Los jardines del Castillo de La Luz volvieron acoger ayer una nueva edición de la conmemoración de la histórica batalla del 6 de octubre de 1595, en la que los soldados de artillería y los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria frenaron al corsario Francis Drake, que llegaba con intención de conquistar la Isla para la corona inglesa. La ceremonia, en la que se rindió homenaje a los caídos en aquella gesta heroica que sin duda cambio el curso de la historia de la ciudad y de la Isla, tuvo como protagonista indiscutible al Regimiento de Artillería Antiaérea, número 94, cuyo coronel jefe -Jesús Antonio Peñas- fue nombrado alcaide de la fortaleza. También del zambombazo con el que se dio el punto y final al ritual.

La ceremonia, que se enmarca dentro de las fiestas de La Naval; que prosiguen hasta el próximo día 16, estuvo presidida por la tercera teniente de alcalde, Inmaculada Medina, quien otorgó el bastón de mando de la ciudad al coronel del regimiento en nombre del alcalde, Augusto Hidalgo; el concejal del distrito Isleta-Guanarteme, Sergio Millares; el presidente de la comisión de fiestas de La Naval, Francisco Peña, y un grupo de autoridades civiles y militares que acudieron al acto. Entre ellos, un batallón de reservistas.

El cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Laforet, fue el encargado de contextualizar al grupo de vecinos y turistas que se acercó a ver el acto, y que aplaudió con entusiasmo el desfile de los soldados, aquella batalla contra el entonces enemigo -Inglaterra- y del significado -421 años después- de lo que ayer se vivió frente al castillo de La Luz. El único elemento visible, aunque bastante modificado, de aquella batalla en el arenal que entonces era La Isleta.

El coronel Jesús Antonio Peñas destacó durante su discurso "la alianza entre el ejercito y el pueblo" ante el intento de invasión del corsario inglés y el orgullo del regimiento de seguir siendo un baluarte de la defensa de la ciudad. "Trabajaré para estar a la altura de los alcaides civiles y militares que me han precedido", dijo ya con el bastón de mando y su título, que tendrá que ser rubricado por el pleno municipal.

La tercera teniente de alcalde, Inmaculada Medina, subrayó, por su parte, que la agresión del corsario inglés Frances Drake a la ciudad "forjaron el carácter" de sus ciudadanos. "Los hizo combativos, luchadores y emprendedores", puntualizó, antes de recordar que los retos no son ahora luchar contra el enemigo que viene de fuera, sino con el desempleo y la desigualdad, producto de la crisis.

Y, en ese sentido, alabó el gesto de la alcaldesa de Leiderdorp, Driessen-Jansen, que este mes de julio, en el 417 aniversario del ataque de su compatriota Van der Does a la ciudad, visitó Las Palmas de Gran Canaria y honró a los canarios que perecieron en su defensa.

Medina indicó que lo que los pueblos de Europa deben recuperar es la amistad, la cooperación y la concordia para trabajar unidos frente a los ciudadanos que "huyen de sus países por el hambre". Y como ejemplo de esa cooperación puso a los vecinos de La Isleta, que lo mismo "se prestan un anzuelo" que ofrecen "un plato de tollos en salsa".