Hubo un tiempo en que ver correr el Guiniguada los días fuertes de lluvia desde los Puentes de Palo o de Piedra era un auténtico espectáculo para los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria. Un entretenimiento que sucumbió bajo el asfalto en los años 70 del pasado siglo cuando se construyó la autovía para dar respuesta al aumento de tráfico en la capital y conectarla con los municipios del interior. Conocida también como la carretera del centro, su existencia es cuestionada desde hace décadas, sobre todo desde que los túneles de San José y la circunvalación relegasen a un segundo plano su función. Ahora, en el municipio se han puesto de nuevo las miras en el barranco al que algunos buscan devolver el aspecto de antaño, mientras que otros abogan por mantener el cauce cerrado para aprovechar el espacio. Eso sí, todos coinciden en que esta zona debe ser recuperada para uso y disfrute de la ciudadanía.

Hay que dar marcha atrás hasta los años 80 para encontrar las primeras propuestas para conectar los barrios de Vegueta y Triana sin que la GC 110 interfiriese en ello. Concretamente fue en 1983 cuando el Ayuntamiento capitalino convocó un concurso de ideas para solventar esta problemática, tal y como ya se venía demandando por parte de los vecinos. En aquella ocasión, tal y como se recoge en el acta del certamen con fecha de 17 de septiembre, fueron cinco las alternativas planteadas. Así lo recoge el documento en el que se menciona más específicamente a tres de los proyectos: el de Chesa y Mena Arquitectos y el del grupo de Félix Juan Bordes, que compartieron el segundo galardón; y el del equipo que integraban varios profesionales como Juan Ramírez Guedes, Flora Pescador o Joaquín Casariego, entre otros, que se hicieron con uno de los accésit.

Ninguno consiguió hacerse con el primer premio, que quedó desierto, como tampoco terminaron por llevarse a cabo más allá de los planos. Lo mismo ocurrió con el resto de iniciativas que se han ido planteando después, como es el caso de aquel parque para rehabilitar el paraíso del Guiniguada que proyectó en los años 90 José Miguel Alonso Fernández-Aceytuno, o la idea de destapar el cauce del barranco que propuso a principios del milenio Joan Busquets y que en parte recupera la última de las sugerencias redactada por José Antonio Sosa hace tan solo unas semanas. Una encrucijada de opciones a las que también se suma el plan del Consistorio capitalino a la espera de que alguna de ellas termine de cuajar, siempre y cuando el Gobierno de Canarias pueda retirar la catalogación de vía de interés regional a la carretera del centro. De ser así, estas son las ideas que se han esbozado hasta la fecha.

Z ' Mandrágora'

Junto a un grupo de alumnos de la Escuela de Arquitectura donde fue dio clases durante 35 años, Félix Juan Bordes presentó al citado concurso Mandrágora. Un proyecto basado en el que trazó Secundino Zuazo para la zona en la que trazó un túnel con desembocadura en San José y que se unía con la calle Eufemiano Jurado que terminaría haciéndose después, si bien en 1983 era inexistente. La propuesta del también catedrático de proyectos y sus pupilos pasaba por construir en la subida hacia Tafira una biblioteca con el fin de "continuar con el tejido urbano" para el que también pensaron colocar pequeños quioscos repartidos por un bulevar a la altura de el Toril y Hurtado de Mendoza.

Z ' Ola de cristal'

Ramón Chesa y Javier Mena, de Chesa y Mena Arquitectos, también participaron en el certamen en el que compitieron con una idea a la que llamaron Ola de cristal. La creación de una rambla que uniera la ciudad y calmara el tráfico en sus lindes era el planteamiento estrella de la propuesta que apuesta por introducir también un corredor verde con la alameda central. El proyecto, según explicó Javier Mena hace unos días, proponía también la demolición del scalextric y además de una apuesta más ambiciosa, y menos viable para el propio autor por el coste y las expropiaciones necesarias, como era la de unir zonas ajardinadas para crear recorridos peatonales en los laterales de la citada rambla.

Z 'Paralextric'

Transformar la GC 110 en una calle urbana de poca sección y tráfico local, con una ampliación por el lado de Vegueta como espacio peatonal en alameda ajardinada eran una de las cosas proyectadas para el certamen convocado por el Ayuntamiento en Paralextric. Una alternativa promovida por Ángel Casas Suárez, Joaquín Casariego Ramírez, Vicente Mirallave Izquierdo, Flora Pescador Monagas, Isidro Rodríguez Molina y Juan Ramírez Guedes en la que también se contempla otras actuaciones de espacio libre en la zona del teatro y el Mercado de Vegueta, en los jardines del Obispado y Casa Regental así como en la trasera del rectorado. Incluye también espacios verdes en el Toril y en frente en el Terrero en Triana, donde además planeaban una intervención en el solar donde hoy se erige el Conservatorio Superior de Música y también un equipamiento deportivo en el vértice del Terrero.

Z El " paraíso posible"

El Proyecto Guiniguada formó parte de las 26 propuestas seleccionadas en la segunda fase del Programa Piloto Urbanos promovido por al Comisión Europea en 1990, según recoge una página web que recupera el legado de José Miguel Alonso Fernández-Aceytuno. "Su principal objetivo era recrear el paraíso posible en la parte más urbana del barranco Guiniguada" para aunar los usos rústicos tradicionales con la periferia de la ciudad. Esta iniciativa actuaba en tres sectores: Guiniguada Bajo, Jardín Canario y Santa Brígida y "proponía también utilizar el propio proceso regenerador como referente simbólico y como laboratorio metodológico". Una idea que quedó en el proyecto piloto, siendo abandonado definitivamente en 2002.

Z Joan Busquets

Más de dos décadas después, en 2005, el arquitecto catalán propuso volver a destapar el cauce del barranco hasta pasada la calle Obispo Codina y soterrar en este punto la Avenida Marítima en pos de un gran paseo que discurriría en paralelo a Vegueta y Triana. La conexión entre ambos barrios estaba prevista a través de tres pasarelas, dos de los cuales se planteó que ocupasen el lugar en el que antes se emplazaban los desaparecidos puentes de Palo y Piedra. Asimismo, Busquets ideó una plaza con una gran laguna en la desembocadura del Guiniguada y otra en el entorno del rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. De todo ello, lo único que se empezó a hacer un año después, bajo el mandato de la alcaldesa popular, Pepa Luzardo, fue la demolición del scalextric. El resto finalmente no se ejecutó por el elevado coste de las obras.

Z Ayuntamiento capitalino

El Ayuntamiento capitalino que actualmente dirige Augusto Hidalgo también ha elaborado un proyecto para recuperar este espacio para la ciudadanía y unir ambos barrios. Aunque en 2012 se llevó a cabo una modificación del Plan General de Ordenación urbanística, ha sido en esta legislatura cuando se ha relanzado la idea de volver a unir los dos cascos históricos, en este caso, a través de una semipeatonalización de la autovía. En este sentido, desde la Concejalía de Urbanismo que encabeza Javier Doreste se plantea reducir la calzada para que exista tan solo una vía en cada sentido y crear un gran bulevar. Esto conlleva otras acciones como la ampliación de aceras, así como el Consistorio también propone incluir un carril bici y establecer aparcamientos regulados. Todo ello para que los peatones cobren protagonismo frente al vehículo privado.

Z José Antonio Sosa

El último proyecto en sumarse a la 'causa' del barranco es el que ha redactado José Antonio Sosa. Bajo el título de Quitar la losa del Guiniguada el arquitecto plantea crear tres accesos peatonales de cuatro ojos cada uno entre Triana y Vegueta para lo que propone seccionar las bóvedas de hormigón que cubren desde los años 70 el cauce. Al igual que en la iniciativa de Busquets, Sosa proyecta dos de estas pasarelas en el lugar antes ocupados por los puentes, mientras que un tercero estaría emplazado a la altura del rectorado. Esta idea ha sido apoyada desde un principio por el Gabinete Literario al que ahora secundan otras trece instituciones.

Con la de Sosa son seis alternativas muy distintas las que abordan el futuro del barranco. Si bien todavía queda esperar a que las administraciones encuentren la fórmula para poder ejecutar alguna de las obras que den un giro al rumbo que tomó hace más de cuatro décadas el Guiniguada.