Los técnicos del Cabildo de Gran Canaria han vuelto a advertir de la necesidad de reconstruir y ampliar la escollera para evitar que la acción del oleaje vuelva a abrir un socavón y provocar un nuevo hundimiento en la calzada de la Avenida Marítima, casi a la altura del Hospital Insular, como ocurrió el pasado 3 de febrero, cuando hubo que cortar los dos carriles derechos a la circulación hasta que se rellenó la zanja. Los técnicos del servicio insular de Obras Públicas consideran -tras las inspecciones realizadas por las empresas encargadas del mantenimiento de las vías insulares- que el tramo afectado precisa, además de la ampliación de la escollera, la construcción del nuevo muro del paseo, porque el actual ya "ha superado su vida útil". La reconstrucción de una escollera, para evitar hundimientos de la calzada y cierres a la circulación del carril derecho por la acción del oleaje, ya fue planteada en 2006, cuando se produjo el primer hundimiento de la calzada. Doce años después, la solución al problema continúa pendiente.
El Cabildo de Gran Canaria se ha limitado a rellenar con hormigón el socavón, pero según el informe realizado por la empresa encargada del mantenimiento de la vía, esta actuación no resuelve el problema y sigue existiendo el riesgo de un nuevo hundimiento por la acción del oleaje. En esta ocasión ni siquiera se han puesto dados de hormigón. La concesionaria y los técnicos entienden que la reconstrucción de la escollera y del muro supera lo que son los trabajos de mantenimiento y conservación, y creen que deberían ser asumidos por el Gobierno canario, como titular de la vía.
La concesionaria avisó al Cabildo de Gran Canaria desde el pasado 26 de diciembre de la existencia del socavón, a través de un informe donde se ponen de manifiesto ciertas deficiencias que a juicio de la concesionaria "superan las labores propias de conservación", por lo que solicita la redacción de un proyecto de reparación del muro.
El fuerte oleaje del pasado mes de enero empeoró aún más la situación de este tramo de la avenida, lo que provocó que se tuviera que cerrar el carril derecho a la circulación en varias ocasiones durante cuatro días seguidos, entre el 16 y el 19 de enero. Según los técnicos ese ha sido el periodo más largo en que se ha visto afectado el carril derecho de la autovía por el oleaje.
El embate de las olas, señala el informe, hizo que el malecón "se viera sometido a una situación excepcional, ocasionando una pérdida de escollera en el pie de los bloques de protección, un proceso acelerado de erosión en el cimiento del muro que produjo una socavación exterior del trasdos del muro desde el cimiento, que fue imposible detectar con una inspección periódica y que sólo pudo ser apreciada en el momento en que esta se puso de manifiesto en el pavimento del paseo marítimo el pasado 3 de febrero a las 14:21 horas".
La erosión interior, que afectó inicialmente al paseo marítimo, se extendió, durante la pleamar, al terreno que sostenía el carril derecho de la autovía GC-1. El Cabildo procedió a rellenar con hormigón el socavón y a reponer las zonas afectadas del paseo y la autovía, pero a juzgar por lo que señalan los técnicos, dicha actuación no es más que un simple parche, como los efectuados en 2007, 2012 y 2014.
Los expertos advierten de que las actuaciones futuras deben realizar, en primer lugar, un análisis del subsuelo, mediante técnicas de georadar que "permitan detectar con suficiente antelación problemas en el subsuelo". Además, considera necesario la redacción de un proyecto de restitución de la escollera en el tramo afectado, que permita reducir la afección del oleaje sobre el muro. Dicho tramo precisa además la construcción de un nuevo muro, "dado que el actual ya ha superado su vida útil" y también la ejecución de "la obra marítima adecuada que evite y garantice" la circulación del tráfico de la Avenida Marítima, independientemente de los fenómenos costeros que se produzcan. "Para ello será preciso redactar el correspondiente proyecto y ejecutar la obra necesaria que, por supuesto, supera las labores de conservación y mantenimiento y requiere de una actuación de restitución de una parte de la vía, que debe ser ejecutada por el Gobierno canario como titular de la vía", concluye el informe el jefe del servicio de Obras Públicas.
Importante deterioro
Según el informe realizado por las empresas encargadas del mantenimiento (Imesapi-Hermanos Tito-Satocan), el muro antiguo de mampostería de canto rodado sufre "un importante deterioro, llegando en algún punto concreto a desaparecer" su parte exterior. "Entendemos", señalan los técnicos de las empresas, "que la solución de manera inmediata y provisional sería reparar el muro en las zonas localizadas", reconstruyéndolo de manera artesanal, "hasta adoptar una solución técnica que solvente el problema a más largo plazo", mediante la regeneración con hormigón inyectado y la ampliación de la escollera, entre otras actuaciones.
La zona afectada de la autovía, debido a la mayor frecuencia con la que se ve sometida al oleaje, es la que está situada entre los puntos kilométricos 1,400 y 2,00, que además se corresponde con el tramo más antiguo de la Avenida Marítima. La primera avería causada por el oleaje se produjo hace doce años justos, en febrero de 2006. "La erosión", recuerda el informe de Obras Públicas, "provocó la aparición de una oquedad que hizo desplomarse parte de la carretera y generó el hundimiento del paseo". Además del relleno del socavón, en noviembre de 2007 se colocaron dados de hormigón en la escollera, una actuación con un importe de 54.000 euros. En 2012 se volvieron a colocar bloques de hormigón (52.230 euros) y en 2014, se instalaron más bloques de hormigón, (53.436 euros).
