El tamaño del mosquito y el recuerdo de una información - publicada en 2005-, en la que una araña podría haber sido la causante de una septicemia, que provocó una necrosis y la mutilación de las extremidades inferiores a un hombre de Arucas, llevó hace unos días a un vecino de Schamann a enviar a Salud Pública las fotos del insecto para que el departamento del Gobierno de Canarias analizase el invertebrado. El mosquito había llegado a su casa en una bolsa de berros que su mujer había comprado en una tienda de frutas.

El hombre, que prefiere guardar el anonimato, reconoció esta semana que le asombró el tamaño del animal, que llegó muerto en el interior de la bolsa de plástico donde venían los berros. "El tamaño era como el de un dedo índice", comenta este vecino, quien asegura que en los 39 años que lleva en la Isla nunca había visto un ejemplar con ese tamaño.

El vecino descartó, rastreando en Internet, que fuera un mosquito zika, que ha desatado la alerta por las malformaciones que provoca a los fetos su picadura. Pero no pudo determinar de qué se trataba, por lo que tomó la decisión de enviar las fotos del esqueleto a Salud Pública y al Instituto de Enfermedades Tropicales de la Universidad de La Laguna.

"Pensé que podría ser un mosquito transmisor de alguna enfermedad de los trópicos", cuenta este jubilado para explicar la razón de enviar las fotos a expertos en la materia. Su experiencia como marino mercante en países como Colombia y Panamá transportando banano a Estados Unidos y donde se encontró con insectos de estas dimensiones fue también otra razón de peso para llevar a analizar el ejemplar. "Esos bicharracos se nos metían en los pasillos y en los camarotes y no podíamos con ellos. Comprábamos entonces un insecticida que estaba prohibido en Estados Unidos por su toxicidad y se vendía a los barcos; fumigábamos, se atontaban y volvían a volar", recuerda.

Salud Pública le ha contestado que se trata de un mosquito común, que vive en zonas rurales, al lado de arroyos o zonas con alta humedad. En concreto, un ejemplar de la especie de Culiseta longiareolata "que comparte hábitat con Culex pipiens, el mosquito común. Su tórax se puede confundir con el del mosquito tigre, pero si nos fijamos no hay una sola línea blanca, sino varias. Además, la culiseta no es negra como el tigre, su cuerpo es marrón y de tamaño respetable". El departamento le indicó, además, que desde 2008 Canarias trabaja en la detección de mosquitos que puedan trasmitir el dengue y otras enfermedades tropicales a través de la cooperación transnacional, con resultados negativos.

El departamento le ha enviado incluso una imagen del Culiseta longiareolata que, sin embargo, no ha convencido a este vecino, que no reconoce en él a su ejemplar.