"Es un gran orgullo para mí recibir este reconocimiento porque he nacido y vivido aquí toda mi vida". María del Pino Henríquez García recibió anoche el homenaje como Madre Mayor del pueblo de San Lorenzo, aunque probablemente sus vecinos la conozcan mejor como Maruca la de La Tosca, zona en la que vivió durante muchos años.

Maruca tiene 83 años, y este 12 de septiembre soplará 84 velas. Toda una vida dedicada en cuerpo y alma a hacer el bien para todo el mundo sin distinción. "Quien la conoce en San Lorenzo, sabe que puede contar con ella, que está para todo", aseguró su hija mayor henchida de orgullo. Un modo de vida que la Comisión de Fiestas de este año ha querido destacar con el homenaje. "Se trata de un reconocimiento a todas las madres del barrio, simbolizado este año en María del Pino", apuntó Ana Jiménez, presidenta de la organización.

La señora Henríquez mostró su agradecimiento con el pueblo por haberse acordado de ella en este año, tan especial para todos los miembros de su familia debido a la muerte, hace apenas 17 meses, de un "buen esposo, buen padre, gran hermano y mejor persona", como fue su compañero de aventuras durante más de medio siglo. Fue él quien, según Maruca, le felicitó el primero "desde donde esté" porque siempre le repetía "lo gran madre que era". Y, aunque solo sea por un día, también lo será para todo un pueblo.

Horas antes de subirse al escenario principal de las Fiestas de San Lorenzo, se mostraba muy nerviosa ante el acontecimiento que se le venía encima. Preocupada por estar guapa, esta "coqueta", como ella misma se define, apuraba estos últimos momentos para estar hecha un pincel. Pero su nerviosismo no era nada comparado con el de sus cuatro hijos y tres nietos, que adoran a su madre y les encanta que se vea recompensada de esta manera tan bonita.

Orgullosa de sus raíces en el barrio de La Tosca, zona del entonces municipio de San Lorenzo, no quiso dejar de destacar su amor por sus vecinos y por el núcleo de viviendas en el que nació y se crió, donde todos eran "una gran familia, que se ayudaba y se apoyaba ante cualquier momento, fuera bueno o malo". De ahí viene su apodo, Maruca la de La Tosca.

También es conocida entre sus vecinos de toda la vida por sus dotes para la costura, tiene incluso un título de corte y confección, y porque le gusta hacer de comer a todo el que quiera catar sus platos.

Esta veterana nació cuando San Lorenzo de Tamaraceite era un municipio independiente de la capital por lo que vio cómo se ejecutaba al último alcalde electo del consistorio en plena Guerra Civil. Maruca opina que "San Lorenzo nunca ha sido un barrio, sino que fue un municipio y ahora es un pueblo".

Un pueblo que, además, ha cambiado mucho en el último medio siglo. Henríquez recuerda un pueblo en el que todas las carreteras "eran de tierra parda", en donde había pocas casas y todos eran una gran familia. Igualmente, se acuerda de ir a la calle del Pilar, "donde todas las personas del barrio iban a recoger agua".

Cuando era pequeña, Maruca vivía en un San Lorenzo que tenía un zapatero, un barbero y un par de tiendas de las de aceite y vinagre, pero ahora las viviendas se han multiplicado y con ellas los habitantes, aunque admite que el centro sigue igual que antaño, "manteniendo la esencia de las fachadas, aunque más moderno".