El presidente del Real Club Náutico de Gran Canaria, Óscar Bergasa, llevará a la próxima Junta Extraordinaria de socios convocada para el martes 30 de junio el anteproyecto de construcción de un pabellón náutico en la zona más próxima al Arsenal. Esta obra conllevaría una inversión de unos 200.000 euros y permitiría ampliar otros 50 años la concesión de parte del terreno que ocupa en la actualidad, cuyo permiso expira en 2027. La institución tendrá que aprobar la ampliación del edificio original antes del 6 de julio para poder conseguir una prórroga en el uso de parte de la parcela actual.
En una entrevista publicada en la web del Club Náutico, Bergasa señala que existen dos motivos por los que se lleva adelante aumentar el tamaño de las instalaciones. Uno de ellos es la mencionada concesión, que en caso de perderla afectaría al varadero, la marina y al puerto deportivo, que incluye además las canchas de pádel y el gimnasio; y el segundo es la falta de espacio de la sección de náutica.
Con la nueva Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante del año 2014, un real decreto ley redujo los plazos de concesión a 35 años, por lo que, como apunta el presidente, el 31 de diciembre de 2027 se extinguiría la concesión administrativa. Aunque aún faltan 12 años para que llegue ese día, Bergasa explica que "la ley nos exige que se realice una inversión nueva igual o mayor que el 20% del valor concesional" y que ésta se apruebe antes de la segunda semana del mes de julio.
La intención de la actual directiva es crear dos edificios nuevos, que se integrarían en la fachada norte de la actual estructura proyectada por el arquitecto Manuel de la Peña y en los que estaría el pabellón. En los nuevos inmuebles, el Real Club Náutico pretende aportar mayor espacio a los regatistas que participan en las pruebas organizadas por la propia institución, así como habilitar nuevas zonas complementarias para solventar las necesidades de la sección de náutica, según recoge la información pública instalada en el espacio Manrique, en la planta noble del edificio.
Y es que, según Bergasa, "la náutica vive una situación de auténtica estrechez de espacio, servicios, etcétera; yo diría que de hacinamiento, basta con entrar en la Sala Náutica del club para darse cuenta". Con las nuevas instalaciones se mejoraría la actual situación con creces y además "dispondríamos de una nueva sala multiusos no solo para náutica sino también para el conjunto del club, donde se pueden realizar proyecciones, conferencias, dar cursos y ver acontecimientos con capacidad para 60 personas".
Bergasa matiza en la entrevista que estas obras no conllevarían un aumento en la cuota de los socios ni tampoco una derrama sino que se financiarían "ampliando la hipoteca del club en el importe que sea necesario para afrontar la construcción". "Gracias a que hemos inscrito la propiedad en el Registro de la Propiedad ahora tenemos una mayor capacidad financiera y podemos obtener mejores condiciones de amortización, en los tipos de interés y con más plazo. Esto nos permite que no se altere para nada la carga que soportan en este momento los socios", añade.
En todo caso, el mandatario del Club Náutico apunta que si no se aprueba el anteproyecto la organización podría solicitar la ampliación de la concesión, aunque para ello "el organismo autónomo de Puertos del Estado, en una reunión que acabamos de celebrar en Madrid, nos habla de una tasa de prórroga en efecto por una sola vez del orden entre 180.000 y 200.000 euros a fondo perdido" ya que tendría como única contrapartida el uso de las instalaciones afectadas de forma temporal.
Si los 5.949 socios con los que cuenta la entidad deciden no ampliar la zona ni tampoco hacer frente a la cantidad económica exigida para mantener la concesión, la institución se quedaría sin parte de sus instalaciones. "Perderíamos a partir del solarium", por lo que "se podría dar el caso de que volviéramos a la situación anterior, cuando el club terminaba en la piscina". En esa postura, el Puerto podría alquilar ese espacio a cualquier organización.
