Para Yanely Hernández esta ocasión supone su cuarta convocatoria al frente de la Gala Drag de Las Palmas de Gran Canaria. Un evento que, tras 20 ediciones, tiene más vida que nunca, "es un reflejo de la sociedad", según la propia Yanely. La actriz sigue viviendo los momentos previos a la gran noche con la piel de gallina.Al fin y al cabo, era uno de sus sueños. Pero, una vez sube a las tablas del Santa Catalina se desvanecen los nervios y llegan las ganas de conectar con el público y disfrutar de los verdaderos protagonistas, los drags queens.

¿Cómo ha sido la experiencia en las convocatorias anteriores presentando la Gala?

Ha sido una experiencia que me la guardo para siempre. He podido compartir escenario con unos compañeros que han sido muy generosos. Me encanta poder ser la anfitriona y decir "esta es mi gente". Es un honor lograr subirte al escenario de tu ciudad a presentar el acto que la gente más espera, por mérito de los drags claro.

¿Cómo reaccionó la primera vez que le llamaron para presentar la Gala?

Cuando me llamó Israel Reyes me volví loca. Fue una mezcla de sensaciones y pensé "por fin", porque la verdad es que fue un sueño cumplido. Es algo que llevaba mucho años queriendo realizar.

¿Piensa seguir presentándola en el futuro si se lo proponen?

Por supuesto, todos los años que quieran contar conmigo yo voy a estar encantada de hacerlo. Me encantan estas fiestas, si lo último que hago en ellas es ir de candidata en el Carnaval Canino, pues lo haré.

¿Se ve presentando otros eventos del Carnaval? ¿Cuál preferiría?

Un año presenté con Dani Calero una final de murgas; con Lili Quintana y David Bustamente la Gala de la Reina, por lo que cualquier evento es bueno. Ten en cuenta que es mi profesión, me disfrazo casi todo el año y vivo en un Carnaval continuo.

¿Qué diferencias hay entre ser presentador y ser jurado de una gala como esta?

Como jurado tienes la enorme responsabilidad de decidir cuales de todos esos trabajos, que han costado un gran esfuerzo de tiempo y económico, es el mejor. Me pregunto, ¿quién soy yo para juzgar el trabajo de otros? En definitiva, es muy difícil ejercer un juicio de valor por la responsabilidad que conlleva. Presentar, en cambio, tiene la dificultad de llevar todo el evento sin quitar la atención de los verdaderos protagonistas, y también tienes que conectar con el público. En los momentos previos, la verdad es que estoy como un flan, pero una vez sales y ves el Parque Santa Catalina en pie y entregado, el miedo da paso a la alegría máxima.

¿Qué significa para usted la Gala Drag? ¿Qué le lleva a repetir por cuarto año?

En el mundo Drag me siento como pez en el agua. Es muy divertido, tiene ese punto canalla en el que puedes soltarte la melena. Me siento bien en ese registro. Valoro muchísimo el trabajo de los drags, los admiro, me gusta formar parte de ese mundo, en el cual yo soy una mera conductora donde ellos son los verdaderos protagonistas. Ellos son los que se lo curran todos los años. Si ahora es transgresora, imagínate hace 20 ediciones cuando empezó. Es un ejercicio de valentía por su parte y de la propia ciudad.

¿Qué diferencias ve usted con las primeras galas?

Ha sido algo cíclico. Cuando empezó y los vieron subirse a las plataformas fue algo muy rompedor. Luego se empezó a valorar más el humor, el espectáculo. Incluso la crisis ha movido el pulso de los Drags. Los patrocinadores pueden aportar más o menos presupuesto, pero, en definitiva, con dinero y sin dinero los drags hacen siempre lo que quieren. Con mucho arte y alegría se suben arriba para hacérnoslo pasar bien a todos.

¿Cree que van por buen camino o habría que pillar algo de los orígenes?

Sinceramente, pienso que es de las pocas cosas que va a ritmo de los tiempos que corren, no está anclada en el pasado. Es reflejo de un mundo y una sociedad cambiante, que se comunica, y ellos saben asumir y transmitir esa idea al público, por eso gusta tanto.

Puede que sea complicado, pero: ¿Podría sugerir un posible presentador para futuras ediciones que pueda acompañarla?

Te resultará extraño, pero es una pregunta que no tengo que pensármela mucho. El pasado miércoles coincidí con Roberto Leal en la Gala de la Reina de Tenerife y desde el primer momento conectamos como si fuéramos amigos de siempre. Comentamos que guay sería presentar algo juntos, justo vacilábamos con eso estos días [risas].

Esta es una gala con gran repercusión y por la que han pasado estrellas y personajes de renombre ¿quién debería pasar por la Gala Drag que no haya pasado todavía?

Pensándolo mucho, creo que debería pasar Donald Trump para que, desde lo alto de las plataformas, vea el mundo de otra manera. A veces, desde arriba, es como se nos ve a todos iguales. Al fin y al cabo, la Gala Drag tiene esa cosa unificadora e integradora, sin distinciones, es un evento para todos los públicos.

Entrando en su faceta profesional más allá del Carnaval, ¿Cuánto tiempo piensa seguir en un proyecto como el de Instinto Cómico, tras tantos años de trayectoria?

Pues vivimos todos los años con la sensación de que se va a terminar. Por la incertidumbre que supone la renovación de contrato. Cada temporada doy gracias por volver a salir al escenario junto a mis compañeros. También es cierto que no es lo único a lo que me dedico. Mi carrera se desarrolla en la interpretación en todas sus vertientes.

¿Cómo fueron sus orígenes en el mundo de la interpretación? ¿Se imaginaba que llegaría a la fama actual?

Desde los 14 años he estado trastiando en el mundillo del espectáculo. Siempre he estado haciendo cosas y quiero morirme haciendo cosas. En mi caso nunca me imaginé un camino concreto, incluso, hasta me sorprendió acabar en comedia y desarrollarme en ella. Cuando vi que la gente se reía con mi papel aluciné.