"Esto no puede faltar el día primero por la mañana". Así de tajante se muestra Víctor Quintana acerca de los churros con chocolate, el que para muchos en la capital fue, en la mañana de ayer, el primer desayuno de 2016, aún con el esmoquin -los chicos- o el traje y los tacones -las chicas- puestos. Las churrerías casi no daban abasto y prácticamente fueron un after más, porque algunos incluso continuaban con sus vasos de tubo en mano, y no precisamente vacíos. Entre ellas, la chocolatería Montesol, en la calle Perojo, en cuyos alrededores numerosos jóvenes disfrutaban de este manjar para empezar a paliar -o al menos intentarlo- la resaca tras una noche de excesos. Para muchos, la mejor del año; para otros, una más.

El propio Víctor se encontraba allí con unos amigos con los que había salido de fiesta tras partir el año con su familia. En su grupito estaba también Celia Cachero, quien admite que durante la noche se lo pasó "muy bien" y que comienza el nuevo año con buena perspectiva. No obstante, cerca de allí, Cristina López, que ya se retiraba a casa después de desayunar, opta por ir sin expectativas a por 2016, "que es mejor", señala.

Tras disfrutar de la fiesta en la terraza Las Salinas, Patricia García, Adriana García y Nuria Ojeda acudieron también a la misma chocolatería por la mañana. Ya cansadas, las jóvenes hacen una valoración de la noche: "Se nota que la gente más joven está empezando a salir, pero nosotros vamos en un grupito en el que somos todos más o menos de la misma edad y nos lo pasamos muy bien", cuenta Patricia, antes de explicar que para ellas, el Fin de Año es doblemente especial, porque las tres estudian fuera, y por esto la del 31 de diciembre se convierte, además, en una noche de reencuentro.

Uno de los emplazamientos que eligió gran cantidad de gente que no quiso desprenderse de grandes cantidades de dinero para irse de fiesta en Fin de Año fue la plaza de la Música. Aún a las ocho de la mañana había allí decenas de personas que daban los últimos coletazos antes de regresar a casa.

Entre ellos se encontraban Silvina Martín y Samuel de Wilde. Ambos lamentan que "el Ayuntamiento no organizara nada" para celebrar la Nochevieja: "Ni fuegos artificiales, ni ningún evento, ni nada por el estilo. Los guiris estaban alucinando porque no se ha hecho nada, ninguna fiesta para atraer a la gente", apunta Samuel. "Y faltan baños públicos", aprovecha para quejarse Silvina.

Una demanda, junto a la de falta de limpieza de las calles desde por la mañana, a la que hacen referencia muchos. "Los operarios municipales van a tener mucho trabajo hoy [por ayer]", comenta Carlos Pérez, aludiendo a los restos del botellón que ayer a primera hora de la mañana todavía ensuciaban las calles.

En total, el Consistorio desplegó, durante la mañana de ayer, un dispositivo especial compuesto por 74 operarios y 21 máquinas para limpiar todas las calles de la ciudad de los restos de basura que dejaron las diferentes celebraciones al aire libre que tuvieron lugar por la Nochevieja. Este dispositivo de refuerzo finalizó su labor a las 13.00 horas con un balance de 8.250 kilos de basura recogidos y 190.000 litros de agua empleada para baldear las calles, plazas y todos los espacios públicos afectados.

En cuanto a seguridad, los efectivos desplegados anoche, 55 agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, una unidad del Grupo Operativo de Intervención y Ayuda (GOIA), 23 bomberos y un dispositivo de refuerzo de otros siete bomberos, y 60 voluntarios de Protección Civil, no registraron ninguna incidencia de especial trascendencia salvo tres accidentes leves de tráfico y un detenido en un control de alcoholemia.

Quien también percibió una reducción del número de personas respecto a otras ocasiones fue José Antonio Acuña. "No ha sido lo de otros años, en cuanto a cantidad de gente y ambiente. Pero me lo pasé muy bien de todos modos", asegura.

Una visión diferente tiene Esther Ramírez, quien no solo se lo pasó "muy bien", sino que además notó "mucho mejor ambiente" que otros años. Cuestión de gustos.

Manu González, que en torno a las ocho de la mañana garantizaba sentirse aún "con ganas de marcha", también disfrutó de la juerga en la que, en su opinión, es "la mejor noche del año para salir, sinceramente".

Cerca de allí, algunos habían decidido darse un paseo por la avenida de Las Canteras y disfrutar de la brisa y, de paso, despejarse. Algunos, incluso, con el objetivo ir preparándose para el primer baño del año en la playa capitalina al mediodía. Un evento que no quiso perderse el propio Manu.

Por su parte, Teresa Charro y Acoraida Rodríguez escogieron también el Ibex para ir con sus amigos en Nochebuena. "En otros locales te dejas un montón de dinero para estar incómodo y aquí hemos estado con nuestros amigos y nos lo pasamos genial; no vale la pena dejarse tanta pasta, al fin y al cabo es una noche más", expone Teresa, que igualmente reconoce que había menos gente que otras veces.

"Pero se agradece, porque así no es tan agobiante", añade. Su amiga, asimismo, valora positivamente el hecho de que, probablemente gracias a esto, "el ambiente estuvo muy tranquilo; no hubo peleas ni nada por el estilo".

Eso sí, no cabe duda de que todo depende del lugar. Y es que, Ana Mendoza, con cuyas amigas eligió otro local privado para salir en Fin de Año, apuesta por que haya "más control con la gente", puesto que pudo observar cómo tuvieron lugar varias disputas -en las que se llegó a las manos-. "Estuvo muy movido el ambiente", agrega.

En general, con más o menos acierto, en uno u otro lugar, los vecinos de la capital dieron la bienvenida a un nuevo año que, para muchos, seguro, viene cargado de ilusión y metas por cumplir. "2015 ha sido un muy buen año, así que 2016 tiene el listón muy alto", aventura José Antonio Acuña. Desde luego, los más tradicionales ya lo han empezado con muy buen pie agenciándose unos buenos churros con chocolate.