La primera consulta ciudadana de la historia de Las Palmas de Gran Canaria se pronunció ayer a favor de desterrar del callejero de la capital el nombre de Juan Rejón, que fundó la ciudad en 1478. El conquistador perdió la batalla por 36 votos, frente a la denominación de La Carretera, que se alzó con 429 de los 833 votos emitidos por los vecinos. Juan Rejón obtuvo 393 papeletas, en un recuento que arrojó también ocho en blanco y tres no válidas.

Estos resultados, en cambio, contrastan con la opinión de los lectores de La Provincia / DLP, que se pronunciaron a favor de mantener el nombre de Juan Rejón, como puede comprobarse en la siguiente encuesta.

El Centro Cultural Pepe Dámaso acogió la iniciativa municipal, aplaudida especialmente por los vecinos de La Isleta. "Por primera vez en 40 años de democracia, un gobierno nos pregunta qué hacer con algo de nuestro barrio", celebraba María Dolores, vecina y residente en la calle Juan Rejón, quien subrayó también el carácter abierto de la consulta, ya que podían participar todos los empadronados en el municipio capitalino.

Además de preguntar a los vecinos si cambiar el nombre de la calle Juan Rejón por La Carretera, se requería su parecer sobre la construcción de un huerto urbano, un anfiteatro, o una ampliación del parque en el solar anexo al Castillo de la Luz. Un total de 267 votos se pronunciaron a favor del huerto urbano, 273 por la ampliación del parque, 250 por el anfiteatro, cinco votaron en blanco y ocho papeletas se anularon. Sin embargo, esta cuestión quedaba en segundo plano para los residentes de Juan Rejón.

Propuesta vecinal

La propuesta inicial de modificar el nombre por el de La Carretera -antigua denominación de la calle que se cambió durante el franquismo- fue de una agrupación vecinal de la Plaza del Pueblo. Después, Rita Durán, vocal de Unidos, llevó hace unos meses a la reunión del distrito y posteriormente, en una reunión con miembros del gobierno municipal, surgió la idea de la consulta ciudadana efectuada ayer.

Saúl Martínez, de La Isleta, votó en contra del cambio. "Es uno de los fundadores de nuestra ciudad", explicó, "además no podemos olvidar nuestra historia". El argumento de Martínez, como el de muchos otros vecinos, es que no se puede ocultar nuestra historia, y Juan Rejón forma parte de ella. "Cambiar el nombre de la calle no va a hacer que sus barbaridades desaparezcan", opina.

Otro de los mayores riesgos del cambio es el papeleo. El concejal de Participación Ciudadana, Sergio Millares, asegura que el coste "sería mínimo" para el Ayuntamiento. Martínez sostiene que el Consistorio no tiene que gastar mucho, tan solo "cambiar las placas de la calle y poco más", pero los vecinos son los que perderían tiempo y dinero. "Los comercios de Juan Rejón están en contra", aseguró Martínez.

Así lo cree también Luz Marina Domínguez, que votó también en contra del cambio por lo que supone para los residentes de la calle. "Para alguien de Guanarteme o de otra parte de la ciudad el cambio de nombre de la calle no supone mucho", explicó. "Somos los residentes de Juan Rejón los que después tenemos que cambiar todo, desde el carné de conducir a la domiciliación de los recibos", añadió.

Aunque en la consulta no se especifique, una de las soluciones a este problema es cambiar el nombre a "La Carretera, antiguamente Juan Rejón". El propio Millares aseguró que la votación no es vinculante, pero sí un buen ejercicio de democracia. Domínguez, por otra parte, cree que en La Isleta hay temas más importantes sobre los que pedir "opinión" a sus vecinos. "Somos un barrio de clase baja, tenemos muchos problemas sociales para estar cambiando el nombre a una calle", comentó. "Las hay con nombres comunistas y nadie se ha quejado nunca", añadió.

Los residentes que acudían a votar agradecían la oportunidad de hacerlo. Tanto los que votaban a favor del cambio y los que no. Enrique Caro se acercó desde el barrio de El Terrero para votar a favor del cambio. "Se trata de una vieja reivindicación que se está resolviendo de manera democrática", explicó, "además se trata de una iniciativa ciudadana". Además, Caro recuerda que aunque el cambio de nombre no entre en la Ley de Memoria Histórica, La Carretera fue "arrebatada" sin ninguna consulta en el franquismo.

Juan Tomás Perdomo, vecino de La Isleta de siempre, cita dos argumentos de peso a favor del cambio. "Hay que rememorar a nuestros familiares que conocían la calle como La Carretera", explicó. "El segundo es que el anterior cambio fue impuesto sin consultar. Además, Perdomo, que opina que Juan Rejón forma parte de la historia de Gran Canaria, aboga por el cambio por lo que el conquistador representa. "Alemania no tiene calles con el nombre de Hitler y el nazismo forma parte de su historia", comentó a los que creen que cambiar el nombre supondría "entrar en el olvido de la historia canaria".