José Feo presentó el pasado lunes su carta de dimisión como presidente del Club Natación Metropole de la capital grancanaria. El ingeniero industrial, elegido en mayo de 2014 por un centenar de votos de ventaja frente a Ciro Gutiérrez, señaló ayer que su decisión se debe "estrictamente a razones familiares y personales" y negó que este paso tenga que ver con las dificultades económicas que han señalado algunos socios y que se materializaron hace algo menos de un mes en el rechazo de las cuentas de 2016 en la asamblea general. Mientras se produzca la transición y la convocatoria de elecciones, será el vicepresidente, José María García Quer, quien ocupará las funciones desempeñadas por el presidente.

"Esta decisión es personal y familiar, no hay nada más", aseguró ayer Feo, que no dejó antes el cargo, según sus propias palabras, porque quería amarrar una importante cita deportiva que tiene la entidad por delante, más concretamente, los días 26, 27 y 28 de mayo. "Lo único que quedaba pendiente era la organización del campeonato internacional de natación sincronizada, que ya está más o menos cerrado", explicó. "He tomado mi decisión por eso, si no lo he hecho antes es porque quería dejar encaminado el torneo. Quedan pocos flecos pendientes, ya que hemos colaborado con la Federación Española y no nos ha puesto ni una pega a la organización del campeonato", agregó.

En la última asamblea de socios, celebrada el 29 de marzo, se escenificó la oposición a José Feo y su gestión por parte de un grupo de socios, sobre todo los pertenecientes a un colectivo que se autodenomina Somos Metropole. Ante las denuncias de que la situación económica del Club es acuciante, el equipo directivo decidió exponer su presupuesto a una auditoría externa. De hecho, fue el auditor en persona el que defendió las cuentas ante la asamblea.

Para Feo y su directiva, el nivel de endeudamiento, que cifraron en un 33% del total de su activo, entra dentro de lo "aceptable". Sin embargo, esto no fue suficiente para los opositores, que acusaron a la directiva de que el auditor era de parte. Entre los asistentes se llegó a pedir la dimisión de José Feo, que se negó a ello en aquel momento. Ahora explica que ha tomado la decisión de dejar el cargo cuando ha podido, de acuerdo a los importantes compromisos deportivos del Metropole.

En la asamblea, como se ha dicho, fueron rechazadas las cuentas, con 85 votos a favor, 102 en contra y 15 en blanco. El resultado de la votación hizo imposible poner a disposición de los socios el presupuesto del ejercicio de 2017.

"Siempre lo he dicho y lo mantengo, el asunto económico va caminando y se solucionará", argumentó ayer José Feo, que insistió en que no es esa la razón de su renuncia. La directiva defiende que las dificultades se pueden subsanar. La entidad presenta un déficit de 529.000 euros, que tiene su origen en la pérdida de ingresos en las arcas del Club por las cuotas de los socios, que no se han actualizado en los últimos cuatro años por la crisis. De hecho, cuando Feo fue elegido insistió en la importancia de atraer a nuevos socios y cifró en 300 los necesarios para evitar mayores consecuencias. El capítulo de personal también redunda en el déficit, según los directivos, porque se han pagado 168.000 euros en indemnizaciones en los últimos tres años.

Somos Metropole

Sin embargo, las explicaciones no fueron suficientes para Somos Metropole, que ha mostrado su disconformidad con la gestión de Feo en las redes sociales y los medios de comunicación. Para ellos, la viabilidad del Club está en peligro, aunque la situación es reversible si se toman medidas inmediatamente. Cifran en 647.000 euros el déficit, no en 529.000 como la junta directiva. Este grupo se queja del mal estado de algunas instalaciones, más concretamente de unos azulejos que están desprendidos en la piscina. Además señalan que la torre de saltos está "inoperativa". La directiva responde que si fuera así, la entidad no hubiera sido escenario de campeonatos internacionales como lo ha sido en estos meses.