"La querella por injurias la presentaré a Luis Ibarra cuando cese en el Puerto, para que no se pague a los abogados con dinero público". El tweet lo publicó en su perfil, a primera hora de la mañana de ayer, el expresidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas Javier Sánchez-Simón. De esta forma, anunció una acción judicial contra el actual mandatario en La Luz, que este lunes comunicaba a los medios la decisión del consejo de administración de trasladar al Fiscal el expediente de las obras de la segunda fase del dique de La Esfinge. Unos trabajos que se adjudicaron en 2007, en los últimos días en el cargo de Emilio Mayoral; que se prolongaron durante toda la etapa de Sánchez-Simón, que ocupó el sillón de mando en el muelle hasta 2011; y que fueron recibidas finalmente en julio de 2012, con Luis Ibarra en el puesto.

Esta no fue la única manifestación del expresidente en la red social Twitter. "Es una vergüenza que Luis Ibarra pretenda involucrarme en la recepción de una obra que él recibió y liquidó ocho meses después de yo cesar", apuntó en una actualización anterior.

Este lunes, Ibarra declaró en rueda de prensa, tras la sesión del órgano de gobierno en La Luz, que "algunos intentan echar la culpa a los siguientes, pero yo no voy a entrar en ese juego". También comentó el máximo responsable actual en el muelle que "eso es lo que yo me encontré al llegar", tras repasar los hitos de un expediente que previsiblemente llegará al Ministerio Público a finales de esta semana.

A las 16.30 horas de ayer Sánchez-Simón volvió a tuitear sobre el controvertido dique: "¡Últimas noticias! Ibarra ha encontrado el Libro de Órdenes de La Esfinge, pensó que era Harry Potter. Creyó que las multas a UTE eran magia". Aludía a unas declaraciones del actual mandatario en las que apuntaba que "había partes del libro que no aparecían". Sánchez-Simón expresó ayer que esta documentación estaba en el juzgado, en la causa que indagaba sobre el fallecimiento de un trabajador en el desarrollo de las obras.

El antecesor de Ibarra definió los trabajos este fin de semana, en una carta remitida a este periódico, como "una obra complicada", que "ha llegado a generar una imagen indecente de una actuación sorprendente que ha permitido generar en el público la sensación de lo contrario a la realidad".

En la misma misiva, Sánchez-Simón manifestó que "la obra se terminó, pero en mi época no se hizo la recepción final, el equipo de técnicos de mi época no hizo la verificación final de que la obra estaba perfectamente concluida, lo cierto es que lo pudo hacer, pero no fue así". Y añadió que "tampoco este equipo hizo la liquidación final de obra, las cuentas".

El anterior mandatario en el Puerto de Las Palmas apuntó que la segunda fase de La Esfinge "en mi época no se aceptó, lo que debía dar lugar a penalizaciones, retrasos en la obra". Y explicó que "no se aceptó porque no estaban justificados, el contratista no invocó ninguna justificación razonable para esta situación".

"Sin penalización"

A continuación, Sánchez-Simón explicó que Ibarra "recibe la obra diciendo que está conforme al proyecto, liquida el importe de la misma sin aplicarle ninguna retención ni penalización y además le concede, con la obra acabada, un nuevo plazo de ejecución porque entiende que ahora sí está justificado el retraso".

"Me parece muy bien que se dé cuenta a la Fiscalía, yo haría lo mismo", ahondó, "porque son demasiadas las irregularidades que se han cometido en la liquidación, y ya está bien de que por las meteduras de pata de uno se eche la culpa a la herencia, al legado o lo que sea". Y añadió que "conmigo no se quiso echar las cuenta finales", para afirmar que "tiene narices" que "se acuse" a "la dirección anterior".