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El Cabildo prepara un plan contra la subida del mar en seis zonas de la capital

La central de Jinámar, Las Canteras, Alcaravaneras, San Cristóbal, El Confital y Bocabarranco figuran entre las áreas que tienen especial riesgo de inundación

El estudio realizado por el Ministerio de Medio Ambiente, a raíz de una directiva de la Unión Europea sobre las zonas inundables, delimita la zona de Las Canteras

La desaladora y la central térmica de Jinámar, Las Canteras, Las Alcaravaneras, el barrio marinero de San Cristóbal, El Confital y la zona de Bocabarranco, a la altura del Valle de Jinámar, figuran entre las áreas con riesgo potencial significativo de inundación en el primer plan de evaluación de riesgos en zonas fluviales y costeras que ha elaborado el Consejo Insular de Aguas. La capital grancanaria tiene una séptima zona con especial peligro de inundación, en este caso por fenómenos fluviales, y está situada en el Valle de Jinámar, en toda la zona que bordea la desembocadura del barranco de Las Goteras.

Una vez detectadas las zonas críticas de Gran Canaria, el Consejo Insular de Aguas iniciará el próximo año un plan de prevención para poner los medios necesarios, con el fin de minimizar riesgos, plantear la construcción de algún tipo de infraestructura para neutralizar los fenómenos de intrusión marina o relacionados con lluvias intensas y establecer de qué manera hay que actuar en casos extremos de inundación.

Los estudios sobre las áreas costeras con riesgo potencial significativo de inundación, que afecta a buena parte del litoral de la capital y de Gran Canaria, han sido realizados por Costas y el Ministerio de Medio Ambiente. Los técnicos del Consejo explicaron que para evaluar los riesgos de invasión marina de la zona industrial de Piedra Santa, Bocabarranco y las áreas que rodean las playas de Las Canteras, Alcaravaneras, El Confital y San Cristóbal se han estudiado la sobreelevación del mar por mareas vivas, la diferencia de presión barométrica, el viento de mar a tierra, las corrientes y el oleaje. En toda Gran Canaria se han fijado un total de 41 zonas costeras con riesgo de inundación.

Marea alta

La evaluación preliminar de riesgos de inundación en las zonas costeras que ha realizado el Ministerio de Medio Ambiente se ha hecho comparando los niveles del mar excepcionalmente elevados, en períodos de 500 años, con las cotas actuales del terreno. Los técnicos señalan que el estudio se ha centrado en los riesgos potenciales de intrusión marina que habría en la actualidad y no en lo que podría pasar dentro de 50 o 100 años, períodos de tiempo muchos más largos en los que la progresiva subida del nivel del mar, si no se actúa para frenar el cambio climático, podria invadir hasta diez metros en algunas zonas costeras.

El estudio del Consejo sólo ha delimitado una zona en la capital por riesgo significativo de inundación debido al desbordamiento de barrancos por lluvias intensas y está localizado en la desembocadura del barranco de Las Goteras, que cambia de nombre y se llama de Jinámar, cuando llega al Valle. Los técnicos aclaran que la evaluación sólo se ha centrado en los riesgos relacionados con las cuencas de los barrancos y la inundación de origen marino y no ha incluido las zonas que tienen problemas de drenaje de las aguas de lluvia o en las que se producen escorrentías, cuestiones éstas que le corresponde al Ayuntamiento en su plan municipal de riesgos.

Las Goteras marca en Marzagán y Jinámar la frontera entre los municipios de Telde y Las Palmas de Gran Canaria, tiene más de ocho kilómetros de longitud desde sus inicio entre Valsequillo y San Mateo, pero es su desembocadura, un tramo de casi dos kilómetros que atraviesa todo el Valle de Jinámar, la que presenta un riesgo importante de inundación, debido a que se trata de una zona muy colmatada de viviendas e infraestructuras. Según los técnicos, buena parte de la desembocadura de este gran barranco se encuentra urbanizada por un gran número de bloques de viviendas y hay que averiguar si las canalizaciones que tiene, en algunos tramos, son suficientes para absorber el caudal de agua en el caso, siempre extremo, de que caiga una tromba de agua como la que tuvo lugar, por ejemplo, el pasado mes de octubre. Ahora, una vez identificados los riesgos en todos los cauces y costas de Gran Canaria, el Consejo iniciará el próximo año la elaboración de un plan de riesgos para prevenir y establecer las forma en que se gestionarán esas informaciones.

Las fuentes del Consejo explicaron que el estudio inicial detectó en Gran Canaria 410 puntos con riesgos hidráulicos de algún tipo, de los cuales se localizaron en la capital un total de 37 puntos conflictivos, situados justo en las zonas de cruce entre carreteras y los múltiples barrancos que recorren su territorio. Para establecer el nivel de peligrosidad en Las Goteras se estudiaron las mayores avenidas que se han producido en la zona al menos una vez en 500 años y se realizaron mapas para simular y modelizar de qué forma afectaría a las zonas inundables. Al final, el Consejo estableció un total de seis grandes puntos de riesgo en toda la Isla, entre los que figuran Las Goteras, en la capital grancanaria; el barranco de Balos (Agüimes), El Polvo (Santa Lucía de Tirajana), Buenavista y Maspalomas (San Bartolomé de Tirajana) y el de Puerto Rico, en Mogán.

Los técnicos insulares hacen especial hincapié en que la situación en las Goteras, y en el resto de barrancos de máximo riesgo, no es alarmante. "Simplemente se trata de estar prevenidos y elaborar un plan que minimice los riesgos, en el caso de que ocurra un fenómeno meteorológico adverso, sobre todo, teniendo en cuenta la influencia del cambio climático, que está provocando precipitaciones más intensas y más frecuentes. "Hay que estar muy alerta, porque el barranco de Las Goteras tiene una cuenca de aportación de agua muy importante", señalan.

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