La contaminación provocada por la llegada de grandes cruceros al puerto de Barcelona afecta a la calidad del aire de la ciudad condal e incluso a unos 400 kilómetros más allá, hasta los Pirineos, Aragón y Comunidad Valenciana, según denunciaron esta semana organizaciones ecologistas y de vecinos. María García, de Ecologistas en Acción de Cataluña; el doctor Axel Friedrich, de la Unión para la conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (Alemania), y el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, Lluís Rabell, presentaron estos datos sobre el impacto del mercado de los cruceros en el marco del Congreso GreenPort, que se celebra en la Ciudad Condal.

Friedrich aseguró que se han medido concentraciones de hasta 428.000 partículas ultrafinas por centímetro cúbico cerca de las terminales de cruceros del puerto. Estos niveles superan, muy de largo, la concentración de partículas que se pueden dar en una calle con un alto nivel de circulación de vehículos, como la avenida Meridiana de Barcelona, con entre 20.000 y 30.000 partículas, ha explicado.

Por su parte, el responsable del área de Medio Ambiente del Puerto Autónomo de Barcelona, Jordi Vila, indicó a los periodistas que esta institución estudia desde 2006 las dos alternativas más viables para que los cruceros no contaminen el aire cuando están atracados: su conexión a la red eléctrica o cambiar el combustible de gasoil a gas.