La Provincia - Diario de Las Palmas

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X Encuentro de Arquitecturas Colectivas Talleres a pie de barrio

El Risco cambia de cara

Más de 40 grupos cambian la imagen de zonas degradadas de San Nicolás durante el Encuentro Internacional de Arquitecturas Colectivas

A base de brocha, soplete y azada, más de cuarenta colectivos sociales han lavado la cara de varias calles de El Risco de San Nicolás en los últimos cinco días. El X Encuentro Internacional de Arquitecturas Colectivas ha atraído a profesionales de catorce nacionalidades para hacer actuaciones de embellecimiento en las calles Nogal y Nilo de la capital grancanaria. Distintos huecos urbanos, hasta la semana pasada eriales, se han rejuvenecido con pintura, materiales reciclados y nuevas zonas verdes.

El eje de actuaciones ha girado entorno a distintos puntos cercanos a la escalera de la calle Nogal. Se trata de una de las vías que vertebra la cuesta, desde la trasera de la avenida Primero de Mayo hasta los altos del barrio. A su vez, sirve de "frontera" entre las zonas de San Nicolás y San Lázaro. "Escogimos esta zona, no solo porque divide el barrio, sino porque la mayoría de vecinos nos comentaron que aquí nunca llega nada, ni se hace nada", destacó Ángeles Mesa, una de las arquitectas promotoras de la iniciativa. Ella, junto a Aurora Ramón, Sara Delisau, Tamara Febles y Fernando Saavedra, formaron el colectivo MicroMacro hace unos meses, con el objetivo de crear iniciativas de regeneración urbanística en El Risco.

En estos días han conseguido transformar el solar en la encrucijada entre Madera y Nogal en un agradable "parque de bolsillo". El hueco urbano se ha cubierto de flora endémica y jacarandás que darán sombra y suplirán la falta de espacios verdes en la zona. Además, han construido una pérgola de madera que, cuando crezcan, estará cubierta por buganvillas. Varios peldaños más arriba, ahora pintados de amarillo, han dibujado la frase "Cultura en lucha" en un muro que da sombra a un solar de titularidad municipal. Estos dos espacios se encontraban dentro del proyecto de regeneración de los riscos capitalinos que se propuso en 2011 dentro de la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria a Capital Europea de la Cultura, desde entonces habían caído en el olvido.

En todo momento los vecinos han visto con expectación y curiosidad los talleres y obras, no obstante, allí nunca se hacía nada. Más de uno dejó caer un "en mi calle también hace falta". Cada vez que alguien bajaba la escalinata no podía evitar pararse a observar o preguntar a los voluntarios. Pino García vive en la cercana calle Roble, observó las obras con ciertas reticencias. "Está bonito y es bueno que hagan cosas por el barrio, pero no sé yo cuánto va a durar, la gente no sabe cuidar lo que tiene", subrayó la mujer.

En lo alto de la cuesta, Amalia Martín y Juana Manzano, vecinas de la calle Nilo, plantaron ayer un olivo, "símbolo de la paz", romero y otras plantas. "Me apunté hoy [por ayer] porque los vi desde casa y pensé que es bueno ayudar a poner esto bonito", indicó Manzano. "Es verdad que los de limpieza vienen a menudo, pero hacen falta parques, cultura y lugares de ocio para los niños, aquí no hay nada de eso", señaló Martín, mientras se sacudía la tierra de las manos.

Antonio Santana Sánchez, residente en la calle Mercurio, próxima a la nueva escalera amarilla, quiso poner también su granito de arena a la causa, por lo que cedió el uso del agua y la luz necesarias para la maquinaria que han utilizado. Entre todos suman manos. Tanausú Suárez, por su parte, aportó su garaje como almacén. Junto a su casa, los chicos de los colectivos peninsulares Straddle 3 y Makea tu vida soldaban ayer hierros, armaduras y antiguas señales de tráfico. "Todo el material reciclado lo ha facilitado el Ayuntamiento, vía el depósito municipal de La Favorita", subrayó Ángeles Mesa. Los objetos que construyan tendrán distintas funciones a lo largo de los distintos puntos de actuación.

Como en Latinoamérica

"Esto es una favela, pero con tranquilidad, sin delincuencia", así describió el costarricense Michael Smith, miembro del colectivo Entre Nos, al barrio de San Nicolás. A lo largo de los últimos trece años se ha dedicado a rehabilitar espacios en la capital de su país, San José, o a crear lugares comunes para pueblos indígenas. Era su primera vez en la Isla y, como a la mayoría de extranjeros, le sorprendió la similitud entre el barrio de la capital grancanaria y los asentamientos de las ciudades de América Latina, a pesar de las distancias en muchos aspectos sociales, según señaló Smith.

Su gran obra, de la que se siente orgulloso, es un edificio de cuatro plantas que se utiliza como espacio comunitario en una de las barriadas más pobres de Costa Rica. En la misma línea, Marcos Coronel, del venezolano Pico Colectivo, creó hace dos años un "espacio de paz" en Petare, la mayor favela de Caracas. En un lugar donde reinan la delincuencia y los asesinatos, Coronel y otros grupos de arquitectos crearon un local social en el barrio, con cancha de baloncesto incluida. "Hacer este tipo de lugares es necesario, son cosas que demandan los propios vecinos", resaltó el caraqueño. Asimismo, el arquitecto también destacó las similitudes entre las zonas informales su ciudad y El Risco. "Aquí la precariedad urbana y social es menor, pero su fisonomía como asentamiento de autoconstrucción es similar", apuntó Coronel.

Ambos hispanoamericanos soldaron ayer metales y vigas con ahínco en una plazoleta en la parte alta de San Nicolás. "Después colocaremos un columpio y el resto del espacio servirá como zona de work out para hacer ejercicio físico", comentó Diego Peris, miembro de Todo por la Praxis. Este madrileño es uno de los fundadores de los encuentros de Arquitecturas Colectivas hace una década. "Los primeros años fueron debate de ideas, pero luego nos hemos dedicado a hacer cosas como esta, a reconstruir espacios degradados", explicó Peris.

Tras las duras jornadas de trabajo tocaba comer donde "las grego". Las vecinas de la calle Gregorio Gutiérrez, también en San Nicolás, prepararon cada día el almuerzo a los diferentes colectivos, con mesas desplegadas por toda la calle. Durante el encuentro, cada jornada terminaba con charlas de los diferentes colectivos en distintos puntos de la capital grancanaria. "Fue emocionante ver como alguien hablaba de regeneración urbana en la playa de Las Canteras y la gente se paraba a escucharnos", indicó Ángeles Mesa. Entre los temas que trataron destacan la reutilización de materiales, la transformación de huecos urbanos y la economía circular, un término que, según Mesa, se define en base a las actividades que pueden desarrollar los vecinos de un barrio, "ayudándose unos a otros". Desde hoy y hasta el próximo domingo, el evento continuará con actuaciones similares en Tenerife.

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