El humorista lanzaroteño Kike Pérez deslumbró anoche al público de Santa Ana con unos cuantos trucos de magia. No era para menos, le tocó dar la bienvenida al carnaval de La Magia y las criaturas fantásticas. Un juego de luces y focos permitió al cómico aparecer y desaparecer por multitud de rincones de la histórica plaza de Vegueta. "Me gustaría ser parte de la historia, que me recordaran para siempre en los archivos de Canarias", dicho esto su silueta se proyectó sobre la puerta del Archivo Histórico Provincial. También sorprendió al colarse entre el público, en mitad de la histórica plaza . Logró hasta la invisibilidad. La guinda de un juego de luces que comenzó en el balcón central de las Casas Consistoriales.

Una vez frente a la catedral se quitó a ritmo del Carnavalero el "saco papas" que tenía a modo de capa para salir maquillado de azul. "Soy una mezcla entre un mago y un pitufo con tiroides", exclamó ante el público. El cómico es famoso por aparecer en sus espectáculos sin camiseta, por lo que sustituyó el desnudo integral por las manos de pintura "a base de rodillo".

No obstante, a pesar de todos estos juegos y peripecias, el humorista reconoció que tenía poco de mágico, pero sí mucho de "criatura fantástica, desde pequeñito". Según Pérez, cuando sus tías llegaban a casa y se acercaban a la cuna exclamaban "¡qué bonita, la cuna!" "Mis padres me tuvieron en la sombra durante años, sin que me viera mucha gente", subrayó con una sonora carcajada del público.

Tras estos recuerdos del lejano pasado de su niñez llegaron las primeras menciones al Carnaval. Esos disfraces que para el cómico fueron "impuestos", que tanto le picaban y molestaban, y esos otros improvisados con ropa vieja. Tampoco faltaron las anécdotas de cuando iba al colegio, al recordar una pequeña "estafa" de 1.800 pesetas, unos quince euros, que le hizo un compañero de clase.

Como si de un viaje en el tiempo se tratara, Pérez entró entonces en su adolescencia. "De grandito me metí de lleno en el sacrificado mundo de las murgas", señaló. El cómico aprovechó entonces para "romper una lanza" por el colectivo de los murgueros y las murgueras. Del cual percibe que se les encasilla "en un estereotipo que no les hace justicia". De estos grupos de carnavaleros quiso destacar su gran labor asociativa sin tener en cuenta una posición o un estatus social determinado. "Son algo súper bonito y súper admirable", alabó así al colectivo, con una fuerte ovación desde el público.

Precisamente, el también profesor, o al menos licenciado en ello, fue en sus buenos tiempos director de una murga en su natal Lanzarote. "Sin tener ni idea; de hecho me pusieron faltando dos meses para Carnaval, y ni siquiera sabía cuándo se daba el un, dos, tres", apuntó entre risas.

Entonces fue cuando decidió sacar sus dotes más artísticas. Bailó unos cuantos pasos a ritmo de orquesta e intentó cantar Marejada junto al público. Eso sí, poca respuestas tuvo por parte de los asistentes, se ve que no conocían la letra de la canción.

Orgullo carnavalero

A pesar de esta escasa respuesta, intentó en todo momento motivar al público con "orgullo carnavalero". Porque, al fin y al cabo, "ser carnavalero es una actitud", resaltó obteniendo los aplausos del público. Pero no terminó ahí su particular "oda al orgullo".

"Perdonamos a la gente que no entiende esta fiesta", manifestó el cómico. Lo hizo en una sutil referencia a la polémica que levantó el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, tras ganar Drag Sethlas la gala Drag Queen del Carnaval del año pasado con una performance de la Virgen y Cristo crucificado. "Pero nos mantenemos con los brazos abiertos para esas personas, les invito a participar y disfrazarse de lo que quieran, de monja, virgen o pitufo", apuntó Pérez, con el entusiasmo del público.

Su canto de homenajes terminó con una alabanza a todas esas mujeres que tanto han dado por el Carnaval. De esta manera, no se olvidó de carroceras, costureras, murgueras, reinas, letristas y comparseras. Dicho esto, tocó dar el pistoletazo de salida a los 24 días de magia y fantasía, además de recordar lo importante que es vivirla en la calle con un disfraz original, "no de los chinos".

La fiesta comenzó a eso de las ocho de la tarde sobre la autovía del Guiniguada con un buen chaparrón. La carroza de la Asociación Recreativa y Cultural La Carroza alojó a todas las candidatas a Reina, Gran Dama y Drag Queen de las galas que se celebren a lo largo de los próximos 23 días. El vehículo desfiló hasta las puertas de Santa Ana animando a todo el público por el camino.

Torrente, Fidel Castro, o El escocés, es decir, los personajes del Carnaval, fueron los encargados de abrir paso entre la gente. A sus espaldas desfilaron a ritmo de batucada todas las murgas y comparsas que se presentan a esta edición de las fiestas. La lluvia dio entonces un respiro y no volvió a hacer acto de presencia.

Tras la lectura del pregón, Kike Pérez desapareció por última vez. Entonces el grupo Efecto Pasillo puso la nota musical a la primera noche del carnaval de la Magia. Los cuatro componentes de la banda tocaron su último trabajo, Barrio Las Banderas, además de éxitos como Pan y mantequilla.

De esta manera, se puso el broche final a la inauguración de las fiestas más grandes de la capital grancanaria. El sábado tocará el turno de estrenar el escenario del parque Santa Catalina con el concurso de comparsas infantiles. El domingo subirán al escenario las aspirantes a Gran Dama con Falete como estrella en el intermedio.