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El resurgir de las azoteas

Los proyectos sociales miBarrio, Instituto20grados y la Asociación Atlas debaten la falta de uso actual de estos espacios urbanos "Ya no se puede ni subir a tender la ropa, nos han hecho comprar secadoras"

Momento del encuentro, que se celebró en la azotea de la Pensión Neptuno, en Guanarteme. SABRINA CEBALLOS

El mismo día que RedBull lanza un vídeo de un rider por los tejados de la ciudad de Las Palmas, en una azotea del barrio de Guanarteme se debatió el uso de las mismas dentro del espacio urbano moderno. El periodista Mariano de Santa Ana moderó una mesa redonda en la que participaron Pablo Abreu, del proyecto miBarrio, Manuel Cabezudo, representante de la Asociación Atlas y Juan Palop, director del Instituto20grados.

En el acto, al que acudieron el concejal de Participación Ciudadana, Sergio Millares, y la edil de Sostenibilidad, Pilar Álvarez, se debatió nuevos usos de las azoteas, que en la actualidad viven su momento más pobre. Como muchos asistentes recordaron, las azoteas de la capital grancanaria eran escenario de fiestas, reuniones, meriendas y demás actividades de ocio que las regulaciones actuales no permiten. "Ya no se puede ni subir a tender la ropa", comentó Palop durante una de sus intervenciones.

"Nos han hecho secar la ropa en secadoras", añadió en tono jocoso Palop. Pero razón no le falta, ya que no se puede acceder a la mayoría de las azoteas de ciudad de manera libre. Para cambiar esto se debatieron muchas opciones, pero la que más voz tuvo fue la de hacer sin consentimiento. Pedir perdón antes que pedir permiso. La ciudadanía tiene que recuperar esos espacios que la administración les ha arrebatado. "Esta misma reunión no se podría celebrar si nos atenemos a la normativa de incendios", declaró Palop, haciendo referencia a la falta de salidas de emergencia.

En este punto Palop fue el más crítico. Compartió la reflexión de que la civilización es demasiado controladora, higiénica y segura, donde nadie debe morir y nada debe pasar. Recordó los tiempos en los que se jugaba en las barrancos, donde imperaba la naturaleza, lo salvaje. Por ello, espacios como las azoteas, un peligro para la sociedad, han sido arrebatados de la ciudadanía.

Los tejados de los edificios se han convertido en territorios prohibidos. "Ahora se diseñan los edificios para que en sus azoteas instalen el aire acondicionado", añadió Palop. La posibilidad de albergar huertos urbanos es otra de las opciones. "Se trabaja en un modelo de huerto de macetas, por el peso", explicó Abreu.

Uno de los impulsores de este renacer de las azoteas es Cabezudo, que creó la Asociación Atlas para reunir y albergar a otro tipo de turismo, los denominados "viajeros". En su asociación de La Isleta se reúnen infinidad de culturas y de gentes en su azotea cada noche, donde debaten, cenan, o comparten las experiencias de cada uno durante su estancia en Las Palmas de Gran Canaria. Cabezudo criticó que el Ayuntamiento no permita crear este tipo de hospedaje, como los surfhomes, que en la capital grancanaria serían idóneos. Se puso el ejemplo de Barcelona, que tiene una vida cultural en las azoteas muy activa pese a las adversidades meteorológicas que pueda sufrir durante el invierno, adversidades que en Canarias son mínimas.

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