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Sanidad elabora un informe negativo de la planta de biomasa por sus emisiones

Advierte de que la combustión de madera supone un riesgo para la salud - El valor límite anual de dióxido de nitrógeno se vería superado en el núcleo urbano

Sanidad elabora un informe negativo de la planta de biomasa por sus emisiones

Sanidad emite un informe desfavorable respecto a la planta de biomasa que Ence pretende instalar en el Puerto de La Luz y de Las Palmas, dado que supondría un nuevo foco de emisión industrial en la ciudad y un incremento en la exposición a este tipo de emisiones por parte de los ciudadanos. Según las estimaciones, y en base a un modelo llevado a cabo con datos de vientos hacia el mar, el valor límite anual de protección de la salud para el dióxido de nitrógeno (NO2) se vería superado en un perímetro de 500 metros y en un radio de tres kilómetros, lo cual incluiría el núcleo urbano de Las Palmas de Gran Canaria y la zona protegida del barrio de La Isleta.

Tal y como expone el citado escrito, la calidad del aire se vería afectada tanto durante la fase de construcción como en la de funcionamiento, y la combustión de madera supone un riesgo para la salud. Según el informe, la combustión de biomasa emite contaminantes más peligrosos que otros combustibles como el gasoil o el gas natural.

No se descarta que los valores de emisión expuestos en el informe sean exactamente iguales a los que marca la normativa como límite, y por lo tanto son elevados y sensibles a la existencia de otros focos de emisión en la zona y a las condiciones meteorológicas adversas.

Los estudios realizados en relación a la contaminación atmosférica y la quema de madera sugieren que las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5) procedentes de la combustión de madera daña la salud respiratoria y contribuye a otras enfermedades.

La dirección de los vientos predominantes en esa zona son de componente norte, nornordeste, nordeste y nornoroeste, con lo cual, la gran mayoría de los días, los vientos no se dirigen hacia el océano Atlántico, sino a la población de Las Palmas de Gran Canaria. Así, cualquier contaminante susceptible de ser transportado por ese medio, va a afectar a la salud de los residentes. Asimismo, otras fuentes de emisión difusa como el almacén de largo plazo de astilla a la intemperie, arrastraría estas partículas hacia la ciudad, y como único elemento de contención se proponen unas vallas metálicas de protección.

En el informe se señala igualmente que, dada la magnitud de la población que se encuentra en el radio de influencia, sería esencial desarrollar un modelo de dispersión de los contaminantes que tuviera en cuenta ese nuevo foco puntual más los de las emisiones de la zona y que calculara los niveles de inmisión esperados en receptores puntuales "en un perímetro de diez kilómetros y con mayor densidad de malla en la ciudad".

Igualmente se aclara que hay varios factores que influyen en las condiciones de combustión de la biomasa como son la calidad del propio sustrato, la tecnología de la combustión y las condiciones de funcionamiento de la planta. Asimismo, las condiciones de la combustión no solo determinan la cantidad de partículas emitidas, sino sus propiedades físicas y químicas. Así, el efecto tóxico sobre las personas dependerá del nivel de exposición que estará condicionado básicamente por las concentraciones ambientales -resultado de la dispersión- y por la localización de la instalación.

Cabe destacar que el complejo industrial que se pretende instalar en el Puerto constaría de un foco de emisión de contaminantes a la atmósfera, con 70 megavatios de potencia térmica proyecta -y otros focos difusos asociados-.

Con una altura teórica de 65 metros de la chimenea, se concluye que para el NO2 en las condiciones climatológicas más habituales, los valores estimados estarían "ligeramente por encima del valor del límite anual para la protección de la salud humana" y para el dióxido de azufre (SO2) del valor crítico de protección de la vegetación. Todo esto en un perímetro de medio kilómetro. De modo similar, en un radio de tres kilómetros incrementaría en casi 60 microgramos por metro cúbico más de NO2, seis de partículas menores a 10 micrómetros (PM10) y 59,2 de SO2 anual a los niveles de fondo urbano habitual, lo que incluye el núcleo urbano de la capital y la zona protegida de La Isleta.

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