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Turismo urbano | El impacto de los cruceros

El renacer turístico de la ciudad

La capital grancanaria se consolida como "destino emergente" en plataformas, revistas y estadísticas

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Llegada de cruceristas y visita al Poema del Mar

La ciudad en la que "el invierno es un decir", en opinión de la plataforma Trip Advisor, acaba de dotarse de un nuevo atractivo turístico: un gran acuario. Al tiempo, su histórico Hotel Santa Catalina, un referente de su período de mayor esplendor, ha iniciado una amplia renovación bajo la dirección de nuevos gestores. Otros quince establecimientos hoteleros han abierto recientemente sus puertas en la capital grancanaria o están a punto de hacerlo a lo largo de 2018. Y cuando lo hagan, habrán incorporado más de medio millar de camas a las 7.400 existentes.

Por si fuera poco, la explanada de cruceros sigue creciendo para dar cabida a los buques de las principales navieras de transporte de pasajeros, que en los últimos años recalan en el Puerto de la Luz, cada vez en mayor número o con mayor eslora. Solo en este fin de semana coincidieron seis cruceros de golpe: 12.000 visitantes de una tacada.

Y a partir del próximo verano, una "onda atlántica" conectará el puerto y la playa, auténtico icono turístico de esta ciudad. La larga pasarela permitirá que los 22.000 turistas que conviven a diario con sus 380.000 habitantes crucen, caminando, de uno a otro lado de istmo. Por fin, puerto y ciudad unidos tras el fracaso de las frustradas operaciones con que se ha tratado de construir su water front, un frente habitual en la mayoría de las ciudades portuarias del mundo.

Este renacer turístico que está protagonizando Las Palmas de Gran Canaria se refleja cada vez más en las plataformas y revistas especializadas. Así como en las estadísticas. Esta semana, sin ir más lejos, Exceltur situó a la capital grancanaria entre las quince principales ciudades turísticas españolas. Hace cinco años, ni siquiera la mencionó en su primer informe sobre el turismo urbano (Urbantur 2012).

´Rara avis´ del turismo

Su condición de "destino emergente" está permitiendo a la capital grancanaria volver al circuito internacional tras décadas de ausencia. Y hacerlo sin escapar al auge de los dos fenómenos que están caracterizando a los destinos urbanos en este tiempo: el crecimiento del número de cruceristas y la irrupción del alquiler vacacional.

Las Palmas de Gran Canaria no soporta, sin embargo, la presión turística de ciudades cuyo índice de presión turística se sitúa por encima de la media anual: 7,4 turistas por cada 100 residentes. Según el lobby empresarial, frente a Granada (11,7%), Barcelona (11,1%) y San Sebastián (10,7%), la presión turística en la capital grancanaria es de 5,9%, un punto y medio por debajo de la media nacional. La ciudad atlántica es, de hecho, una rara avis como destino turístico, ya que combina a un tiempo una tradicional oferta de sol y playa con una oferta urbana, creciente y aún en construcción.

La singularidad de Las Palmas de Gran Canaria como destino urbano, dentro de una oferta vacacional del turismo canario, le está mereciendo algunas menciones significativas en revistas y portales especializados. Por ejemplo en una publicación de referencia para los profesionales del sector como Expreso. Diario de viajes y turismo, la capital grancanaria encabeza el ranking de recomendados para enero de entre los "12 destinos perfectos para pasarte 2018 viajando por España".

También Numibia, el portal de viviendas vacacionales de Trip Advisor, acaba de situar a Las Palmas de Gran Canaria entre los tres destinos favoritos de este mercado en España para este invierno.

La carrera atlántica

Este nuevo tiempo turístico en el que parece haber entrado la ciudad tiene en el turismo de cruceros uno de sus pilares. Tal es así que las capitales canarias han entrado en una carrera por dotarse de las mejoras infraestructuras para captar el mayor número posible de cruceristas. De hecho, las cifras de llegadas de pasajeros no han hecho más que crecer desde el inicio del milenio. Y salvo en 2016, que se produjo una ligera caída (remontada el pasado año), la evolución es constante y creciente desde el 2000 hasta la actualidad.

Como Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Arrecife, Puerto del Rosario y Santa Cruz de La Palma vienen destinando esfuerzos y inversiones importantes para no perder el tráfico marítimo que fluye cada vez más. Y que tiene, en este zona del Atlántico, todo un potencial por desarrollar junto a la Macaronesia y el África Occidental.

De ahí que en septiembre de 2017, Santa Cruz de Tenerife inaugurara su nueva terminal, calificada como "la más moderna de las estaciones de cruceros del Atlántico Medio", y diseñada atendiendo las recomendaciones de las principales navieras del sector. La inauguración se produjo poco antes de que la capital tinerfeña acogiera la Seatrade Cruise Med, la mayor feria de cruceros de Europa, que por primera vez se celebraba fuera del Mediterráneo y a la que asistieron 2.500 congresistas procedentes de 73 países. Pese a tan firme apuesta, el Puerto de Santa Cruz cerró 2017 con 604.635 cruceristas, mejorando la cifra de llegada del año anterior pero aún por debajo de la que registró en 2015 o 2012, su mejor año. El Puerto de Las Palmas recibió, por su parte, 639.015 visitantes, cerrando su cuarto año como líder del turismo de cruceros en las Islas.

Trece de cada cien de los turistas con que los habitantes se cruzan a diario en las calles de la capital grancanaria son cruceristas. Según Exceltur, frente a este 13,4% de visitantes que duermen en alguno de la treintena de cruceros que recalan en el Puerto de Las Palmas, 26 de cada cien se aloja en un hotel o apartamento convencional de la ciudad. Mientras la mayoría, hasta el 60%, se hospeda en alquileres vacacionales. Una creciente oferta que se acerca ya al millar de viviendas, según el registro oficial del Patronato de Turismo.

La excursión inversa

Sea cual sea su tipo de alojamiento, Las Palmas de Gran Canaria necesita consolidar alternativas culturales y de ocio para consolidar su recuperada posición en el mapa turístico mundial. Sus activos para ser considerada destino urbano no son pocos: oferta de compras, congresos, gastronómica o museística; la celebración eventos deportivos (regata ARC) y culturales de proyección internacional (Womad o Womex, la mayor feria de música del mundo que se celebrará en octubre de este año). También ha realizado una decidida apuesta por la tecnología, captando a nómadas digitales; o un patrimonio cultural por descubrir. Así como una "escenografía urbana" que combina paisaje natural y arquitectura colonial.

Como es sabido, el primer latido del turismo canario tuvo lugar en la capital grancanaria (junto al Puerto de la Cruz). Ocurrió en la primera mitad del pasado siglo, cuando la élite europea descubrió sus principales atractivos: un clima envidiable y un paisaje natural apenas transformado. Tiempo después llegó el turismo masivo y, para escapar de los días en que la panza de burro ocultaba el sol en la ciudad, se fletaron guaguas para que los visitantes bajaran a bañarse a las playas del sur. Hasta que éste se fue poblando de hoteles y apartamentos y, a partir de los 60, los turistas terminaron por alojarse mayoritariamente allí.

Pero en su resurgir como un destino renovado y con características propias en este siglo XXI, Las Palmas de Gran Canaria se atreve incluso a revertir tendencias. Así, el grupo empresarial de Wolfgang Kiessling ha anunciado que fletará guaguas turísticas desde el sur a la capital grancanaria para que los turistas que se hospedan en el sur visiten su Poema del Mar, el acuario que aspira a convertirse en nuevo icono turístico de la ciudad.

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