El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a través de la Concejalía de Salud Pública, ha llevado a cabo este lunes 6 de octubre una prueba piloto con águilas de Harris para medir la eficacia que puede tener el uso de aves rapaces, como águilas y halcones, en el control demográfico de la población de palomas en la playa de Las Canteras.

La concejal de Salud Pública, Mimi González, acompañada de la veterinaria municipal, Juana Mangas, y los especialistas en control de fauna urbana de la empresa de servicios integrales Necaex, Carmelo Walo y Antonio Redondo, han presentado este sistema con varios ejemplares de esta especie de rapaces, que han reconocido el terreno en esta zona de la playa con sus adiestradores. Las aves estarán listas para volar la zona en unas dos semanas, para tratar de ahuyentar con su presencia a las palomas en esta zona de la ciudad.

El vuelo de de las águilas e incluso su presencia sirve para provocar incomodidad en la población de palomas en la playa. El uso de la cetrería para controlar estas aves se basa en el miedo genético que soportan estas aves hacia sus principales depredadores, las rapaces, lo que les obliga a desplazarse para evitar su encuentro.

Este sistema, que se utiliza de manera habitual en los aeropuertos, es considerado por los expertos como un método eficaz, selectivo, ético con el bienestar animal y sostenible. El Consistorio municipal, después de esta primera prueba, evaluará sus resultados como posible sistema complementario en las campañas periódicas que se llevan a cabo para alcanzar un censo sostenible de estas aves en la ciudad.

Balance del control demográfico de palomas

El servicio de control de plagas ha interceptado entre enero y septiembre de 2014 un total de 4.835 palomas, frente a las 3.427 capturadas en los 9 primeros meses de 2013. La concejal dijo que gracias al trabajo continuo de los operarios del servicio de control de aves urbanas, su número no se incrementa a pesar de ser una especie que se reproduce con gran facilidad, con hasta cinco nidadas al año.

En la Playa de Las Canteras, desde la Plaza de La Puntilla, hasta los jardines del Auditorio Alfredo Kraus, el control demográfico ha permitido capturar un total de 1.140 palomas.

El ayuntamiento utiliza para el control de estas aves diferentes sistemas, entre ellos, el lanzamiento de una red de captura en unos 70 puntos de la ciudad, con una especial atención al entorno de la Playa de Las Canteras, en la Plaza de La Puntilla, Mercado del Puerto; a la altura de los hoteles Cristina y Reina Isabel, en el Paseo de Las Canteras; en zona de la clínica San José; en las calles Tenerife, Fuerteventura, Hierro, los Martínez de Escobar, Olof Palme y Churruca; en La Cícer y en los Jardines del Auditorio Alfredo Kraus.

Otro de los sistemas que se utilizan para el control de las aves urbanas son las jaulas trampas, estructuras metálicas de malla, equipadas con un sistema de agua y comida, y una trampilla de sentido único que permite entrar a las palomas pero no salir. Estos equipamientos se ubican en distintos puntos de la capital, como el Parque Juan Pablo II, la clínica San José y el Club Victoria en el Paseo de Las Canteras, y en edificios particulares, a petición de los vecinos, siempre que reúnan condiciones para hacerlo.

Una de las actuaciones de captura de estas aves urbanas más llamativas, se realiza dos veces al año, con un innovador sistema que impulsa una red de unos 25 metros, con un cañón de gas, en zonas de alta concentración de palomas.

Hábitos ciudadanos para evitar la colonización de palomas

La Concejalía de Salud Pública recomienda que no se alimente a animales que puedan constituirse en plaga, que se mantengan limpias y en buen estado las fachadas, cornisas y azoteas, adoptando medidas de protección de los edificios, como mallas invisibles, filamentos o varillas, que impiden que las aves se posen o aniden.

Los ejemplares capturados se someten a tres procesos. Por una parte, se toman muestras para conocer el estado de salud del animal. El segundo proceso es la selección de las palomas anilladas. Estos ejemplares se entregan a la asociación colombófila para que sus dueños puedan recuperarlos. Por último, los veterinarios de Salud Pública liberan a aquellos ejemplares de especies protegidas, en caso de haber sido capturadas.