Los mayores tesoros de Canarias están en el fondo del mar. Hundidos a varias decenas de metros de profundidad se esconden pecios que llevan allí décadas, incluso siglos, adaptándose a su entorno y convirtiéndose en biotopos únicos. Las criaturas marinas que los visitan cada día han hecho de ellos su hogar y no son pocos los humanos que pertrechados con sus equipos de buceo se sumergen para verlos en todo su esplendor. Para quienes no se atreven a zambullirse en busca de aventuras submarinas la Asociación Canaria de Coleccionistas Marítimos (Accomar) prepara una exposición que verá la luz en el Museo Elder de la capital grancanaria durante el mes de mayo, en coincidencia con la celebración de la Feria Internacional del Mar (Fimar).
"Es un homenaje a esos buzos clásicos y profesionales en general que han forjado la historia del buceo en Gran Canaria", destaca el comisario de la exposición, Juan Ortega Machín, que estos días se encarga de recopilar el material histórico e audiovisual que formará parte de la muestra. Habrá bitácoras sacadas del fondo del mar, pero también timones o equipos clásicos de buceo con escafandra, "todos recuperados aquí".
La muestra, explica Ortega Machín, quiere poner en valor "la precariedad con la que trabajaban los buzos clásicos" a partir de las primeras prospecciones realizadas para comprobar el estado de los pecios hundidos en la baja de Gando. Los fondos de esta zona son una especie de Museo del Prado del submarinismo, por la gran relevancia histórica de los pecios que allí se encuentran.
El presidente de la asociación, José Juan Rodríguez Castillo, denuncia la desaparición de buena parte del patrimonio submarino que hay en la Isla. "El peor hundimiento que ha habido en Canarias fue el del vapor italiano Sud América, a finales del siglo XIX, con cerca de 70 muertos, pero fue cubierto con las ampliaciones de los muelles de La Luz", detalla.
El Sud América es solo uno de los muchos nombres cuyo recuerdo estará presente en la muestra. Ortega Machín y Rodríguez Castillo enumeran otros, como el remolcador España II (parte de la historia más oscura del país, ya que fue el barco que trasladó a Franco hasta Gando en julio de 1936), el Arona (hundido en Jinámar) o el Kalais, auténtica estrella del buceo recreativo en la Isla que ya no puede ser visitado, porque se encuentra justo a la entrada de La Esfinge.
La exposición sobre los pecios se suma a la lista de muestras organizadas por Accomar desde 1996. Desde aquel año han acercado a la ciudadanía la historia de la Union Castle, el galeón Manila o la naviera Cunard, aunque siguen sin contar con un emplazamiento para sus fondos. Cuando se pregunta al presidente de la asociación por el Museo Marítimo se remite a Tenerife, donde "las autoridades están colaborando a tope". Sobre el de Gran Canaria encoge los hombros: "No puedo contestar, aquí ni Autoridad Portuaria ni Cabildo ni Ayuntamiento cuentan con hacer un museo", lamenta.
