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Aguas recibió la planta de Tamaraceite pese a saber que no estaba insonorizada

La constructora informó en 2014 de que eliminar los ruidos costaba 8.750 euros

Augusto Hidalgo junto a Narvay Quinter, el día que recibió la planta de Tamaraceite.

El Ayuntamiento de la capital grancanaria recibió el pasado mes de enero la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Tamaraceite a sabiendas de que la planta no tenía sistema de insonorización, una circunstancia que se añade a la existencia de multitud de fallos, detectados por los técnicos el pasado mes de noviembre, que afectaban al funcionamiento. La constructora de la planta, una UTE formada por Ferrovial, Agroman, Cadagua y Santana Cazorla, envió en octubre de 2014 al Gobierno canario - el organismo que dirigió la obra- una estimación de lo que costaría la "cabina de insonorización", cifrado en 8.750 euros. Con esa inversión, aclaraba la UTE en el documento dirigido a la Dirección General de Agua, "se podría reducir el ruido, aproximadamente, entre 2-6 dB, dependiendo de las circunstancias del entorno". Un dBA (decibelio ponderado A) es una unidad de medida que calibra las frecuencias más dañinas para el oído.

A juzgar por la contaminación acústica que sufren los vecinos de Las Majadillas y Lomo Los Frailes desde que la planta arrancó a finales de julio pasado, la insonorización no llegó a instalarse, pese a que se sabía que necesitaba una solución para eliminar los ruidos, porque en Tenoya, una planta que funciona con el mismo sistema, ocurrió exactamente el mismo problema, cuando se puso en pruebas.

Tras la denuncia de los vecinos en la Fiscalía -que ha dado lugar a la apertura de una investigación judicial, cuyas diligencias previas tratan de dilucidar si existe un delito contra el medio ambiente y la salud-, el Ayuntamiento ha ordenado a Emalsa que inicie las obras para acabar con los ruidos. La primera fase de los trabajos se va a centrar en mitigar los ruidos con una actuación de amortiguación a base de instalar juntas de neopreno en las abrazaderas y anclajes de los dispositivos de la EDAR que están al aire libre y en las juntas de dilatación de los tubos de aire. Esta fase tiene un coste estimado de 30.000 euros, pero la instalación de un sistema de aislamiento acústico de la maquinaria es muchísimo más caro. Otra de las actuaciones que se barajan es trasladar uno de los colectores de la EDAR a la zona cubierta de la instalación industrial para amortiguar más aún el ruido que se pueda generar.

Desde el Ayuntamiento no aclararon cuanto costará la eliminación total de los ruidos y aseguraron desconocer el presupuesto que envió la constructora en 2014 al Gobierno canario para instalar el sistema de insonorización. Será Emalsa la que se encargue tanto de los trabajos de insonorización como de la corrección de las deficiencias con las que recibió el Ayuntamiento la planta. La compañía se negó en marzo pasado a recibir la planta, por las anomalías que tenía, y sólo lo hizo tras un segundo requerimiento del gobierno municipal, en el que le ordenó que arrancara la depuradora de manera urgente. Emalsa ha valorado en más de 232.000 euros el coste de arrancar las plantas de Tamaraceite y Tenoya y hacer las pruebas durante dos meses, así como los informes sobre los fallos.

El periodo de pruebas en Tamaraceite se inició a finales de julio. En el presupuesto de Emalsa no se incluyen ni los trabajos de insonorización ni la reposición de membranas, activos y otros elementos que componen las instalaciones. Además, la compañía mixta ha reclamado también el pago de 226.494,58 euros por el consumo eléctrico de la planta de Tamaraceite en el periodo comprendido entre enero y septiembre de 2015.

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