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Entrevista. Director de Maestría en Ingeniería de Puertos y Costas de la ULPGC

Jesús Cisneros Aguirre: "Cuando realizamos una obra marítima es como jugar a los dados"

"Problemas como el de La Esfinge van a ocurrir todos los días porque no controlamos el mar", advierte el docente

Jesús Cisneros Aguirre. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Cuál es el perfil de los estudiantes de esta maestría?

Esta maestría, que impartimos desde 2003, es en realidad un máster profesional, aunque la ULPGC decidió denominarlo este año así. Primero fue un postgrado luego un curso de experto y ahora se ha hecho máster. El primer máster interuniversitario entre la Universidad de La Laguna y la ULPGC. Es bastante diferente a los que se dan habitualmente en la Universidad, incluso en el extranjero. No se trata de un máster académico, que te habilita para hacer un doctorado, sino de un máster profesional en el que mayoritariamente las materias están impartidas por profesionales en activo, y que ayudan a entrar en el mundo laboral. Este año, la mayoría de los estudiantes son ingenieros de caminos, les siguen los ingenieros civiles y después diferentes ingenierías; en activo, en paro y recién licenciados. También hay gente de Ciencias del Mar.

¿Qué formación se les ofrece?

La formación es muy profesional porque el 75% de los profesores son ingenieros o expertos en activo muy reconocidos en España y en el extranjero. El pasado año, que fue el primer curso que se impartió en La Laguna, fuimos 75 docentes y todos los años hay cambios. Ésta es la particularidad del máster, que es también una novedad a nivel mundial. Normalmente, en un máster hay unos pocos profesores que preparan todos los temas. En éste los profesionales explican su especialidad con casos reales que han tenido que afrontar en su trabajo diario. Por eso tenemos unos 30 alumnos; incluso hay que limitar el número. Los estudiantes al finalizar son capaces de diseñar un puerto, una playa, hacer un estudio de impacto ambiental, llevar una obra marítima, evaluar la contaminación en una zona, etc. Nuestro objetivo es hacer un máster que les ayude a promocionarse laboralmente.

¿Qué aspectos se tratan?

El curso nació con la necesidad de tener ingenieros que conocieran el mar por lo que se ha tratado de mezclar Ingeniería y Ciencias del Mar. Por un lado, compensábamos la falta de conocimiento marino de los ingenieros, que se da de manera muy superficial en la carrera, y la de los de Ciencias del Mar respecto a temas de ingeniería. De ahí el éxito de este máster. Tanto el director del puerto de La Luz y de Las Palmas, Salvador Capella; el profesor de Ingeniería Civil, Francisco Martínez; que es el alma del curso, y el ingeniero, Juan Antonio Afonso, que trabaja en una empresa privada de construcción; como yo, que comencé como buzo profesional y ahora doy clases tanto en la Escuela de Ingenieros como en la Facultad de Ciencias del Mar, y que dirigimos el curso, tenemos mucha experiencia en obra marina y conocemos los aspectos fundamentales que no se abordan en los diferentes estudios universitarios. De ahí nuestro interés porque los alumnos reciban una formación muy práctica en esos temas que les faltan de Obra Marítima, Medio Marino, Impacto Medioambiental, Legislación y Organización Portuaria. Tratamos de cubrir todo lo que esperamos que tenga un ingeniero que vaya a hacer una gestión costera, como puede ser el diseño de un puerto, una playa o un emisario, por ejemplo.

¿Es una formación acorde con las características de La Luz y su futuro?

Sí, porque una de las características de este curso es que muchos de los profesores vienen de allí, además de Puertos del Estado y de otras instituciones relacionadas con el campo de obra marina como son la Demarcación de Costas, Puertos Canarios, etc. Ellos son los que les explican cuál es la historia del mismo, su evolución, hacia dónde va. Es decir, el Puerto se destripa en cada parte. Tanto desde la gestión que realiza la Autoridad Portuaria, pasando por el manejo de contenedores y el impacto medioambiental que provoca el recinto hasta cómo se maneja la obra hidráulica y se revisa. Los estudiantes salen expertos en obra marítima, sabiendo hacer un puerto, y eso no se da en España en ningún lado.

Para la ULPGC ¿qué supone contar con estos profesionales?

Es muy importante. El curso es una de las conexiones directas que hay entre sociedad y Universidad. El Puerto es uno de los padres del curso y decide también qué es lo que va a dar, quién viene. Y esa conexión es una cosa que le hace falta a la ULPGC.

A muchos de los recién licenciados el tener profesores que son profesionales en activo les ayudará a enfocar su trabajo

Y a encontrar trabajo porque vienen las mejores empresas de España y del extranjero. No es lo mismo ir a pedir trabajo a una empresa en la que un responsable te dio clases, ya le conoces y puedes escribirle un correo. Se les aumenta las posibilidades de ser contratados o de llegar a un puesto dentro de la tremenda crisis que hay en el sector.

¿La Luz es hoy un foco importante de contratación laboral?

El Puerto tiene también sus límites. Obviamente, los estudiantes que hacen este curso salen más preparados, y si al Puerto le hace falta alguien no tiene que buscar en otro lado porque ya ha tenido la oportunidad de conocer a jóvenes en este curso.

¿Va continuar esa colaboración en otros ámbitos?

El año pasado sacamos un curso de dragados de una semana, donde los profesores eran extranjeros. Esto les da una buena idea de cómo van las cosas en el exterior, que es una vía cada vez más importante para buscar trabajo. La idea es hacer cursos cortos de especialización pero siempre con profesorado internacional.

¿Qué materias despiertan interés entre los estudiantes?

Obviamente, legislación y organización portuaria menos porque son las más farragosas. Creo que Medio Ambiente Marino es la que mayor interés despierta por descubrir buena parte de los secretos del mar, las olas, cómo funciona la erosión costera; todo eso. Ahora mismo la ingeniería costera es la materia más complicada en cuanto a conocimiento del planeta. Lo más complicado hoy es controlar su dinámica. Podemos prever el tiempo con dos días, hay modelos de simulación, pero todavía no sabemos cómo funciona la costa, el mar. Por eso hay tantos problemas de erosión, de contaminación, de invasión de nuevas especies, de fallos en obra marina. Tenemos temporales desde el sur de Argentina que provocan un reboso en las islas. En Tenerife es famoso cada año el problema del barrio de San Andrés, que se puede prevenir. El caso se estudia cada año en el máster, donde se formó la tormenta, las características del temporal y el oleaje que produjo en una clase magistral que da Juan Antonio Afonso. Estas cosas despiertan interés en los alumnos y, sobre todo, que traigas profesionales que llevan 30 años trabajando. Porque todo lo que envuelve al sistema marino, a la obra marítima, es muy, muy complejo.

¿Evitarán defectos como el ocurrido en la prolongación de La Esfinge ahora Nelson Mandela?

Problemas de esos hay todos los días y van a seguir pasando porque todavía no controlamos el mar. Hay muchas cosas que se escapan; y eso hay que tenerlo en cuenta antes de criticar una obra marina. La Luz destaca especialmente porque hay unos grandes profesionales en cada tema. Un claro ejemplo es Salvador Capella que ahora mismo es una referencia a nivel nacional en obra portuaria. En fin, que estamos bien cubiertos por esa parte. Problemas han tenido los que han realizado las palmeras de Dubái, los del proyecto de las compuertas de Venecia, el puerto de Dunkerque, el de Baltimore, solo por citarte proyectos en los que he estado directamente involucrado. En Barcelona, por ejemplo, se movieron 600 metros de muelle casi terminado varias decenas de metros. El comportamiento de los sedimentos marinos es muy complicado y estamos muy lejos de controlarlos además del oleaje, las corrientes, etc. Cuando hacemos una obra marítima jugamos con dados. Tú haces una modificación de la costa y el mar responde. Y a la dificultad de controlar el medio ambiente se une la dificultad de gestionar una gran cantidad de profesionales con diferentes capacidades que participan en la infraestructura que al final va apoyada en sedimentos y material suelto que evoluciona continuamente durante la vida de la obra. Dirigir eso es tremendamente complejo. No tenemos todavía datos fiables, no hay maquinaria suficientemente avanzada, no hay modelos definitivos, etc. Y en el curso, de lo que se trata es que los futuros gestores costeros aprender a conocer de dónde te pueden venir los golpes.

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