Esta no ha sido una mañana normal en el número 45 de la calle Mas de Gaminde de la capital grancanaria, cuyo conserje fue hallado ayer por la tarde fallecido en el interior del aljibe. Entre el habitual ajetreo de esta zona de la ciudad los sábados -justo detrás se encuentra el Mercado Central- se escondía el dolor de los vecinos de los dos bloques que comparten portal por la pérdida de un hombre que todos califican como "una bellísima persona".

"A mí me ha afectado mucho", reconoce el dependiente de un local comercial ubicado en los bajos del edificio. "Aparte de ser buena persona, lo conocía desde hace muchos años", detalla mientras rememora la figura del portero. "Era una persona muy sociable y muy trabajadora, le gustaba mucho la profesión", cuenta este hombre que conocía a Javier desde que su negocio se estableció en el inmueble. "Era un buen navegante, sabía navegar entre los vecinos, que aquí son muchos". Un ejemplo de ese saber hacer estaba en su buen humor: "Recuerdo que venía con la correspondencia y me decía ´hoy traigo buenas noticias, no hay cartas de Hacienda´, era buena gente", describe el mismo vecino, que ya lamenta la ausencia: "La pena que me queda es que no lo voy a ver más".

"Muy difícil de sustituir"

En el portal se forman de cuando en cuando corrillos en los que los vecinos comentan la triste noticia. Pocos son los que no conocían al portero, aunque la mayoría de los que sí trataban con él guardan silencio como señal de duelo cuando alguien ajeno a la comunidad se une a la conversación. Los escasos habitantes del bloque que guardan entereza para evocar la figura del conserje, eso sí, coinciden en sus descripciones: "Era un tío atento, tranquilo, sano, natural, y sobre todo, no era lengüino". El más claro de todos ellos, el presidente de la comunidad, quien prefiere no hacer declaraciones sobre el suceso pero aclara, en todo caso, que era "una gran persona, muy difícil de sustituir; no lo olvidaremos nunca".

Aunque para aclarar las causas del fallecimiento habrá que esperar a conocer el resultado de los estudios realizados en el Instituto de Medicina Legal de Las Palmas, en muchas de las conversaciones hay un tema común: el peligro de los aljibes como los que hay en este edificio y en los que Javier solía trabajar los viernes para dejar preparada el agua de abasto para el fin de semana. Fue allí donde se encontró su cuerpo sin vida en torno a las 16.00 horas de este viernes, cuando la familia del fallecido se personó en el bloque para preguntar por él, puesto que no había vuelto a casa. La brigada de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de la investigación del suceso.