Al grito de "sí se puede, sí se puede" se puso ayer punto y final a la asamblea ciudadana de Las Palmas de Gran Canaria Puede, que otorgó a los concejales electos de la plataforma de confluencia de la izquierda la autorización para formar gobierno en la ciudad junto al PSOE y NC. 73 votos a favor, siete en contra y una abstención apoyaron el mensaje del cabeza de lista, Javier Doreste. "Si se quieren cambiar las políticas debemos cambiarlas nosotros", afirmó. Y subrayó que "casi el 80% del programa aprobado es de Puede".

El anfiteatro del parque Doramas se convirtió durante una hora y media en un ágora en el que los ciudadanos pudieron exponer los pro y los contra de entrar a formar parte del nuevo gobierno municipal, después de que los ediles se vieran presionados por la asamblea del martes a convocar otra reunión para analizar la incorporación o no al pacto y la asunción de responsabilidades. Entre los opositores a la entrada en el gobierno destacó un vecino llamado Miguel, quien cuestionó el proceso de pedir permiso a la asamblea para entrar a formar parte del gobierno cuando ya se habían negociado las áreas y los distritos con socialistas y nacionalistas. "Es como si la casa está construida y ahora nos piden el permiso de obra", manifestó, mientras cuestionó que hubieran aceptado a Pedro Quevedo (NC) como edil cuando también es diputado nacional. "¿Va a trabajar a tiempo parcial para la ciudad".

No fue el único que puso reparos a los compañeros de viaje. El joven Abraham se mostró en contra de firmar un acuerdo con imputados. La respuesta vino del propio Doreste, quien afirmó que habían hablado con el equipo jurídico que les asesora para conocer cada caso. "Nos han dicho que no tienen recorrido judicial". En este sentido, puntualizó que en el código ético que firmarán con el resto de los ediles figurará el término de "procesado", más correcto en términos legales cuando en la fase de instrucción se pide información a un ciudadano.

La asamblea, que comenzó con un minuto de silencio por el indigente hallado ayer muerto en la calle, alertó también a los ediles de no centrarse en las áreas de gobierno y "olvidarse" de las restantes. "Hay que decir lo que se piensa durante los cuatro años". Y, por supuesto, tener siempre "un pie en la calle".