El ruido y las escandaleras en la calle siguen acaparando la mayoría de las denuncias que recibe el Ayuntamiento de la capital contra los locales de ocio, aunque la mayoría de las órdenes de cierre se producen por deficiencias en la seguridad. Las quejas de los ciudadanos se han disparado en los primeros cuatro meses de este año, una circunstancia que el Ayuntamiento atribuye a la proliferación de terrazas, la batalla entre empresarios de la noche y al refuerzo de la vigilancia policial para conseguir conciliar el derecho al ocio con el descanso de los ciudadanos. Muchas terrazas, advierte el concejal de Urbanismo, Javier Doreste, ni siquiera tienen licencia, aunque admite que la "inmensa mayoría" de los 564 negocios de este tipo que hay en la ciudad cumple las normas. La pelea que protagonizan desde el pasado año, con denuncias cruzadas, varios empresarios de la noche, contribuye al aumento de los expedientes y también a las órdenes de cierre. Doreste expresa su preocupación por la deriva que está tomando este enfrentamiento de empresarios y les ha hecho un llamamiento para que pongan fin a esa guerra.
En los cuatro primeros meses de este año, el consistorio ha abierto un total de 235 expedientes a raíz de denuncias presentadas por vecinos e inspecciones policiales, lo que supone casi la mitad de las que se pusieron a lo largo de todo el año 2015. En el ejercicio pasado fueron 575 las que se incoaron. Estos expedientes han dado lugar a la imposición de 45 sanciones en 2015 y 16 en este año por exceso de aforo, ruidos y escandaleras y fallos de seguridad.
Algunas de estas sanciones, explica Doreste, se corresponden con un mismo local, que es multado de manera reiterada hasta dictarse la orden de cierre, cuando no corrige las deficiencia detectadas. Desde julio del año pasado se ha ordenado el precinto de al menos cinco establecimientos de la capital grancanaria y un centro comercial, en la mayoría de los casos, por incumplir la normativa de seguridad o carecer de licencia para la actividad. En julio se ordenó el cierre del restaurante Samoa, tras la denuncia de un vecino, por los humos de la cocina. La calle Secretario Artiles es, junto con Presidente Alvear y Mendizábal, una de las zonas más conflictivas, origen de numerosas denuncias por parte de los vecinos, hartos de ruidos y escandaleras. La última denuncia pública la protagonizaron precisamente hace algo más de un mes los vecinos de Secretario Artiles, hartos de las escandaleras y peleas que soportan desde hace más de diez años. Tras estas quejas, el Ayuntamiento ha cerrado dos locales en la calle, la discoteca Latin Palace y el local People. Latin Palace fue desalojada y precintada el pasado 17 de abril, por las deficiencias detectadas en las puertas de emergencia, y acaba de reabrir, se supone que tras corregir las anomalías detectadas. Los vecinos de la zona denuncian, no obstante, que el local incumple el horario de cierre. "Sigue cerrando a la hora que le da la gana. Tiene que hacerlo a las seis de la mañana y tenemos vídeos en los que se ve a la gente saliendo poco a poco por las puertas de emergencia a las 6.30 de la mañana", explica la vecina Carmen López, que reconoce que la situación "ha mejorado muchísimo" desde que se ha reforzado la presencia policial en la zona. "Hay muchísima menos escandaleras. El ruido ha disminuido muchísimo, pero siguen con el horario que les da la gana", recalca.
Más precintos
El Ayuntamiento ha precintado también el People Club, otro local de la calle Secretario Artiles, también por deficiencias relacionadas con la seguridad. En la calle Luis Morote, se precintó hace unas semanas la discoteca Tres por uno, por deficiencias en sus instalaciones. En este caso el origen del cierre ha sido una denuncia del empresario de la noche Antonio Márquez, contra el dueño de la discoteca José Juan Castellano. A su vez, una denuncia de este último ha provocado una orden de cierre contra la discoteca que gestiona Márquez, la terraza Sotavento Club, por carecer de licencia para realizar la actividad, que acaba de ser paralizada por el juez. Aunque el objetivo de Castellano era la discoteca, su primera denuncia contra Márquez provocó el cierre de todo el centro comercial Sotavento, durante veinte días, por deficiencias en la seguridad y carencia de licencias.
Javier Doreste asegura que todas las denuncias que se reciben, así como las actuaciones de la policía se investigan, aunque aclara que los denunciantes no siempre tienen razón y que hay reclamaciones que no están relacionadas con locales. "Se reciben quejas por el ruido que provoca la gente en la calle", dice.
Por su parte, Víctor García, secretario general de la Unión Sindical de Policías y Bomberos (USPB), considera que "las denuncias de la Policía Local van en la misma línea de siempre, pero se aprecia una mayor eficacia en el servicio de Actividades Clasificadas del Ayuntamiento en la resoluciones sancionadoras". Víctor García atribuye el aumento de las denuncias a que hay "más requerimientos por parte de los ciudadanos" y a que "se han detectado más infracciones. El cruce de denuncias por parte de empresarios locales de ocio también hace que la policía local actúe con mayor rigor, si cabe, para dejar clara la objetividad de los servicios de inspección".
