¿Qué recuerdos tiene de su paso por las Salesianas?

Fueron unos años muy felices, aunque solo estuve los cuatro años de Secundaria porque Primaria lo curse en Escaleritas, en San Miguel Arcángel, cerca de casa de mi abuela, con quien estaba porque mis padres trabajaban. Entré al centro porque mi mejor amigo de la Infancia, Jonás Torres, estudiaba allí. Luego hice primero y segundo de Bachiller en La Isleta, en el centro al lado de la comisaría, porque en el colegio no había. Me hubiera encantado quedarme.

¿Qué le enseñaron las monjas?

Yo ya era creyente porque desde pequeño mi abuela me enseñaba a rezar, pero las monjas me enseñaron a serlo más. Luego, con esto del fútbol te vuelves más supersticioso y siempre te encomiendas por si acaso. Creo que todo el mundo lo hace, sea a Dios o a su Karma.

¿Era buen estudiante?

No era de sacar buenas notas; me conformaba con el cinco para aprobar y para que mi padre me dejara seguir yendo a entrenar al fútbol, que era lo que más me gustaba.

¿Hizo alguna gamberrada?

No, era buena gente, aunque me juntaba con el grupillo de los gamberrillos.

¿Qué tal eso de ir a misa y confesarse?

La verdad es que a esas edades nos alegrábamos mucho de ir a misa porque perdíamos clases. Ja, ja, ja. Lo de confesarse, gracias a Dios, iba el que quería.

¿Recuerda a alguna monja o maestro en especial?

A Sor Teresa, que nos cuidaba a todos en el patio y que me dio clases de Ciencias en primero y segundo. Luego se fue a Sevilla y recuerdo que el día que se marchó, lloramos todos; lo típico. Cuando estuve en el Sevilla me acerqué a verla con mi amigo Jonás, que casualmente estaba allí. También me acuerdo de Sor Tere, que me daba Historia, del profesor Zambrano, de Angélica, de Luis. Siempre que puedo paso por el centro porque muchos de los profesores que me dieron a mí clase siguen ahí. Se alegran mucho de verme.

¿Hizo muchos amigos?

Bastantes, más que en el San Miguel Arcángel. Aunque los veo poco, ahora con las redes socia- les tenemos un grupo y nos wasapeamos.

¿Qué diría del colegio como centro educativo?

Que es un centro muy familiar. Era como una familia porque los profesores llevaban mucho tiempo. Hacíamos además muchas convivencias con otros colegios.

¿Qué tal en el Córdoba CF?

No termino de arrancar. Llevamos diez jornadas pero no estoy jugando lo que quería. Tengo ganas así que no me queda otra que entrenar, trabajar y esperar.