La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jornadas Paisaje Protegido de La Isleta

"Olivia Stone describe en La Isleta una gran necrópolis prehispánica"

"El cambio más importante que ha experimentado el paraje ha sido por el urbanismo del Puerto", manifiesta la catedrática de Prehistoria de la ULPGC, Amelia Rodríguez

Amelia Rodríguez, ayer antes de su exposición, en el Museo Elder. QUIQUE CURBELO

¿Cuál es el valor patrimonial que tiene La Isleta?

Aunque ha perdido una parte importante de los vestigios arqueológicos que contenía, y que se sabe que existían por descripciones del siglo XIX, todavía conserva una parte muy interesante que es el poblado de Los Canarios, que está en la zona de El Confital. Quedan muy poquitos vestigios de los antiguos concheros [acumulaciones de conchas que indican la explotación de los recursos marinos] que había. Y, en mi caso concreto; lo que a mí más me interesa, es la existencia de una cantera de molinos de mano de los antiguos canarios, que nos ha permitido comprender mucho mejor cómo eran esas labores de extracción de las piedras, cómo se fabricaban los instrumentos para trabajar allí.

¿Cuando habla de la cantera de molino a qué se refiere?

El lugar de donde se extraían las preformas de los molinos de mano rotatorios, las piedras para moler. En Gran Canaria hay una peculiaridad para la época preeuropea y es que la mayor parte de la muela de molino de mano se hacían con toba, con lo que aquí llamamos tosca; es decir con la ceniza volcánica compactada. Y, en mucha menor proporción, con el basalto vesicular que es como luego siguieron haciéndose hasta prácticamente a mitad del siglo XX. Sobre todo para moler el cereal, pero también se usaba en la alfarería; para moler la sal. En la Isla convivían los molinos de mano hechos con basalto vesicular con los fabricados en toba. Las que hay en La Isleta son de toba.

¿Existen solo ahí o hay también en otros lugares de la Isla?

Hay en otros lugares, pero la cantera de molino de mano que está en montaña Quemada o Colorada es la única que, hasta el momento, ha sido estudiada de una manera sistemática con excavaciones arqueológicas. Y, por lo tanto, es la que nos da la información más relevante sobre todo el proceso de trabajo.

Hablaba de la pérdida de restos, ¿en qué porcentaje?

Es muy difícil determinarlo. No sé si conoce a una viajera inglesa del siglo XIX, Olivia Stone, que visitó todas las Islas y escribió un libro titulado Tenerife y sus seis satélites. En Gran Canaria visitó La Isleta y hace unas descripciones muy interesantes del espacio. No solo de los sitios arqueológicos, porque visita el poblado de Los Canarios y una gran necrópolis que hoy está debajo de la parte urbanizada; incluso hizo un dibujo y tomó una fotografía que hoy en día son los únicos vestigios de que aquello existió, sino también de cómo era el barrio, las condiciones de insalubridad que había, los problemas. Su obra, desde el punto de vista histórico, es muy importante. Y es una de las primeras descripciones que hay sobre cómo creció el barrio al calor del Puerto.

¿Cómo llegó a interesarse por La Isleta?

Llevo muchos años investigando e interesándome no solo por los molinos de mano, sino por otros aspectos de los recursos líticos. Hemos estudiado las minas de obsidiana que hay aquí, cómo explotaban los recursos para hacer instrumentos de trabajo. Por ejemplo, ellos aprovechaban lo que encontraban en los barrancos y de la costa, y lo transformaban. Luego existían unos centros más especializados, que eran menos abundantes, donde las materias prima que recogían era para hacer instrumentos muy concretos. Por ejemplo, las canteras de molino o las minas de obsidiana. En la actualidad, una alumna mía, Yurena Naranjo, está haciendo sus tesis doctoral sobre esos materiales que usaban para las moliendas. No solo sobre la extracción de las canteras y cómo se hacían las piedras de molino, sino también cómo se utilizaban y cómo fueron evolucionando durante todo el periodo de ocupación indígena de la Isla.

¿Los restos encontrados en La Isleta están bien conservados?

Una de las dos canteras que hay es muy pequeñita y está al lado del poblado de Los Canarios. Esta no está tan bien conservada. Luego, la que está en montaña Colorada, que está en zona militar y que fue en la que intervenimos, ha sufrido menos trasiego de personas, y tiene un estado de conservación muy bueno, lo que nos permitió sacar conclusiones.

¿Puede La Isleta esconder más vestigios de esa época?

Puede. Cuando hicimos el proyecto en la cantera también hicimos una prospección en toda la zona militar y los otros restos que encontramos más bien corresponden a actividades pastoriles pero, seguramente, de etapas ya históricas pero no prehispánicas. Hay rediles, cabañitas pequeñitas; en muchos casos aprovechaban restos de picos del molino para levantar esas cabañas. En el Museo Canario se guardan materiales procedentes de La Isleta pero de otros entornos. En nuestra prospección, desde luego, no encontramos nada que nos permitiera asegurar que era inequívocamente prehispánico. Pero eso no quiere decir que no exista, sino que no lo hemos encontrado. Ha habido muchos intentos de localizar algún vestigio, de encontrar la gran necrópolis, pero no ha dado frutos. Creo que desapareció completamente por las actividades urbanísticas. Además hubo una extracción de áridos muy importantes; lo que había ahí nunca lo sabremos.

¿Los yacimientos son de fácil acceso para que puedan ser visitados, si se abriera al público?

El de Los Canarios sí está preparado. Las canteras de molinos no, al estar en zona militar. Uno tiene un buen acceso y otro es peligroso, porque está en el mismo acantilado costero. Pero se podrían visitar con tutela de alguien. Primero, para que no corrieran peligro y también para evitar alteraciones en el lugar.

¿Los militares están haciendo una buena labor en la salvaguarda de esos restos?

Simplemente que la zona sea de difícil acceso es importante. Lo que puedo decir es que, cuando estuvimos trabajando allí, todo fueron facilidades.

Actualmente, ¿hay alguien estudiando en la zona?

El arqueólogo Artemi Alejandro, que también interviene en las jornadas, está haciendo una tesis sobre los vestigios militares. Nosotros no tenemos prevista otra excavación arqueológica.

Con todo ese patrimonio que hay, ¿se podría hacer un itinerario cultural en La Isleta?

Por supuesto, se podría ver cómo ha ido variando su uso desde los antiguos canarios hasta la actualidad. El cambio más importante ha sido el Puerto, evidentemente; no tanto por la actividad comercial, sino por todo lo que generó de urbanismo en esa zona; para bien o para mal.

En su opinión, ¿qué se podría hacer con este espacio protegido en caso de que Defensa diga un día que se marcha?

Lo dejaría como una reserva natural, como un parque natural controlado con personal que vele para que se mantenga bien cuidado, con servicios para los visitantes y que informe al público del interés de ese espacio desde todos los puntos de vista. Este trozo de La Isleta ha sobrevivido porque estaban los militares; independientemente de que ellos también, por sus actividades, hayan modificado y alterado el espacio. Me daría mucha pena que se urbanizara y que quedara oculta bajo edificios, porque ya tenemos la mitad de La Isleta así.

Compartir el artículo

stats