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Centenario del submarino

La Luz, puerto clandestino nazi

El recinto fue durante la Segunda Guerra Mundial enclave para el avituallamiento de al menos seis submarinos además de otros buques alemanes que se aprovisionaron en alta mar

Juan José Díaz Benítez. LP / DLP

En enero de 1941 un submarino italiano fue el primero en entrar, prácticamente a plena luz del día, en el Puerto de Las Palmas. Aprovechando la flexibilidad española en la aplicación de su condición de neutralidad, se permitió al buque acceder a la bahía de Las Palmas de Gran Canaria para reparar algunas averías que tenía de manera que fuera posible el regreso a su base.

Fue el primero de un año movido en cuanto a sumergibles en el recinto portuario capitalino, en el que durante 1941 se produciría la visita de otros seis submarinos alemanes para avituallarse, aprovechando igualmente la laxitud de la neutralidad española.

A la actividad de estos buques, en Canarias y en la zona en conflicto, se referirá Juan José Díaz Benítez, profesor del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), en el Ciclo de Charlas sobre El desarrollo del arma submarina en el siglo XX, que se celebra el próximo miércoles, 8 de abril.

La cita está organizada por la Cátedra de Historia Naval de la ULPGC para sumarse a los actos que en 2015 conmemoran el centenario del arma submarina en España, entendida esta como la flota de sumergibles y sus correspondientes dotaciones de militares.

A diferencia del submarino italiano, interesado en realizar tareas de reparación, los alemanes llegaron a Gran Canaria con el propósito de utilizar el puerto de La Luz como base de operaciones para atacar al tráfico marítimo británico. "Eran barcos que iban a actuar, sobre todo, en aguas del Atlántico africano, bastante lejos de Canarias", explica el profesor e investigador de la ULPGC.

La pretensión nazi con ese abastecimiento que recibieron en La Luz era que los sumergibles pudieran ampliar su radio de acción hacia el Atlántico sur, incluso hacia el océano Índico.

La explicación es el cambio estratégico británico sobre los trazados de sus rutas marítimas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el utilizado por el Reino Unido para dirigirse hacia el Atlántico sur se desplazó hacia el oeste.

Lo que significa que en lugar de hacer escala en el Puerto de La Luz, como era habitual antes del conflicto bélico, se decidió que la ruta se alejara de Gran Canaria, pues se temía que el Archipiélago pudiera ser una zona de espera para los buques enemigos. "De hecho", afirma el historiador, "en La Luz y en el puerto de Santa Cruz de Tenerife estaba instalado el servicio de abastecimiento de la armada alemana".

En ese contexto, durante 1941 y después de la reparación realizada al sumergible italiano, tres submarinos alemanes entraron en la bahía capitalina en tres noches consecutivas, las de los días 3, 4 y 5 de marzo. Otros tres arribarían a La Luz en junio y julio del mismo año. Uno de los sumergibles iba de regreso a una de las bases en Francia.

Pero el puerto grancanario no solo fue enclave para acoger a los sumergibles nazis. También para a través de sus servicios aprovisionar a buques alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

El abastecimiento clandestino que los germanos habían destacado en Canarias pretendía garantizar que los buques de guerra lograran avituallarse de provisiones y combustibles para que pudieran disponer de un mayor radio de combate.

Estando en el Archipiélago, varios cruceros auxiliares y buques de guerra fueron abastecidos con barcos de aprovisionamiento, preparados en La Luz y también en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.

Las naves salían para encontrarse con los buques de destino muy lejos del Archipiélago. Este servicio se aprovechaba de los barcos alemanes que se habían refugiado en Canarias a comienzos de la guerra. Luego proporcionaron víveres y combustible a los navíos de guerra para que siguieran ruta a Francia e, incluso, hacia Japón.

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