Terminando el llamado II Año Triunfal, el 1 de diciembre de 1937, Néstor Martín Fernández de la Torre presentaba a la Comisión Gestora del Ayuntamiento de Las Palmas, presidida por Antonio Juan Mulet, la propuesta de su puño y letra sobre la creación del Pueblo Canario y su solicitud de emplazarla en el Parque Doramas. La misma, que por supuesto se aprobó unánimemente por aclamación, comenzaba "?el que suscribe, viene desde hace algunos años prestando especialísima atención, en su doble calidad de artista y de canario, a los problemas de revalorización insular tratando de que Canarias pueda alcanzar un futuro digno mediante la exposición y creación de sus valores, de sus tradiciones y de sus productos, cosa que facilita maravillosamente la concurrencia enorme de turismo que llega a este país?"

El proyecto cuasi faraónico que llegaba hasta la ocupación total del Barranquillo de Don Zoilo, incluía junto al Museo Oceanográfico o la Fonda La Casa del Capitán, el llamado Conservatorio Folclórico, ya que Néstor entendía que en la revalorización de nuestros usos, costumbres, vestimentas y folclore radicaba gran parte del éxito y del atractivo cara a los turistas que por entonces, y gracias a la implantación de las dos navieras británicas (la Yeoward y la Castle-Union) a fines del siglo XIX aumentaban año tras año en cantidad de visitantes.

Los linderos con San Lorenzo situados en la zona donde Néstor pretendía ubicar su soñado proyecto eran uno de los inconvenientes pero (ahí va también el dato anecdótico) la misma Gestora daba cuenta de no haberse recibido ninguna reclamación al expediente relativo a la agregación a Las Palmas del término municipal de San Lorenzo, por lo se acordaba su traslado al Gobernador Civil para su posterior remisión a la "superioridad".

El sueño

Néstor falleció en 1938. Y no sería hasta el año siguiente cuando su hermano el arquitecto Miguel cogió las riendas de los sueños nestorianos. Ya del proceso posterior de la construcción y sus avatares hemos hablado y escrito muchos -la mayoría puede ser que con más sapiencia que yo mismo en el tema pero no con mayor interés-.

Las obras comenzaron y progresaron rápidamente y las "inauguraciones" también; porque hasta la definitiva en 1956; las partes de la edificación que se iban culminando servían para recibir a ilustres visitantes, y -vamos a lo que vamos- mostrarles los cantos y bailes del país. Ante la carencia de rondallas y parrandas con una mediana categoría como para mostrar a los de fuera -Guía y algunos lugares del norte grancanario eran una honrosa excepción en ello-, los políticos tiraban de grupos formados ex profeso y encargados a amistades bien amañadas.

La Masa Coral, Tamadaba, Guanarteme, Candelas, y otros muchos sin nombre, fueron formados, como escribo, para momentos concretos e iniciaron el camino de las posteriores. De tal manera se puso intención, que cuando las obras no llevaban ni un año de ejecución llegaban a sus puertas personalidades y comitivas como las de Juan Sureda Vidal, Presidente de la Federación Española de Sindicatos de Iniciativas Turísticas, en marzo de 1940. Y en octubre del mismo año, la del ministro del Ejército, el general José Enrique Varela Iglesias, que presidió un almuerzo íntimo en el Pueblo Canario, con una rondalla de bailadores y tocadores, vestidos con trajes típicos, y la inefable Pacota Mesa cantando lo que buenamente supo y pudo, que para eso valía como ninguna otra.

Pero el momento de empuje definitivo fue a partir de su inauguración oficial en 1956, que coincidió, por un casual de esos de la fortuna, con el establecimiento de la línea aérea directa entre Inglaterra y Las Palmas, a cargo de los hidroaviones de la Aquila Airways, dependiente de la Elder, lo que hizo escribir a un cronista dominguero de la prensa de aquel año que los numerosos visitantes de la isla aquí "tenían un agradable solaz, mezclándose con alegría manifiesta a los muchos concurrentes de nuestra sociedad canaria y gozando del espectáculo folklórico lleno de color que se desarrolla en el Pueblo Canario, y que cada domingo renueva su éxito?"

Después todo fue de corrido, y una pléyade de magníficos creadores (Néstor Álamo, Juan Alberto Monzón, Martín Pérez, Herminia Naranjo, Andrés Macías?), grupos y rondallas comenzaron a vivir al socaire del "Pueblo?".

Pero unos años más tarde también se iniciaron las críticas a tanto encorsetamiento (dirigido políticamente desde el cabildo y el ayuntamiento capitalino) en torno a vestimentas y, sobre todo a piezas interpretadas. Totoyo Millares afirmaba en una entrevista de la década de los 80 que si en el recinto, creado para dar a conocer nuestras raíces, nuestro ser como pueblo, los turistas se volvían locos con canciones como Tartanero o Somos Costeros y en cambio aplaudían fríamente una isa, una folia o una malagueña; se debía a que eran canciones vivas, chillonas, pegadizas, alegres, pero que nada tenían que ver con lo que realmente era la savia de nuestra cultura musical. Enfrente, otros como Tomás Maso, integrante del grupo Los Bandama y esposo de Mary Sánchez, afirmaba en unas declaraciones que en su momento crearon cátedra, que cuando a todos aquellos nuevos grupos que proliferaron a partir de los 70 y que echaban pestes contra estos turísticos repertorios "se les acabaran los tajarastes y tanganillos, vendrían a beber del repertorio de Mary Sánchez".

Ni una cosa ni la otra. En el fiel de la balanza está siempre el peso justo de la verdad.

Que los grupos que actualmente ocupan las mañanas domingueras del Pueblo Canario (Roque Nublo, San Cristóbal, Chemida y Poliguanches) tienen como único valor el haber tenido caudal para agenciarse las carísimas vestimentas de Néstor -obligación impuesta desde el Ayuntamiento- no es verdad. Tanto los "tradicionales" San Cristóbal y Roque Nublo, como los últimos allegados Poliguanches y Chemida son extraordinarias formaciones folclóricas que demuestran en otros muchos ámbitos diariamente su valía y no sólo sobre los desiguales cantos rodados del patio nestoriano. La duda llega desde el momento en que se habla de lo que cobran estos grupos y que debiera estar más repartido y de cómo y por qué razones llegaron aquí (hasta problemáticas internas de la policía local). En eso, que decidan los munícipes de Las Palmas de Gran Canaria que para eso se presentaron.

¿Que deberían permitirse las otras muchas, variadas, bellísimas, tradicionales y veraces vestimentas de la tierra? Obviamente, sí. Que un día, el domingo, el grupo muestre la vestimenta de Néstor como un homenaje al mismo, bien; con el añadido de una explicación de qué es y cómo se creó lo que están viendo los que allí asistan. Y otros días, grupos, cuerpos de baile con las vestimentas de cepa y tradición.

Y luego, mucho espíritu emprendedor y empresarial.

¡Por favor no abran tiendecitas de artesanías que por muy bonitas que sean no van a terminar de ser más que almacenes con polvo de siglos a los tres meses de abiertas! Las mismas artesanías expuestas y propuestas desde perspectivas y enfoques modernos, actuales, vivos, de comercialización y presentación de lo nuestro.

Y este mismo enfoque?para todo lo que allí se haga. Jamás permitir que aquí ocurra lo que se dijo que no iba a pasar en la Cruz de Tejeda y pasó. Desaparecieron farolas, herrajes, muebles, y algún hermoso tapiz terminó en La Palma. Eso, no.

Modernización

El mejor ejemplo de esta modernización respetando tradiciones y valores ya lo está llevando adelante el mismo ayuntamiento. La propuesta -magnífica, creativa, extraordinaria- de Musicando las noches de los sábados.

Algo que, y ya para terminar, nos permitió disfrutar de la impresionante y excepcional actuación de un grupo como Jóvenes Cantadores el pasado 25 de marzo. La agrupación, formada en mayo del año 2008 -después de su intervención en el programa de la Televisión Canaria, La Bodega de Julián- trajo al patio del Pueblo Canario todo un sugerente despliegue de músicas y sones tradicionales y modernos, en correcta mezcla de solistas de voces limpias como brisas de nuestra tierra con un absoluto respeto que por lo que nos define como pueblo, culturalmente hablando, y del que hacen gala los integrantes de este magnífico grupo siempre que actúan. Así, sí.

Y entre Roque Nublo y Jóvenes Cantadores, todo aquello que en nuestros campos folclóricas crece y fructifica. Aquella noche comenté que el "serinus" que da nombre a su último trabajo se había posado en las altas palmas del patio en armonía sensible con todo lo que le rodeaba.

Cultura pura y en esencia? lo que siempre quisieron Néstor y Miguel Martín Fernández de la Torre para el ámbito maravilloso de nuestro Pueblo Canario.