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Fomento aprecia numerosos errores durante la crisis del 'Oleg Naydenov'

Un informe asegura que "la precitada salida al mar" del buque "acabó facilitando su hundimiento"

Fomento aprecia numerosos errores durante la crisis del 'Oleg Naydenov'

El informe elaborado por la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim), dependiente del Ministerio de Fomento, considera que durante la gestión del incendio del pesquero ruso Oleg Naydenov, que se hundió el 14 de abril del año pasado a unas 16 millas al sureste de la Punta de Maspalomas, se produjeron numerosos errores. Entre las decisiones cuestionadas por los técnicos se encuentra la retirada del buque del muelle Reina Sofía, donde estaba atracado en el momento del inicio el fuego, que calificaron en sus conclusiones de "precipitada" ya que impidió taponar las entradas de agua situadas en la línea de flotación, "lo que acabó facilitando el hundimiento del buque". Aunque también reconocen que es difícil de evaluar la idoneidad de retirar el buque debido a las circunstancias en que se tomó la decisión.

El documento, de 35 páginas, no deja títere con cabeza. Los investigadores culpan por partes a la tripulación, a los bomberos, Capitanía Marítima por el devenir del accidente. Asimismo, consideran que "la causa más probable del incendio fue la fuga de combustible a la entrada del motor". Llegan a esta deducción por el lugar en el que se originó el incendio -en un motor auxiliar de la sala de máquinas-, la rapidez con la que se propagaron las llamas y las características de estas.

El informe achaca a los 72 componentes de la tripulación de actuar mal y con poca diligencia desde el minuto uno. Así, indica que pocos momentos después de originarse el fuego el jefe de maquinas se encontró con el oficial electricista en la entrada de la sala, quien subía a dar la alarma, "algo que debería haber sido pospuesto a la toma de otra medida esencial como era el cierre de las válvulas de combustible (...) mediante el dispositivo de cierre remoto para casos de emergencia".

Otra de los procedimientos erróneos tiene que ver con las primeras tareas para acabar con el incendio, cuando el jefe de máquinas utilizó, según sus propias declaraciones, "el primer extintor que encontró", uno de dióxido de carbono. Esto, según la investigación, "disminuyó notablemente las posibilidades de controlar el fuego, para lo que hubiera necesitado un extintor de polvo". Estas acciones ponen en evidencia la actuación de los marineros, cuyo "conocimiento sobre las características y uso del agente extintor parecía insuficiente". Tampoco se encargaron de cerrar las puertas para evitar la entrada del aire que avivó aún más el fuego.

De la actuación del cuerpo de extinción de incendios pone en entredicho varias actuaciones. Una de ellas tiene que ver con la falta de consideración hacia los responsables del barco, a quienes no hicieron caso en sus aportaciones a la hora de intervenir en el accidente. En este punto también critica la decisión que tomó la Guardia Civil, que tan sólo cuatro horas después de iniciarse las llamas condujeron a los jefes del pesquero a sus dependencias para tomarles declaración sin tener en cuenta el conocimiento sobre el barco que podían aportar en aquellos momentos. Y es que estos recomendaron ya avanzado el siniestro, "después de mucho insistir el capitán", una escalera telescópica para abrir un tapín en popa-estribor que permitía enderezar el buque. "Esta operación fue desechada al no disponer los bomberos de dicha escalera".

Los investigadores también apuntan que los profesionales del cuerpo de extinción de incendios "carecen de una formación específica sobre incendios en buques", que "podría ayudar a minimizar el desconcierto que el desconocimiento de un escenario como el descrito ocasionó en este caso".

La única apreciación positiva en todo el documento es para la actuación del Centro de Control de Servicios del Puerto, cuya respuesta fue "razonablemente eficaz" por el poco tiempo tardado por los bomberos en llegar -15 minutos-. "Sin embargo", prosigue, " el análisis de la situación a bordo y las medidas a adoptar para combatir el fuego, en algunos de sus aspectos, fueron inadecuadas".

Estas medidas que reseña tienen que ver primero con las dimensiones del buque, que superaban las estimaciones de un primer momento ya que en el aviso se hablaba de un "pesquero" que se entendió que era de menor envergadura; la carencia de espuma y la no valoración de utilizarla; y la falta de caudal y presión suficiente en la red de abastecimiento de agua del Puerto de La Luz, que imposibilitó atacar el fuego con la potencia suficiente hasta la llegada de los remolcadores. Asimismo, afirma que el excesivo líquido expulsado sobre la cubierta principal generó la inclinación a estribor del pesquero ruso.

Agotamiento de los bomberos

Acerca de la decisión de retirar el barco del muelle, la Ciaim aprecia que la valoración de la escora del 'Oleg Naydenov' por parte del patrón de uno de los remolcadores fue poco precisa. A ello se unió el agotamiento de los bomberos, que no tenían puesto de mando avanzado ni tampoco se facilitó su descanso. Esto provocó que los riesgos de explosiones y contaminación en caso de hundimiento no se contrastaran objetivamente, realizándose, en opinión de los autores del informe, una precipitada salida hacia el mar mediante remolcadores, lo que imposibilitó taponar los huecos abiertos, que estaba previsto que lo hicieran los buzos a primera hora del día siguiente del incendio. Con esta opción se precipitó la zozobra del buque.

En el informe no se entra a valorar las posibles consecuencias que, tanto para el Puerto como para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, hubiese provocado el hundimiento del buque en el mismo muelle y la posible contaminación posterior de las aguas portuarias.

Entre las recomendaciones sobre seguridad que puntualiza Fomento está la que realiza hacia la Autoridad Portuaria, que le aconseja revisar el convenio suscrito con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Esta sugerencia se atendió el pasado mes de mayo cuando se firmó un nuevo acuerdo entre ambas administraciones. En el mismo se establece una formación específica a los bomberos para actuar en buques, como también recoge las recomendaciones del escrito publicado por Fomento.

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