Atención a las siguientes líneas porque en ellas se describirán los pasos necesarios, hasta ahora desconocidos, para conseguir un fenómeno que pondrá en jaque a los videntes y cazadores de espectros de todas las partes del mundo. He aquí el modo casero y bastante sencillo de crear un fantasma, que desaparecerá con tan solo abrir el cubo de la basura. Los materiales que hace falta tener a mano son: una -o varias- bolsa de plástico para guardar bocadillos o congelados, un poco de agua y un puñado de piedras de hielo carbónico -que se conoce también como hielo seco-. El primer paso es llenar con un poco de agua la bolsa -con tres o cuatro dedos va bien-. Después se añaden los cubitos de la nieve carbónica y se cierra muy, muy bien la bolsa. Que nadie se asuste cuando empiece a salir humo, porque si es así es síntoma de que el ser fantasmagórico está comenzando a engendrarse adecuadamente. En cuestión de segundos estará listo, pero para ello hay que sostener el plástico con fuerza para evitar que se escape -si lo consigue, basta con tener un poco de Blandy Blue para capturarlo en pocos minutos-. Porque lo va a intentar y con eso hay que contar. De hecho, manifestará su deseo con pequeñas explosiones dentro de su cárcel plastificada. Que tampoco cunda el pánico porque este el efecto que provoca el contacto del agua con el hielo carbónico: "se sublima, hace humo blanco y explota". Así lo explicó Elena Jorge Medina, la profesora Pitonisa, que ayer realizó el taller junto a su compañero Javier Martín Aparicio, el profesor Susto, para los más pequeños que acudieron a la vigésima edición del LPA Sunday Shopping Party.

La actividad que desarrollan los chicos de Ciencia Divertida, no es la única que logra captar la atención de los niños que disfrutan de una mañana pensada, sobre todo, para ellos en la calle Triana. Desde las 11 de la mañana, los más chicos de la casa tienen un amplio abanico de divertidas posibilidades para elegir. Pintarse la cara con motivos de Halloween es una de las cosas más demandadas. No obstante, es la Pared Mágica apostada entre los números 70 y 72.

El panel imantado y decorado con telarañas es el que reúne a más interesados en probar eso de desafiar las leyes de la gravedad. La fila de chiquillos crece por segundos y los encargados del taller casi que no dan abasto. El procedimiento siempre es el mismo: el niño tiene que meter las manos en unos guantes que tienen dos potentes imanes y después encajar sus pies en unas estructuras también magnéticas. Una vez está todo bien ajustado, hay que pegar todo el cuerpo a la pared para que dé comienzo la aventura en dirección la cielo. La cosa no es tan sencilla como parece. Cada movimiento requiere tanto de fuerza como de destreza y a los niños les tienen que ayudar un poco en el ascenso. Nada que les preocupe ni que le haga echarse para atrás. ¡De eso nada, a gatear por el mural se ha dicho! Aarón Tomás Pimentel, de nueve años, es uno de los que se ha atrevido y, aunque le ha costado mover las piernas, asegura que es una "experiencia muy guay" y por eso no dudaría en repetir si no hubiese que hacer de nuevo una larga cola para ello. A Alan Peligero Rouneau le ha llegado también su turno y a sus seis años se dispone a subir vestido de esqueleto.

A pesar de que la temática de laque ya se consolida como la vigésima edición del LPA Sunday Shopping Party estaba enfocada al Día de los Difuntos, son pocos los que se animan a colocarse de nuevo un disfraz de Halloween. Tan solo algunos pequeños lucen sus terroríficos atuendos y corretean por la vía junto a sus padres. De esta forma, la de ayer fue la última jornada en la que se vieron calabazas, fantasmas o vampiros hasta el año que viene. Todavía que da una bruja por la calle Mayor y tiene una verruga que los chicos tienen que pinchar, pero con los ojos vendados. Y es que Triana también se convirtió en el espacio donde se desarrolla el Halloween Games, con talleres como el Ghost Card, Halloween Bingo, Skeleton Game y Pin the wart on the wich. Asimismo, los chiquillos pueden aprender a hacer manualidades con castañas en la actividad Minimoon.

Son muchos los que se acercan a la céntrica zona comercial para disfrutar del primer domingo de mes con las tiendas abiertas. La oferta de actividades también pasa por el parque San Telmo, donde continúa la exposición Ilusionismos ,¿magia o ciencia?, en la que se pueden experimentar todas ilusiones ópticas, levitar, crecer y empequeñecer tal y como lo hizo Alicia en el país de las maravillas. Además, numerosas instituciones abren sus puertas de manera gratuita a los ciudadanos. Entre ellas están el Centro Atlántico de Arte Moderno, Casa Colón, Museo Canario, Casa-Museo Pérez Galdós y San Martín, así como la Sala San Antonio Abad.

Mientras algunos pasean o salen y entran de los numerosos establecimientos que permanecen abiertos hasta las seis de la tarde, el Dúo Hesperia da un concierto de obras de jazz y músicas del mundo en el Teatro Pérez Galdós. El número está compuesto por saxofón y guitarra y los asistentes pueden disfrutar del espectáculo por tan solo siete euros. Para entrar en el Museo Canario también hay que pagar, pero algo menos: 4 euros la entrada general, y 2,40 euros para estudiantes, desempleados y pensionistas. Al mismo tiempo, en la plaza del Pilar Nuevo, se celebra el tradicional Mercadillo de Artesanía en el que, como cada domingo, los 39 orfebres ponen a la venta sus productos de alfarería, marroquinería, bisutería, complementos, alimentos tradicionales, repostería tradicional, turrones artesanales, literatura canaria, calados y bordados, flores y plantas, tetería, muñequería y artesanía mexicana, amenizados por el folklore de la parranda Tamadaba.