Usted era concejala del Área de Carnaval del Ayuntamiento en 1998. ¿Cómo se decidió llevar a cabo un evento como la Gala Drag?

[Risas]. Pues fue una iniciativa que estuvimos valorando bastante. La llevamos más de una y dos veces al Consejo de Administración y nunca se aprobaba, pero finalmente ese año decidimos arriesgarnos y, fue todo un éxito.

¿Qué es lo que llevó a arriesgarse?

Pues fue gracias a personas como Anatol Yanowsky, Roberto Herrera o la periodista Carolina Medina, que buscaron mucha información sobre lo que era un drag. Hay que tener en cuenta que ahora es algo que conoce todo el mundo, pero en aquella época no se sabía muy bien. Tanto es así que antes de decidir que sí, nos fuimos hasta el Yumbo para ver algunos espectáculos, porque aunque tenía la información quería verlo por mí misma.

¿Por qué tenían tantas dudas de celebrar la gala?

Bueno, nos asustaba un poco no saber si el concurso tendría o no aceptación y temíamos que la gente no aplaudiese después de las actuaciones y no lo viese como una puesta moderna y si salía mal nos podía hundir y la primera cabeza que iba a rodar era la del concejal responsable [risas]. Porque a mí eso de hacer experimentos en Carnaval, cuando ya veníamos del de la lámpara maravillosa que fue nefasto... Pero cuando vi la reacción supe que iba a ser todo un éxito. Y a partir del tercer año fue ya la bomba. Tuvo muchísima repercusión mediática y a partir de la cuarta edición, si no recuerdo mal, comenzó a hacerse la preselección.

Aquel día no hubo mucha representación política, algo que no se concibe ahora. ¿Por qué?

Aquello era un experimento, como dije antes y alguien tenía que ir a ver cómo salía. Yo tengo que decir que sí estuve, acompañada además por el entonces concejal de Hacienda, Francisco Fernández Roca, que entregó una de las bandas. Yo no puse la del ganador, pero quiero que se sepa que no fue porque yo no quisiera, sino porque me dijeron antes que era mejor que fuese un hombre. Así que a Carlos se la puso Paco Medina.