La viceconsejera de Educación del Gobierno canario, Manuela Armas, ofreció ayer a los padres de los 350 niños matriculados en el nuevo CEIP de Siete Palmas, trasladar a la mayoría de los escolares al viejo colegio Castilla, hasta que terminen las obras en el centro. Así lo informó ayer Manuela Armas, quien lamentó que el retraso en las obras del colegio haya impedido iniciar las clases y aseguró que Educación está intentando que la empresa Comsa, adjudicataria de las obras, concluya los trabajos el próximo 8 de octubre. Los padres han aceptado la propuesta, pero inician esta tarde una serie de concentraciones delante del nuevo colegio para exigir su apertura.

Tal y como acordaron el pasado lunes, los padres no llevaron ayer a sus hijos al colegio, al considerar que el Boliche -que ha sido reabierto tras su cierre el pasado curso- no reúne condiciones para impartir las clases porque está desbordado. Los padres también rechazaron la instalación de dos aulas modulares, pero lo que más indignación les produjo fue la eliminación del servicio de comedor y de la acogida temprana y la práctica desaparición del patio.

En concreto, lo que ofertó Armas a los padres fue trasladar a todo el alumnado de Primaria al colegio Castilla, situado en la frontera entre Vegueta y la Vega de San José, y dejar en el Boliche a los seis grupos de Educación Infantil. Las aulas modulares serían eliminadas y la Consejería ofrece a los padres un servicio de guagua, que recogería a los escolares de Primaria en el Boliche, sobre las ocho de la mañana y los devolvería tras las clases o el comedor. El reparto de los niños entre los dos centros, explicó Armas, permitirá implantar el comedor y la acogida temprana.

Según la viceconsejera, si los padres aceptan la propuesta, las clases empezarían "entre el lunes y el martes próximo. Estamos esperando la respuesta de los padres para preparar la guagua y equipar los centros". "Yo lamento lo que ha pasado y entiendo la preocupación de los padres. Tengo que disculparme porque es un trastorno para los niños. Entendemos que los padres tengan interés en que sus hijos empiecen las clases en tiempo y forma pero ese también es el objetivo de la Consejería. La empresa nos aseguró en junio que las obras estarían terminadas el 30 de agosto. Hemos hecho todo lo posible para que ese centro se acabara a tiempo. Eso no lo puede dudar nadie ". Añadió que no ha sido posible convencer a los directores de la obra para que permitan impartir las clases en el Siete Palmas, mientras se terminan la cancha y el aparcamiento, y rechazó que la negativa de la empresa se deba a que la Consejería de Educación no les ha pagado. "Hemos pagado este año más de un millón de euros. Esta obra nos ha costado más de un millón sobre lo presupuestado inicialmente, por el error en el proyecto del muro de contención", que ha sido la causa principal que originó el retraso de los trabajos.

Por su parte, el sindicato STEC-IC informó de que denunció ayer ante la Fiscalía de Menores la situación de hacinamiento e inseguridad para el alumnado existente en el CEIP Boliche, debido a la no terminación, en tiempo y forma, de las obras del nuevo centro escolar de Siete Palmas. Tras pedir la dimisión del director general de Centros, Demetrio Suárez, la central dijo que esta situación es una muestra de "improvisación y negligencia" por parte de la Consejería.