes, el área de juegos biosaludables, el mirador, así como la construcción de una cancha de petanca previstos para dar otro cariz a la zona.

Esta actuación, se trata de la segunda fase de la Intervención socio-urbanística en esta parte del Barranquillo Don Zoilo, donde se demolieron en el último año un total de tres viviendas. Las edificaciones se encontraban situadas sobre suelo expropiado por el Ayuntamiento capitalino, que afecta a una parcela de 1.500 metros cuadrados -justo frente a la Cooperativa de taxistas.

Tras la incautación -que comenzó en 2006 y finalizó seis años más tarde- de los terrenos en los que en concreto se cimentaban los número 19, 21, 23, 25 y 27 cuyos propietarios abandonaron sus hogares, varias personas ocuparon tres de las cinco casas de forma irregular.

Estas viviendas fueron ocupadas por tres familias -siete personas en total-. Con ellas se llegó a un acuerdo por parte de los Servicios Sociales. Se les ofreció una ayuda para el alquiler durante 24 meses, a la que accedieron todos a excepción de una pareja que residía en el número 27. Ambos finalmente accedieron a dejar la casa para el derribo tras un proceso judicial.

El derribo, que se llevó ayer a cabo por la empresa Excavaciones Graval S.L. supuso un importe de 33.000 euros. En esta ocasión, tan solo las dos únicas viviendas que quedaban en pie fueron las que se vieron afectadas. Con la demolición se produjeron leves retenciones de tráfico, al tener que ser cortada la carretera que sube al Barranquillo para evitar que conductores y vehículos sufrieran algún daño por la caída de escombros. Precisamente la retirada de los cascotes resultantes está prevista que dure, al menos, una semana, según el Ayuntamiento capitalino.

El Consistorio dispone ya de un proyecto redactado para esta zona. La iniciativa contempla una mejora de los accesos al Barranquillo Don Zoilo, el acondicionamiento y ajardinamiento de taludes, un mirador, la construcción de una cancha de petanca y la creación de una zona de juegos.

Esta actuación municipal se une a la realizada en octubre pasado en Altavista. Barrio en la que se demolieron una quincena de infraviviendas dentro del proyecto de regeneración de la zona. Este área, articulado en torno al emblemático edificio de la Iglesia Coreana, será recuperado para la capital como espacio libre destinado. Así lo recoge el planeamiento de la ciudad, con la construcción de un gran mirador desde donde se podrá divisar toda la plataforma baja de Las Palmas de Gran Canaria. Asimismo incluirá la instalación de senderos peatonales, jardinería y zona de aparcamiento, financiado con cargo al Plan de Cooperación del Cabildo de Gran Canaria con 200.000 euros.