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Club LA PROVINCIA Debate sobre el futuro de las zonas militares de la capital

"El Puerto no debe seguir creciendo a costa de los volcanes de La Isleta"

La Comisión Ciudadana que aboga por el uso público de los espacios castrenses denuncia el deterioro del paisaje y reclaman la recuperación de la Base Naval

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Debate sobre el uso público de la Base Naval y La Isleta. Club La Provincia

Desmilitarizar, acabar con los excesos del Puerto y recuperar para la ciudadanía los espacios ocupados por el Ministerio de Defensa en Las Palmas de Gran Canaria. La Comisión Ciudadana para la reivindicación del uso público de la Base Naval y La Isleta expuso ayer en el CLUB LA PROVINCIA los motivos por los que la capital y sus habitantes deberían poder ser partícipes de dos lugares que llevan mucho tiempo fuera de su alcance, en manos del Ejército. Al coloquio asistieron Rafael Robaina, rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC); Alex Hansen, doctor en Geografía; Juan Manuel Rodríguez, presidente del club deportivo Confite; y José Falcón, miembro de la iniciativa artística Traspasar la Valla.

Según los distintos ponentes la ciudadanía lleva mucho tiempo viviendo a espaldas del paisaje protegido de La Isleta. Un lugar que, tal y como expusieron, se ha ido deteriorando por culpa de la mano del hombre. "El Puerto tiene espacio suficiente para atracar buques durante las próximas décadas, no pueden seguir creciendo a costa de la extracción de áridos de los volcanes de La Isleta", subrayó Hansen. A ojos de este geógrafo el espacio natural al norte de la capital grancanaria es un "Timanfaya en pequeñito dentro de la ciudad".

Según indicó, La Isleta tenía antes cinco volcanes, frente a los tres que hay en la actualidad. De esta manera hicieron referencia a las zonas que han desaparecido por la extracción de áridos por parte del Puerto y por parte del Ejército. "En las últimas décadas han rebajado el nivel de protección ambiental de La Isleta y le han quitado 100 hectáreas de su perímetro para hacer una cantera en el Ceniciento y La Esfinge", declaró Hansen.

El presidente de Confite también destacó el carácter de "aula abierta" de esta península. Durante años este isletero jugó junto a sus amigos por aquellas laderas, adentrándose en el espacio de exclusividad militar por los escondrijos que encontraban. "Para nosotros no era traspasar la valla, era divertirse y entrar en un sitio prohibido; con el tiempo creces y ves los increíbles valores paisajísticos de ese lugar", indicó Rodríguez.

Por esto decidió crear un grupo de senderismo para adentrarse en la zona restringida del espacio protegido de La Isleta. Su objetivo durante años ha sido mostrar a amigos, conocidos e interesados los "magníficos" paisajes de La Isleta. En este tiempo ha pedido los permisos pertinentes al Gobierno de Canarias, por ser quienes gestionan los espacios naturales protegidos del Archipiélago; además de a las autoridades militares, por ser quienes ocupan el entorno. "El Ejército, incluso, llegaron a indicar a la tropa que nos acompañara, hasta coroneles, para que conocieran ese entorno natural en el que se movían", señaló.

Los problemas llegaron en abril del presente año, cuando la verja que circunda el espacio militar volvió a cerrarse a la ciudadanía. Este hecho fue uno de los que motivó que hace dos meses el colectivo artístico Traspasar la valla creara una exposición fotográfica para denunciar y dar su visión a la "inquietud de vivir en una ciudad cercada" de cara a poder acceder a este lugar. El artista José Falcón reprodujo ayer en un vídeo las imágenes reivindicativas que pudo ver el público en el Centro Cultural Pepe Dámaso.

Esta Comisión también cuenta con el respaldo del rector de la ULPGC. Según Robaina la ciudad ha avanzado mucho en los últimos años. "En mis tiempos de niño en La Isleta, por un lado teníamos a los militares y por el otro a la policía portuaria, dos territorios vetados; hoy el Puerto ya no es un territorio enajenado a la ciudadanía", indicó el rector. Bajo su punto de vista, obras como las del frente marítimo están permitiendo mejorar la relación entre los capitalinos y el mar. "De alguna manera, los alrededores de la Base Naval han quedado envueltos, es un avance", continuó.

Derecho legítimo

A lo largo del coloquio los ponentes quisieron dejar claro que no llevan una lucha contraria a los militares o al Puerto. "Esto no va contra nadie, es un derecho legítimo recuperar ambos espacios para la ciudadanía", resaltó Robaina. Aunque quiso apostillar que el caso de la Base Naval "impacta más, es más visible" por su situación en pleno corazón de la capital grancanaria.

Los terrenos de la bahía de Las Isletas estuvieron olvidados por los habitantes de Gran Canaria durante siglos, tal y como expuso el doctor en geografía, Alex Hansel. Hasta el siglo XIX allí solo se aventuraban algunos pescadores, cazadores de conejos y gentes en busca de leña de grandes tabaibas y cardonales.

La construcción del Puerto de La Luz comenzó en 1883. "¿De dónde creen que salieron los materiales para crear esos primeros diques? Se extrajo mucho árido de los malpaíses", señaló el geógrafo. Poco después, en 1898 llegaron los militares. Defensa ocupó los valles de La Isleta tras el Desastre del 98, pues se temía que Estados Unidos invadiera el Archipiélago, tal y como hizo con el resto de posesiones españolas de ultramar en Asia, América y Oceanía.

La creación de la Base Naval llegó décadas después. En aquella ocasión ocuparon el antiguo muelle frutero, por lo que, tal y como recordaron durante el coloquio, el espacio donde se aloja el Arsenal recaería en la Autoridad Portuaria. Al mismo tiempo, los ponentes recordaron las presiones que ha ejercido Nueva Canarias en los últimos meses, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, para que el Ministerio de Defensa cree una comisión que estudie el posible traslado de las instalaciones militares que se encuentran dentro del recinto portuario de la capital grancanaria.

Aún así, los miembros de la Comisión reconocieron que la presencia del Ejército ha permitido que el actual espacio protegido no esté urbanizado. "De no haber sido así, igual hoy estaríamos hablando de cómo gestionar el desastre urbanístico", recalcó Robaina. Por su parte, el doctor Hansen quiso reseñar que los militares también han dañado este paraje. "Se han mordido todos los conos volcánicos, por allí han pasado carros de combate y se han hecho maniobras que, obviamente, han deteriorado el entorno", apuntó.

Interés de la ciudad

Durante el debate se recalcó la necesidad de "dejar de vivir a espaldas de La Isleta". Según comentaron, ya Olivia Stone dijo durante su visita en 1883 que los capitalinos vivían ajenos al paisaje volcánico de esta singular península. "Describió unos fantásticos malpaises hoy desaparecidos, pero no entendemos como cien años después estamos igual", indicó Hansen.

La Comisión habló de la gran oportunidad turística que habría al recuperar dos espacios, La Isleta y la Base Naval, que son "auténticas anomalías en Europa". Recalcaron que muchas ciudades ya se han desmilitarizado en beneficio de los ciudadanos.

Gran parte del público del debate fueron isleteros. "Los militares tienen un club náutico barato al lado de casa, por eso no quieren marcharse", resaltó un señor, con el apoyo afirmativo de muchos asistentes. Por su parte, el portavoz del Foro La Isleta denunció la tala de una serie de árboles en su calle junto a los cuarteles de Canarias 50, consecuencia de las quejas que presentaron por la presencia de una plaga de pulgón blanco en dichos plantas. "Tenemos falta de arboleda en nuestro barrio, no queríamos eso", resaltó.

Por parte de las administraciones asistieron Sergio Millares, concejal de Participación Ciudadana y del distrito Isleta Puerto Guanarteme en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. A su lado estaba Miguel Ángel Rodríguez, consejero de Medio Ambiente y Emergencias del Cabildo de Gran Canaria.

En la línea del apoyo de las instituciones a esta causa, Rafael Robaina anunció que pretende llevar el manifiesto que ha firmado la Comisión Ciudadana para la reivindicación del uso público de la Base Naval y La Isleta este mes de noviembre al consejo de gobierno de la Universidad para, de esta manera, obtener su respaldo.

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