Los pañales de tela fueron uno de los éxitos comerciales que tuvieron los almacenes Cardona. Venían desde China y Francisco Espiau asegura que se vendían como "fardos". "No eran como los de ahora sino de tela; había que lavarlos para volver a usarlos, pero tuvieron muchísimo éxito. Todos los meses venían dos contenedores llenos y se vendían", apunta. En la víspera de Reyes, los grandes almacenes eran la estrella del comercio de Triana. No solo porque abrían hasta las doce de la noche sino porque, a partir de esa hora, se liquidaba la sección de Juguetería. Concepción Cruz recuerda que aquella política de la empresa venía de perlas a muchas familias necesitadas que hacían cola a las puertas del establecimiento para hacerse con algún artículo para sus pequeños. "A algunas familias incluso se los apartábamos antes". LA PROVINCIA