Los muertos se levantaron ayer de sus tumbas para divertir más que aterrorizar a los viandantes que ayer paseaban o hacían compras por la calle Mayor de Triana, mientras cientos de personas esperaban en la plaza de Santa Ana la llegada de Don Juan. Fue el caso de Nayra Pumar, que vestida como la novia cadáver, y acompañada de sus hijas Marta y Elena Volpini -una de niña con la boca cosida y la otra con su cabeza decapitada en una botella de agua de cinco litros- eran la atracción fotográfica de la noche y de las madres, temerosas de que la pequeña Marta se asfixiase.

Su espectacular disfraz de Halloween llamaba tanto la atención que apenas podían avanzar por Triana ante las numerosas personas que querían fotografiarse con el terrorífico trío. "Y eso que este año las niñas no han querido sacar al perro, que lo vestimos de araña", comentaba la madre. Como ellas, algunas familias optaron también por disfrazarse de zombies, cadáveres y brujas y salir a divertirse por Triana.

Los hábitos de otras latitudes se mezclaron en la noche previa al Día de Todos los Santos en la capital con el folclore tradicional y el olor a las castañas y piñas asadas en las calles aledañas al mercado de Vegueta. La música estuvo al cargo de la parranda Risco Verde, de Agüimes, y de la Agrupación Folclórica de Vecinos Unidos de La Isleta, que también desfilaron por la calle Mayor.

Los primeros hacían doble actuación: en la capital y en la asociación de vecinos de El Goro. Y los segundos contaban con Luci Álamo y Margarita Diepa, que estrenaban traje para acudir a velar a los muertos. El autor de los mismos, Orlando Navarro, marido de Margarita, se ilustró en un libro de vestimenta tradicional de Arucas para embellecer a las damas.

Un grupo de muertos vivientes también desfiló por Triana al tintineó de las campanillas, pero para anunciar a Don Juan Tenorio. El clásico seductor de José Zorrilla encandiló a cientos de espectadores, que abarrotaron la plaza de Santa Ana, con sus estrategias de seducción. Aunque en esta ocasión y por primera vez bajo la piel de una mujer.

La actriz Natalia Braceli fue la encargada de dar vida al mítico personaje de la literatura española, mientras que su compañera en las tablas, Paloma Fuentes, se puso en la piel de la enamoradiza Doña Inés. Las dos actrices y el elenco de compañeros que participó en la puesta en escena de este personaje inmortal estuvieron a las órdenes de Carlos Alonso Caller, premio nacional José Luis Alonso al mejor director de escena joven en 2007. Alonso incluyó también como novedad la prosa y poesía de Edgar Allan Poe, Espronceda, y escenas de El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina en el auto.

No fue el único punto de la capital que disfrutó de la noche de los finaos. Los vecinos del barrio de Schamann también celebraron la festividad. El recordatorio a los muertos tuvo lugar en el parque del Canódromo a cargo del grupo Tabaiba. Para acompañar la noche se asaron 20 kilos de castañas.

En el barranco de La Ballena también hubo espacio para los muertos vivientes con la Bestial Race Zombie Edition, una carrera de obstáculos de cinco kilómetros para las más de 200 criaturas vivientes que se dieron cita en la instalación deportiva.

Para los que quieran conocer más sobre los muertos, queda una cita este sábado. Una visita por el cementerio de Vegueta para conocer su historia y los estragos del cólera en la Isla en 1851. El recorrido, que se celebrará por la mañana es gratuito y ha sido organizado por el Cabildo. Para asistir hay que estar inscrito antes del jueves en la web www.grancanaria.com.