La fachada del inmueble muestra aparentes signos de falta de mantenimiento. Y las dos grandes ventanas de la casa se encuentran tapiadas. Sin embargo, y a pesar de que carece de una rampa de acceso, se convirtió en el lugar más adecuado que escogió el propietario para estacionar el coche, superando las dificultades que entrañaba subirlo y bajarlo, y hasta la estrechez para colocarlo sin rozarlo con las diferentes paredes, además de estar rodeado por una gran cantidad de cables de luz y de telefonía.

Los bomberos tienen que realizar con frecuencia servicios muy dispares, muchos de ellos curiosos. Pero, en esta ocasión resultó todavía más insólito este servicio para el que fueron requeridos.

Según la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, el automóvil "apareció" el lunes en la segunda planta de la vivienda situada en la calle Roque Nublo, de La Isleta.

El aparente estado de deterioro del inmueble y sin saber cómo estaba su interior propició que se alertara a los bomberos para realizar una evaluación para determinar si el techo estaba preparado para aguantar los cientos de kilos de este pequeño utilitario.

Pero, los profesionales que acudieron hasta el lugar dieron por buenas las condiciones y minimizaron el posible riesgo de desplome del techo por el peso.

Al parecer, el dueño usó una grúa para depositarlo en la primera y última planta de la casa terrera, en vez de dejarlo en la vía pública. Se da la circunstancia de que el pequeño coche carecía de la matrícula que lo identificara, además de algún tipo de obstáculo visible que sirviera de freno en el hipotético caso de que se desplazara hacia atrás y cayera a la calle.

La posición del turismo en la primera planta y el hecho de que estuviera muy cerca de la fachada del inmueble hacía que muchas personas pudieran observarlo desde el exterior, y sin necesidad de elevarse a una zona alta de cualquier edificio colindante del barrio de La Isleta.