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El Puerto en perspectiva

Las operaciones portuarias, en el marco de los costes laborales, requieren de una reestructuración

El Puerto en perspectiva

Hace días se organizó un coloquio bien dirigido por Manuel Vidal de expresidentes del Puerto de Las Palmas para aportar en positivo un análisis y sus ideas acerca del devenir del Puerto como elemento activo e influenciador en la vida económica de Canarias. Algunos rasgos definitorios de la realidad actual del Puerto se mostraron, por claros y significativos, dignos de resaltar. En el mismo coloquio se mostró como positivo aportar desde la experiencia los errores cometidos e, igualmente desde esa experiencia, aportar ideas de futuro.

Y así, desde una visión retrospectiva, aparecía como dato claro la pérdida progresiva y continuada de la aportación del Puerto a la actividad económica de las Isla. El carácter de pulmón económico de antaño, generador de empleo e irradiador de actividad, que mantuvo el durante todo el siglo pasado, ha ido progresivamente deteriorándose.

En esa vertiente se puso de manifiesto cómo pilares básicos de la actividad portuaria habían caído de forma demasiado precipitada y que, en parte, podríamos haber evitado. La pesca congelada, sector básico de su actividad por la capacidad de empleo y su estructura industrial frigorífica, cayó de forma estrepitosa por una mezcla de falta de reacción ante una política de costes operativos altos y una cierta pasividad y falta de influencia en las instancias comunitarias.

El bunkering, el suministro y el aprovisionamiento han sufrido la reestructuración del tráfico marítimo internacional, a la que el Puerto y sus agentes no han sabido adaptarse suficientemente, agravado, además, por una política tarifaria desorienta y excesiva para este tipo des operaciones que requieren de flexibilidad y respuesta rápida.

Pero, sin duda, en el análisis del Puerto como actividad económica el factor determinante que sigue padeciendo, que no ha logrado el encaje adecuado, es el coste en sus operaciones portuarias. Las operaciones portuarias en el marco de los costes laborales, de la relación empresa /trabajador requieren de una reestructuración que les permita ganar en costes y en competitividad. La organización laboral del puerto consecuencia de una combinación de intereses mutuos empresa/trabajador e incapacidad de Gobierno para imponerla adolece de la eficiencia y modernidad que se le requiere a un puerto moderno y competitivo.

En el ambiente de ese coloquio la idea matriz que impregnaba el ambiente era la polémica generada por la falta de dotación presupuestaria para inversiones en el Puerto de Las Palmas en contraposición con la enorme dotación que sí tenia el puerto de Tenerife. Generó cierto asombro que pudiera ser éste el principal problema del puerto y que además se palpara el puerto de Tenerife como enemigo.

Viene a colación esta apreciación porque conviene y parece necesaria una reflexión sobre las ingentes cantidades de dinero invertidas en lo que podemos denominar obra civil en el Puerto de La Luz. El continuo crecimiento mediante obras cada vez mas costosas para ganar terrenos al mar es un debate que el puerto necesita. El coste, el impacto ambiental y la rentabilidad que se obtiene debe llamar a la Autoridad Portuaria a la reflexión acerca de si se debe seguir impulsando gastos en obra civil para ganar terreno al mar. Sin embargo, ha de considerarse que posiblemente la inversión en mejora portuaria interior, equipos y sostenibilidad se presenta como el mejor camino para ganar en competitividad y consiguientemente mayor actividad. Debe igualmente debatirse en conjunto la ciudad y el Puerto, es decir, si debe cerrarse de forma definitiva y para las próximas décadas la extensión portuaria.

En la ideas manifestadas en el coloquio surgió también el Puerto en su perspectiva, en su proyección hacia el futuro. Fue en la mirada al futuro donde apareció la luz con mas brillo, porque quedó de manifiesto la capacidad que el Puerto tiene de crecer y recuperar actividad. El Puerto de Las Palmas tiene la situación, los medios, el conocimiento y la capacidad para generar nuevas actividades económicas, de adaptarse a las nuevas estructuras del tráfico marítimo internacional y de los nuevos servicios portuarios.

El Puerto ha de persistir en su apuesta logística, en ser el hub de referencia de la distribución en el Atlántico y, para ello, ha de combinar una política de costes operativos con el fomento inteligente de la conectividad con otros puertos mediante el impulso de feeder que distribuyan las mercancías. Además, de un link con otros puertos estratégicos del Atlántico que ofrezcan a los grandes operadores puntos estratégicos de distribución que cubran todo el Atlántico Sur.

El sector de reparación naval está siendo muy dinámico, ha captado nuevos tráficos, véase plataformas, pero necesita seguir en su impulso renovador. Llama la atención la falta de introducción de la robótica en reparación naval, la introducción de las nuevas tecnologías en medición y corte. Los elementos del crecimiento futuro son la competitividad y el impulso de nuevas actividades y en este marco de nuevos servicios se debe desarrollar e incorporar a gran escala el reciclaje naval. El puerto tiene posición geográfica, suelo y capacidad para desarrollar, tanto en Arinaga como en Las Palmas, astilleros de reciclaje naval orientados tanto a los buques y plataformas civiles como militares. En si, esta actividad industrial es además generadora de empleo intensivo, hervidero de talleres de reacondicionamiento y de altos volumen de mercancía de exportación. Es una demanda mundial de OMI, la Unión Europea, y de los Gobiernos que se creen centros industriales de desmantelamiento naval, porque son, además de un negocio, una necesidad medioambiental.

En este marco de impulso resulta absolutamente necesario un plan inversiones estratégicas impulsado por la Autoridad Portuaria y combinado con los sectores en una apuesta por la sostenibilidad y el medio ambiente, con la introducción de energías sostenibles y mejoras en el impacto ambiental, con medidas de corrección del impacto visual. El Puerto se lo debe a ciudad.

Un encuentro, un coloquio siempre aporta ideas, aporta aire, ayuda a ver luz, y en ese aspecto, en el marco de una actitud positiva, es también una obligación de quienes gestionando el Puerto recibimos tanto de él.

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