Con la Navidad a la vuelta de la esquina se ha armado el belén en la capital donde figuras de arena, madera, arcilla, terracota o escayola consiguen recrear los orígenes en torno al pesebre de las fiestas. Un auténtico arte que vive un "momento de auge", según el belenista Fernando Benítez que, si bien no está al alcance de todos a gran escala, puede quedar muy digno si se tiene paciencia y algo de experiencia y maña. Así lo asegura la presidenta de la Asociación de Belenistas Canarios Lo Divino, Margarita Rodríguez, quien explica que todo dependerá de lo que quiera cada uno. "Si se busca la originalidad, cualquier material vale, pero si se quiere ser fiel a una época o a un estilo, lo suyo es cuidar más los detalles". A continuación, algunos trucos y consejos.

Z Montañas con volumen

Rodríguez asevera que hay muchas formas de crear una montaña para el nacimiento. Una de las más comunes es usar espuma de poliuretano expandido e ir trabajando tanto formas como texturas. No obstante, aclara, lo más fácil es utilizar el corcho blanco que viene dentro de muchas cajas para ir haciendo las distintas alturas. "Yo también las he llegado a hacer con esponjas o telas metálicas", cuenta. "No es algo difícil", eso sí, en cualquiera de los casos, es sobre todo, "una cuestión de tiempo". En lo que a los colores se refiere, la belenista aconseja emplear tonos suaves y fríos si lo que se busca es crear el efecto de lejanía mientras que por el contrario habrá que usar tonos cálidos si se desea colocar más cerca las montañas.

Z Agua con motor

Lo más cómodo para crear el efecto de agua en movimiento en un belén es, precisamente, hacerlo real. Esto se consigue con un pequeño motor que haga circular el agua, ya esa a modo de río o fuente. "Pero esto es algo peligroso porque si no se protege y aísla bien el recorrido se puede echar a perder por filtraciones o la humedad", aclara. Otras opciones, más allá del tradicional papel de aluminio que todo niño ha recortado alguna vez en forma de arroyo, son la de emplear siliconas o resinas para recrear desde cosas grandes a detalles como gotas. "Esto sí requiere de más experiencia y si a esto se le suma creatividad, con cualquier material puedes hacer maravillas como un compañero que tuve en Cádiz al que se le ocurrió derretir caramelos de anís para hacer el efecto de la escarcha", explica.

Z Corcho para edificar

"El corcho vale para todo", afirma la belenista. Se refiere, más concretamente, al que viene en muchas cajas de embalar que es de color blanco y suelta bolitas al roce. Una textura que facilita su moldeabilidad que sirve para crear todo tipo de edificaciones. Desde casas a castillos, con este componente se pueden emular auténticas maravillas arquitectónicas tras pasar por una buena mano de pintura. Además, otro punto a favor es que el corcho se puede reciclar, así como otros materiales como el musgo o las ramas que tal y como cuenta Fernando Benítez, se tienden a guardar de un año para otro.

Z Fidelidad a la época

Sea el tradicional hebreo o uno ambientado en Canarias, es importante ser fieles a la época. Esto se consigue, sobre todo, gracias a una buena documentación que en el caso de los belenistas profesionales es más minuciosa. "Es muy frecuente ver en los nacimientos un pavo, pero realmente esta tradición llegó siglos después desde Estados Unidos por lo que no tiene mucho que ver con la época hebrea en la que sucedieron los hechos", señala Margarita Rodríguez. Si se quiere ser completamente fiel, tampoco tendrían cabida en la versión más clásica los patitos o los alimentos como el tomate. Algo más flexible si por ejemplo el belén está creado con esencia canaria, dando libertad para recrear los cultivos, paisajes, indumentaria y oficios propios del Archipiélago. "Aunque luego al final cada uno es libre de poner lo que quiera en su casa, claro está", puntualiza.

Z Escenas cotidianas

Si lo que se busca es el realismo, hay que emplear escenas cotidianas más allá de las que se desarrollan en torno al pesebre. Para ello, la belenista recomienda colocar las distintas figuras (lavanderas, pescadores, comerciantes, pastores, etcétera), repartidos por la superficie que ocupe el Belén. Importante: no ponerlos todos mirando hacia el misterio. "Lo suyo es que estén en distintas posiciones para que sea más bonito y entrañable".

Z Distintos planos

¿Se pueden tener en un mismo nacimiento figuras de distintos tamaños? La respuesta es sí. Pero si lo que se quiere evitar es que se vea desproporcionado en su conjunto, el truco está en colocar las más pequeñas lo más alejadas posible de los primeros planos para crear así el efecto de lejanía. Mientras tanto, el portal de Belén ha de ir en un sitio privilegiado capaz de captar la mayor parte de la atención del público. Esto se puede conseguir colocándolo en un punto más elevado o a una altura suficiente para que goce de buena visibilidad para personas de todas las edades.