Eduardo Suárez Morales ya tiene una plaza en La Isleta. El nombre del que fuera diputado comunista por la provincia de Las Palmas durante la II República, que fue fusilado por los franquistas en agosto de 1936, figura desde ayer sobre la cubierta de la Escuela de Vela del Real Club Victoria, en la prolongación de la calle Prudencio Morales, junto a La Puntilla. Un espacio muy próximo al lugar en el que nació y se crió en el que la ciudad ha querido rendirle homenaje por su lucha en defensa de los derechos de los trabajadores.

El acto arrancó con un tango compuesto por el diputado cuya memoria se ha mantenido viva gracias a sus familiares. Su propio hijo, Eduardo Suárez Socorro y sus nietos, Luis e Isabel Méndez Suárez, estuvieron presentes en la ceremonia que presidió el alcalde de la capital, Augusto Hidalgo junto al concejal del distrito y Participación Ciudadana, Sergio Millares.

La emoción también se coló en el ambiente durante la intervención de sus seres queridos, impulsores de la iniciativa que homenajea la figura de quien fue "un hombre justo, representante de la soberanía popular", tal y como señaló el regidor municipal antes de destapar el nuevo letrero que da nombre a la plaza que hay junto a la de La Puntilla. Un rincón simbólico dada la cercanía a la casa familiar de la infancia y juventud de Suárez Morales y también del campo donde fue asesinado y "al que ahora da la espalda", apuntó el alcalde.

Y es que el también sindicalista nació en La Isleta el 27 de enero de 1906. Su padre fue el primer maestro del barrio, donde tenía una escuela en La Puntilla en la que también daba clases a los padres de sus alumnos, que en su mayoría eran trabajadores del Puerto, a quienes enseñaba a leer y escribir para que no fuesen engañados por los jefes. En esta labor también le ayudó Suárez Morales, si bien su trabajo fue de contable en las oficinas de los Betancores, según contó su nieta Isabel Méndez a este periódico hace dos años.

Asimismo, desde joven se inclinó por el movimiento sindical y por la política. En 1932, ingresó en el Partido Comunista de España, después de haber pasado en 1928 por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el que solo duró un año.

En febrero de 1936, el homenajeado se presentó como candidato del Frente Popular al Congreso de los Diputados por Gran Canaria resultando elegido con 30.576 votos. Ese mismo año, concretamente el 6 de agosto, fue fusilado en su barrio natal junto a su compañero de lucha, el socialista Fernando Egea, con quien había liderado la resistencia al golpe militar del 18 de julio contra la II República.

"Mi padre murió por liberar a los oprimidos", aseguró Eduardo Suárez Socorro durante su intervención en el acto en el que confesó su pena "porque se mate a la gente por cuestiones políticas". El hijo del diputado abogó por los cambios "desde la serenidad" en cuestiones gubernamentales. "Yo no soy ni de izquierdas ni de derechas, soy un hombre libre", señaló quien fue fiel al último deseo de su padre de que sus vástagos no fueran políticos.

Eduardo Suárez, que vive desde hace casi siete décadas en Senegal, se mostró agradecido por el reconocimiento por parte del Ayuntamiento capitalino, así como manifestó su deseo de que sea colocado el busto que le hizo a su padre en Dakar y que ya se encuentra en la ciudad. Una petición que no tienen "ningún problema" en cumplir desde el Consistorio, según apuntaron Hidalgo y Millares.