La Brigada de Homicidios ha dado un gran paso para esclarecer el crimen de Saray González García, la joven universitaria que fue asesinada el pasado 27 de octubre en su casa de Las Palmas de Gran Canaria. El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) ha detenido a Alberto M. P. como presunto autor del crimen. Se trata de un vecino de 19 años que vive en el número 47 de la calle Pérez del Toro con su padre, justo debajo del piso en el que residía la víctima.

Los agentes arrestaron a Alberto M. P. el pasado martes por la tarde y lo interrogaron ayer en la Jefatura Superior de Policía. La hipótesis de los investigadores es que el detenido, de 19 años, estudiante de Ingeniería, se llevaba mal con Saray González porque esta le reprochaba que hacía demasiado ruido en su vivienda. Ese problema de convivencia no fue puntual, sino que venía de atrás, con discusiones frecuentes entre los jóvenes, según fuentes conocedoras de la investigación.

Está previsto que Alberto M. P. pase a disposición judicial durante el día de hoy, que será interrogado como imputado por el magistrado Javier García García-Sotoca y el fiscal Pedro Gimeno. Las pesquisas policiales se han centrado, desde el principio, en el núcleo más próximo a la víctima por las circunstancias en las que se cometió el crimen.

Saray fue hallada a la entrada de la casa por una compañera de piso. La puerta no estaba forzada y la agresión, con un objeto contundente y de borde afilado, fue directa: recibió más de cuatro golpes en la cabeza y varios cortes en los brazos, posiblemente al taparse la cara para defenderse de las embestidas del homicida.

Tampoco desapareció ningún objeto de la vivienda. Por eso los investigadores pensaron desde el primer momento que Saray González conocía a su agresor, incluso que le abriera la puerta de forma voluntaria y este la golpeara de manera sorpresiva en la cabeza. Alberto M. P. había vivido con su padre en ese mismo piso y, al ser las dos casas propiedad de su familia, es probable que conservara una llave de la vivienda. Los investigadores creen que pudo usar esa llave para dejar la puerta cerrada y salir luego por el patio de luces.

El arma homicida no ha sido encontrada en el escenario del crimen, lo cual indica que el presunto asesino la llevaba encima con la finalidad de perpetrar el crimen; después se deshizo de ella. Las lesiones revelan que la joven fue agredida con el borde de un objeto similar a la hoja de un sacho. Fueron tan graves que Saray, de 27 años, murió casi en el acto, según confirmó la directora del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas, María José Meilán.

La carpintería de Arenales

El cuerpo sin vida de la estudiante palmera, que cursaba Relaciones Laborales en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), fue hallado por una compañera de piso sobre las 17.00 horas y esta, con la ayuda del vecino de abajo, llamó al Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad del Gobierno de Canarias. Esa es la persona que finalmente ha sido arrestada por la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial en Las Palmas como presunto autor del asesinato.

Al día siguiente del crimen, el padre de Alberto relató a los medios de comunicación que Saray era una muchacha tranquila, incluso negó de manera expresa que existieran problemas de convivencia en el bloque de viviendas.

Se trata de dos pisos en el barrio de Arenales que siempre han pertenecido a la misma familia, con un local que ahora está cerrado y que antes funcionaba como carpintería. Saray tenía la vivienda alquilada a la tía de Alberto M.

El magistrado Javier García-Sotoca mantiene el secreto de las actuaciones, aunque es posible que lo levante hoy, tras el interrogatorio judicial y las medidas preventivas que se adopten.