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Un 'Cabaret' con acento canario

El actor grancanario José Carlos Campos triunfa en el madrileño teatro Rialto de la Gran Vía como alternante de Edu Soto en el papel del maestro de ceremonias del mítico musical

Un 'Cabaret' con acento canario

El actor José Carlos Campos es una cola de lagartija. Un tipo alto, casi largo se podría decir, que a sus 31 años no ha parado casi ni un momento de trabajar en las artes escénicas de Canarias y, sobre todo, de formarse para ganarse la vida como actor, una batalla compleja que hoy por hoy le ha llevado a ser uno de los protagonistas de la nueva versión que del mítico musical Cabaret se representa en el madrileño teatro Rialto, en plena Gran Vía.

"Interpreto a Emcee, ese maestro de ceremonias que es un verdadero caramelo para cualquier actor y que de verdad parece que está hecho como un traje a medida para mí", confiesa este intérprete grancanario que aún se emociona "viendo a todo el público del teatro en pie" aclamándole cuando al final de la obra todos los actores salen a saludar. Porque José Carlos Campos no quiere echarse encima demasiadas flores pero lo cierto es que las críticas en los medios especializados de Madrid acerca de la producción que dirige Jaime Azpilicueta se dedica, en buena medida , a alabar el trabajo del intérprete nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1984.

"Desde luego que este proyecto supone un antes y un después en mi carrera profesional", explica desde Madrid. "Ya había tenido un papel titular en la Gran Vía con High School Musical, hace 7 años, pero un papel protagonista en Cabaret... Esas son palabras mayores".

Campos lleva 10 años trabajando sin parar en Canarias. "He hecho de todo: trabajado como actor en compañías como Clapso, Profetas de Mueblebar, Arval Producciones o Rey Mala; he dirigido montajes como Pipi Langstrump o Sherlock Holmes y hasta me he arriesgado como productor con Bypassteatro con Bodas de Sangre, Tú tira que yo empujo, Cuak y Juegos con Cicuta", repasa antes de añadir sus colaboraciones televisivas en varias temporadas de En Clave de Ja o la serie Mis malditos vecinos y las participaciones en producciones nacionales que en los últimos años se están realizando en Canarias, como el largometraje Cómo sobrevivir a una despedida, rodado en Las Palmas de Gran Canaria.

"Supongo que cada uno cuenta cómo le va", dice sobre su actual situación profesional. "Lo cierto es que yo me he esforzado mucho y he tenido mucha suerte también".

Entonces rememora cómo se gestó su aterrizaje en Cabaret, empleando para ello esa intensidad que le caracteriza: "A principios de este año es cuando me entero que SOM Produce planea estrenar Cabaret en Madrid. Es mi musical fetiche desde muy temprana edad y automáticamente comencé a prepararme los casting", unas pruebas que se prolongaron durante casi dos meses, en las cuales participaron más de 800 artistas preseleccionados por currículum. "Acudieron aspirantes desde todas partes de España e incluso de otros países", cuenta.

"En este tiempo me citaron en cuatro ocasiones y realicé más de 10 audiciones entre canto, baile e interpretación. El nivel era muy alto. De hecho, todavía hoy me resulta increíble que seleccionaran al chiquito de Las Palmas de Gran Canaria que vive en Montaña de Cardones", admite entre carcajadas.

"Estar en un musical es un deporte de élite", confiesa en otro momento de la entrevista. "Se necesita cuerpo de atleta, alma de comediante y corazón de poeta" para mantener el ritmo y el nivel noche tras noche. O noches alternas, porque José Carlos Campos es precisamente el alternante de Edu Soto, popular humorista que actualmente concursa en el espacio televisivo Tú cara me suena, de Antena 3.

Esa participación televisiva de Soto le impide estar con la asiduidad esperada sobre las tablas del Teatro Rialto, algo que ha jugado en beneficio del actor canario, que se está haciendo muchas más funciones de las que en principio esperaba realizar.

El hilo conductor de la función

"Emcee es mordaz, sincero, ácido, sexual, irreverente, activista, tragicómico, encantador y gamberro al mismo tiempo", explica sobre el mítico personaje del Kit Kat Klub del Berlín anterior a la II Guerra Mundial. "Él es el hilo conductor de la función, el presentador de este cabaré que es la propia vida. Sobre Emcee recae el ritmo de la función y por eso desprende una energía arrolladora".

"Cabaret nos desafía a vivir el momento porque habla del amor en un contexto social y político desfavorable para las relaciones personales", reflexiona sobre las posibles claves del éxito que está cosechando este musical. "Quizá por eso cada noche se establece entre todo el elenco y los espectadores algo realmente especial", prosigue José Carlos Campos mientras espera que el fotógrafo de LA PROVINCIA llegue al teatro Rialto, cerrado a cal y canto para que el intérprete grancanario sea fotografiado en el escenario como absoluto protagonista.

"La historia es conmovedora y universal", continúa, "y por eso resulta totalmente actual, logrando crear una empatía con los espectadores, que de verdad se emocionan con nosotros cada noche. En el caso de mi personaje esta relación es totalmente directa. Es mi responsabilidad acercarlos a este mundo, romper las distancias. Emcee es un golfo encantador de gran carisma que consigue decir grandes verdades sin resultar desagradable", explica tajante el actor grancanario. "La evolución del personaje a lo largo de la función convierte este feedback con el público en una auténtica montaña rusa de emociones que va desde la seducción a la compasión y donde se juega a entretenerlos, intimidarlos, seducirlos, enternecerlos... Se establece un diálogo directo y eso hace que cada función sea única y diferente".

Como se puede imaginar, una producción musical de esta envergadura requiere mucha entrega. No sólo en las horas de trabajo sino que, en palabras de Campos, "el musical se convierte en una forma de vida. Cada día acudimos al teatro dos horas antes de la función: media hora de calentamiento, una hora de maquillaje y media hora más de puesta de micros y vestuario. ¡Eso cuando no hay ensayos extras o promociones comerciales! Cada función dura tres horas y tenemos ocho a la semana, haciendo doblete viernes y sábado. Llegamos a casa realmente exhaustos después de tantas horas de estar al límite. A esto", agrega, "añádele que tenemos que cuidarnos las voces y el físico con entrenamientos y dietas. Cuando digo que es como practicar un deporte de élite no exagero".

"Aun me emociono cada noche en los saludos", reconoce José Carlos Campos antes de acabar la entrevista . "Es un sueño hecho realidad".

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