Con los nervios a flor de piel, 542 aspirantes comenzaron ayer las pruebas físicas de las oposiciones a 22 plazas de agente a Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de la primera convocatoria en los últimos cuatro años. La intención del Consistorio capitalino es publicar otra oferta con otras 68 plazas antes de finalizar el presente año.

En total, se admitieron 1.079 personas a la convocatoria, de los que ayer se presentaron aproximadamente la mitad. Las pruebas comenzaron en la Ciudad Deportiva Gran Canaria, más conocida como Martín Freire, y se prolongarán hasta el viernes, con distintas pruebas físicas por jornada. Los opositores que logren superar los exámenes pasarán a engrosar la plantilla de la Policía Local como funcionarios en prácticas a finales de este mismo año.

Las pruebas comenzaron con salto horizontal. En los próximos días se irán sucediendo dominadas, resistencia aeróbica y natación de 50 metros en estilo libre. Una vez terminados los exámenes físicos, durante los próximos meses se irán desarrollando el resto de pruebas: test psicotécnico, test de conocimientos, de manera opcional prueba de idiomas y, finalmente, un reconocimiento médico.

Entre el temario exigido en las pruebas teóricas constan nociones de tipología delictiva del Código Penal, normativa de tráfico y seguridad vial y conocimientos de índole administrativa. Además, se plantearán cuestiones del sistema de seguridad en Canarias, ecología, protección del medio ambiente y del turismo.

Antes de comenzar la primera de las pruebas físicas, los candidatos a policía se han sometido al tallaje y pesaje. Los hombres deben medir una altura mínima de 170 centímetros, mientras en las mujeres son 160 centímetros. Igualmente se comprueba que su índice de corpulencia no sea superior a 28.

Para muchos de los aspirantes, la prueba de salto es una de las más temidas. Una mala técnica puede llegar a jugar una mala pasada. "Mueves el pie un poco y ahí ya estás descalificado", repitieron varios opositores. En esta prueba, a las mujeres se les exige saltar una distancia de dos metros y a los hombres de 2,2 metros.

Los aspirantes tuvieron que esperar su turno bajo un sol de justicia, hasta tal punto que más de uno optó por llevarse un paraguas de casa a modo de sombrilla. No obstante, pueden las ganas de conseguir un puesto laboral estable. "Conseguir estabilidad y una buena oportunidad de futuro", fue la frase más repetida durante toda la mañana de ayer.

Josué Marrero, Elena Lampón y Nayra Medina se conocieron en una de las academias que preparan el temario de las pruebas teóricas para este tipo de oposiciones. Para ellos, las pruebas en la capital grancanaria no son una novedad, ya han probado en los cuerpos municipales de Arrecife, Ingenio y Agüimes. Tres años han pasado desde que comenzaron con esta idea y esperan conseguir su meta. "Soy ingeniera, pero una carrera no te asegura la estabilidad que sí te proporciona esto", comentaba Lampón.

En el caso de Josué Marrero, el chico ha tenido que compaginar su trabajo como cajero en un supermercado con estudiar y prepararse estas pruebas. "La cosa es obligarte a ello, ponerte duro a diario con ambas cosas, si quieres comer ahora y labrarte un futuro", señalaba el joven.

Muchos de los candidatos se desplazaron desde Tenerife. El joven Ricardo Gutiérrez, procedente del sur de la isla vecina, ya lo ha intentado en Santa Cruz de Tenerife, La Matanza de Acentejo, Tuineje e Ingenio. "Lo más difícil es superar el psicotécnico, porque cada ayuntamiento tiene sus propios criterios, es una prueba muy subjetiva", afirmaba. "Después de tres años opositando, te haces más amigos de la gente que conoces en cada sitio que de los que conoces de toda la vida", ironizó.

Los novatos en el mundo de las oposiciones también se dieron cita. Francisco Melián fue uno de ellos. "Llevo solo seis meses preparándome, pero voy a por todas", comentaba el chico. Como muchos de los presentes, Melián es exestudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Aunque, en su caso, lo dejó de lado cuando solo le faltaba una asignatura por aprobar.

Entre el más de medio millar de candidatos también abundan los que intentan lograr un puesto en otros cuerpos de seguridad y emergencias. Dania Hernández lleva seis años inmersa en este mundo. Se ha presentado a Bomberos de la capital grancanaria, al Consorcio Insular de Bomberos, a la Policía Local de Agüimes y a la Policía Nacional. "La gran diferencia entre unas pruebas y otras son las marcas, en las de bomberos estas son más altas que en el resto", comentó Hernández, quien intenta así lograr un futuro mejor, después de trabajar varios años como auxiliar administrativa.

La vocación también es la razón de los candidatos. "No me veo trabajando en una tienda, desde pequeño tenía ganas de trabajar de esto, no tendría ganas ni le pondría empeño en otra cosa", afirmaba Alejandro Morales, un joven agüimense. Se trata de su cuarta convocatoria a Policía Local, después de intentarlo en los cuerpos de otros tres municipios de Gran Canaria. Actualmente trabaja como socorrista en la playa de Arinaga, un puesto que ha ganado mediante oposiciones. "Al final es un poco como esto, en ambas profesiones tienes que tener siempre un ojo abierto, por lo que pueda pasar", explicaba antes de iniciar su salto.