Cardona, inconfundiblemente nuestro. Era el eslogan publicitario con el que la empresa de los hermanos José, Manuel, Rafael y Valentín Rodríguez, más conocida como Almacenes Cardona, encandiló a miles de consumidores canarios durante varias décadas desde que abrió a principios de los años 60 del siglo pasado en pleno corazón de la ciudad. El comercio, una de las primeras galerías que se abrieron en Las Palmas de Gran Canaria con capital isleño antes de que los grandes almacenes de Mesa y López le hicieran sombra, cerró en 1995 por sorpresa para sus trabajadores por desacuerdos entre los socios y falta de relevo generacional dejando a unos 300 empleados en la calle. Casi 20 años después de su cierre, 100 trabajadores de aquellos emblemáticos almacenes se reunieron ayer en la Casa de El Hierro para recordar los viejos tiempos.

La alegría envolvió a estos compañeros de fatigas comerciales; muchos de los cuales no se veían desde aquellos fatídicos días en que, por sorpresa, comenzó la reestructuración del negocio con dos expedientes de regulación de empleo a 47 trabajadores fijos, el cierre de cuatro plantas de los grandes almacenes para, meses después, liquidar y cerrar.

Los míticos Almacenes Cardona tuvieron sus orígenes en Teror, donde la familia Rodríguez Cardona poseía una tienda. En 1963 se instalan en la capital en la subida de San Pedro vendiendo telas y, posteriormente; en 1979, trasladan el negocio al número 28 de la calle de Triana. La tienda tiene dos plantas y un sótano en la que se sigue vendiendo telas para confección y lencería de casa. E incluso vende al por mayor a empresarios de Lanzarote, Fuerteventura y La Palmas.

El negocio marcha y los hermanos se arriesgan a abrir en los años 80 unas galerías comerciales en toa regla casi al pie de la otra -donde hoy se ubica Bankia-. Los almacenes -seis plantas comerciales, dos sótanos y una cafetería- venden de todo. Desde lencería, ropa para señora, caballero y niño, pequeños electrodomésticos, discos, perfumes, cosméticos, jueguetes;entre otros artículos. No faltan ni los souvenirs.

Francisco Espiau entró a trabajar en la empresa como jefe de compras en los primeros almacenes de la calle Triana en los años setenta. Para, posteriormente, pasar al segundo establecimiento y recorrer diferentes departamentos hasta llegar a gerente de planta. De los primeros almacenes recuerda que había mucha clientela de los pueblos, especialmente comerciantes de Gran Canaria y de las Islas, que compraban al por mayor con un "sistema de vales" en vez de llevar dinero en mano.

Las galerías revolucionaron el pequeño y tradicional comercio de Triana a pesar de que en Mesa y López ya funcionan Galerías Preciados y El Corte Inglés, que abrieron en 1971 y 1977, respectivamente.

"Estábamos llenos todo el día y éramos un reclamo para el resto de las pequeñas tiendas de Triana; a las que no les gustó mucho que nos sumáramos a la apertura de los sábados por la tarde que ya hacía El Corte Inglés", continúa Espiau, uno de los organizadores del encuentro y uno de los últimos que salió de la compañía, que llegó incluso a tener otra tienda en la calle Rafael Cabrera dedicada a la Juguetería.

Concepción Cruz del Pino, una de las responsables de que hoy [por ayer] estén todos juntos gracias al washap, trabajó de 1979-1985 como cajera central en la quinta planta de los Grandes Almacenes. De su paso por la empresa recuerda el ambiente de "unión" que se respiraba entre los trabajadores "donde no había distinción ni entre una cajera o jefe de sección".

Esa misma unión ha quedado patente veinte años después porque a la cita ha acudido personal de todas los departamentos y de los diferentes puestos, incluido el seguritá del establecimiento.

Cruz, que se marchó antes de que la empresa cerrara a Lanzarote por cuestiones familiares, y donde aún vive, subraya que Almacenes Cardona siempre se distinguió por la "atención" de sus empleados hacía el cliente.

"Fue muy positivo profesionalmente porque los empresarios se preocuparon mucho porque estuviéramos al día tanto en tácticas de venta, contabilidad, atención al público, normas de seguridad por lo que siempre estábamos haciendo algún curso", añade.

Los dos ex compañeros recalcan que trabajar en Almacenes Cardona fue todo un referente en sus curriculums ya que muchos de ellos terminaron después en grandes superficies comerciales o ganándose la vida de comerciales.