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La zona azul de la discordia

Gran parte de los usuarios que aparcan en lugares de dominio público de la capital muestra su malestar por una tasa "desproporcionada"

La zona azul de la discordia

En una mañana cualquiera por las calles de Las Palmas de Gran Canaria, cientos de conductores se afanan por encontrar un hueco en las calles del centro de la ciudad. Muchos de los usuarios de la zona azul consideran abusiva la tasa por ocupación de suelo. "Hay un afán de recaudación", repitieron numerosos vecinos en la mañana de ayer mientras aparcaban su coche en la capital.

Dailo León Marrero y Miguel Herrero Quintana son de Vecindario, fueron al barrio de Arenales para ir a la autoescuela y recuperar puntos del carnet de conducir. Por desgracia, se equivocaron y aparcaron en la zona verde, residencial, que solo les permite estar allí una hora. "Allá abajo no hay nada de eso, ni sabíamos que había eso de zona verde, encima ahora perdemos un euro que hemos puesto en la maquina", destacó León.

Mientras, su amigo cambiaba de lugar el coche y lo aparcaba en la zona azul de la calle Canalejas. La sorpresa llegó a la hora de sacar el tique. "1,65 euros por solo dos horas, menudo robo", exclamó Herrero. A eso habría que añadirle la necesidad de cambiarlo de situación cada dos horas. Al final los chicos optaron por volver a mover el vehículo de sitio e ir a un parquin subterráneo, pues su intención era quedarse en la ciudad hasta bien entrada la tarde.

La plataforma ciudadana de Facebook A ver cuántos queremos retirar la zona azul en Las Palmas de Gran Canaria ha conseguido por el momento más de 11.000 seguidores en la red social. La iniciativa ciudadana pide retirar la ordenanza municipal que regula los aparcamientos en suelo de dominio público, pues consideran una "sanción encubierta" la tasa de 25 euros que hay que ingresar si no se paga el correspondiente tique.

También en la calle Canalejas, Juan Delgado estacionó ayer su Opel Astra. "Vengo a hacer unos trámites y me parece un abuso que tenga que volver a pagar algo que ya hago con mis impuestos", indicó este vecino de Siete Palmas. Ante tal "injusticia", no le quedó más remedio que abonar los casi dos euros del parquímetro.

Opiniones similares se repetían por todo el barrio. Consuelo Corchete bajó a la capital desde Teror acompañada de su hijo y su marido para arreglar unos papeles y comer después en la calle León y Castillo. "Es un impuesto por ocupar el espacio, me parece desproporcionado", repitió Corchete, mientras su marido sacaba el boleto de la máquina. "Pagamos ya con impuestos el espacio público y de circulación, no tenemos porque darles dinero por una zona que ya hemos pagado hasta en tres ocasiones, si contamos esta", resaltó, indignado, el hijo, José Ramón Yáñez, antes de ir a la Escuela de Hostelería a realizar su matrícula para el próximo curso.

No obstante, no todos los usuarios de la zona de aparcamiento limitado piensan de la misma manera. Isidro, natural de La Aldea, fue hasta Arenales para arreglar unos papeles que tenía pendientes. "Como vengo de lejos a mí me viene genial, es algo estupendo, llegas y buscas con facilidad un hueco para el coche", señaló el aldeano. En cambio, este ciudadano reconoce que, pese a la "ventaja" que a su juicio supone para los de fuera, para los de la capital se trata de un "auténtico fastidio".

Los gestores de la plataforma de Facebook tienen la intención de constituirse como asociación regional, con el nombre de Asociación Canaria de Afectados por la Zona Azul y Verde (AZAV). Ponen como ejemplo municipios como Telde o Los Realejos, donde existe un sistema de rotación en el que estacionar las dos primeras horas en zona azul son totalmente gratuitas. Pasado ese tiempo habría que mover el coche o la Policía Local pasa a sancionar con una multa, que varía según las distintas localidades.

Carmen Delia Hernández y su amiga Pina Nuez hicieron uso en la mañana de ayer de la zona verde de la calle Cebrián, para descargar la compra del mes del portabultos de su coche, sin mantenerse al margen de la polémica destada. "Tienen un afán recaudatorio, van cada vez a más, sin tener en cuenta la opinión del ciudadano, que somos los que pagamos y utilizamos las calles", recalcó Hernández. "Más que facilitar hacen la vida imposible, porque no te dan opción alternativa", apuntó su amiga Nuez.

En la misma calle, Elisa Tejera también usó la zona verde, pues vive en las inmediaciones. "Pago 30 céntimos al día y con eso tengo un sitio seguro para mi coche delante de mi casa", argumentó Tejera. No obstante reconoció que aparcar en zona azul si le afecta cuando se mueve a otros barrios de la capital. "Voy con frecuencia a Mesa y López y la verdad es que es un gran inconveniente para moverte con tu coche por la ciudad", subrayó la vecina de Arenales.

Próxima a ella, Marta O'Shanahan pagaba el euro correspondiente por no ser residente del barrio. "Miran más por recaudar que por el ciudadano, llega un momento en el que no sabes por dónde te van a salir", indicó esta vecina de Santa Brígida.

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