Por fin llegaron los Reyes. El deseo de todos los niños de la capital grancanaria se ha vuelto realidad. Ni rastro de la lluvia que amargó la cabalgata el día anterior. Desde primeras horas de la mañana, la calle iba a estar llena de niños jugando con sus juguetes nuevos en los parques, avenidas, y plazas de Las Palmas de Gran Canaria. La realidad fue muy distinta. En una mañana en la que el sol brilló, el número de niños en la calle con sus juguetes nuevos era escaso. Hasta los padres que habían llevado a sus hijos al exterior para disfrutar del día de Reyes se quedaron sorprendidos con los pocos niños que habían. "Hoy en día se regala mucha tecnología", remarca el padre de Ian Bolaños, que da vueltas por el parque de San Telmo con su bicicleta nueva.

Ian, de ocho años, aún está aprendiendo a montar en bici, en la que va con ruedines y le cuesta arrancar el paso. El pequeño es uno de los pocos niños que, por la mañana, estrenaban juguete en la calle. "Y no es porque no se compre", detalla su madre, "es que ahora se regalan tabletas, videojuegos y esas cosas", añade. Ian no es una excepción, los Reyes Magos le han traído el Fifa 16 y el Call of Duty para su videoconsola, pero como sus padres conocen la tradición de pasar la mañana de Reyes en la calle, decidieron salir a pasear con la bici nueva. "La Play para por la noche", replica Ian, que parece haber encontrado el equilibrio para disfrutar lo tradicional y lo virtual. El pequeño Ian también recibió ropa, botas de fútbol y un reloj alarma, o como lo llama él: "Un reloj que me despierta por las mañanas".

Por la avenida Alcalde José Ramírez Bethencourt iban Diego Pardo con su hija Esmeralda, que estrenaba su nuevo patinete de tres ruedas. "También me han traído una bicicleta", explica Esmeralda. La pequeña va de un lado a otro con su patinete a gran velocidad, mientras su padre Diego avanza a pie, con lo que Esmeralda avanza varios metros y luego retrocede hasta donde se encuentra su padre, para volver a realizar un giro de 180 grados y avanzar a toda velocidad por el carril bici. "Cuidado con la carretera", le grita Diego, pero Esmeralda sabe por donde puede ir y gira para volver con su padre. "Muy pocos niños en la calle", comenta también Diego. "En mis días estábamos todos en la calle con las pistolas de mixtos y esas cosas", añade.

En el parque Juan Pablo II también "hay menos niños de lo normal", asegura Montse Sosa, madre de Beneharo, de ocho años. El pequeño vino con todo su elenco de juguetes. Pero uno destaca por encima del resto, y no por su novedad, sino por su antigüedad. "Me trajeron un trompo verde", indica Beneharo. "Parece ser que se han vuelto a poner de moda", comenta Montse, que se quedó sorprendida cuando vio la petición de su hijo. El niño trajo su patinete de tres ruedas, el trompo y su coche teledirigido al parque. Pero lejos de poder participar con otros niños, se tuvo que conformar con dar vueltas bajo la mirada de sus padres. Pero parecía lo normal, durante la mañana de Reyes se veían niños acompañados de sus padres, pero ningún grupo de pequeños en bicicleta o jugando al balón en alguna plaza. "Nada que ver con antaño", asegura Montse, que recuerda que en su época se salía hasta con las muñecas a la calle.

La familia López decidió salir al completo con sus regalos de Reyes al parque Juan Pablo II. Mamen Gontan y Óscar López acudieron con sus pequeños Óscar y Borja, de siete y cuatro años respectivamente, en algún medio con ruedas, ya fuera patines o bicicleta. La madre era la que más controlaba el equilibrio y el desplazamiento sobre los rollers. El pequeño Borja ayudaba a su padre Óscar a dominar el arte del patinaje sobre ruedas. "Aquí estamos aprendiendo todos", explica Óscar padre, mientras Óscar Jr. se tira por la rampa agarrándose de la barandilla. "Esto se aprende a base de caerse", añade Mamen, que realiza el trabajo de coche escoba, ayudando a levantarse a los que se han caído. Los López pasaron un buen día en familia al aire libre. Mientras, probablemente, el resto de los menores de Las Palmas de Gran Canaria pasaba su mañana de Reyes frente a su nueva tablet, móvil, consola u otro gadget tecnológico que Melchor, Baltasar y Gaspar les trajo desde Oriente Medio. Lo que sí es seguro, es que todos los niños de la capital grancanaria madrugaron con una sonrisa.