Apasionada de las olas que surfea siempre que puede y del salitre del que no reniega ni cuando está lejos de casa, Mishela Gutiérrez compagina su vida como modelo profesional con sus estudios de monitora deportiva y Educación Infantil. Y, ahora, también con los ensayos previos a la gala del día 24 en la que aspira a convertirse en la nueva Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria.

Familiar, segura e independiente, nació hace 32 años en Las Canteras y en el seno de una estirpe isletera y carnavalera hasta el punto de que sus tres hermanos mayores son murgueros. Una pasión que ella compartió durante unos meses con Las Despistadas, si bien no llegó a pisar el escenario de las carnestolendas como murguera por falta de tiempo. Como sí lo hará en unos días es con un vestido creado bajo el título Sueño Real por Loly Arbelo del que ella confiesa estar enamorada. Y es que precisamente con esta fantasía, Gutiérrez Batista va a cumplir dos sueños en uno: el suyo propio de poder participar en una de las galas más importantes de las carnestolendas, y el de su madre de verla hacerlo. "Ella ya no está, pero ese deseo es lo que me impulsó a intentarlo", cuenta con ternura la candidata a Reina del Carnaval.

Mishela Gutiérrez asevera ser de las mujeres que consiguen los retos que se proponen. Puede ser que eso fuera lo que la llevó a convertirse en la candidata de Arbelo tras pasar por un casting en el que la diseñadora eligió a su reina de 2017. No es el primer certamen que esta amante del sushi y de todo lo relacionado con el mar gana. Y es que ya se ha hecho con varios podios en concursos como el World Model y, sin ir más lejos, en noviembre viajará a Miami para representar a su país en Miss España Hispana Internacional.

A pesar de su profesión, la joven se considera una persona sencilla a la que le gusta la naturalidad y que ahora mismo está embarcada en la lectura de El viaje al poder de la mente de Eduardo Punset. Y aunque también ha sido tenista y bailarina, ahora mismo el running, zumba y el surf acaparan sus ratos de desconexión.