La idea de recuperar el espacio del Guiniguada para los ciudadanos ha vuelto a saltar a la palestra tras varios años en letargo. Esto ha provocado que se desempolven proyectos ideados hace más de 20 años con el mismo propósito, que no es otro que el de unir los barrios de Vegueta y Triana. Opciones que, como defiende uno de los participantes del concurso que convocó el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en 1983, Juan Ramírez Guedes, también conforman el abanico de alternativas disponibles y a estudiar por la ciudad para realizar una obra en la que de poder llevarse a cabo primero habrá que decidir si quita o no la losa que desde los años 70 cubre el barranco.

Y es que la idea de destapar el cauce, tal y como proponen las iniciativas de Joan Busquets o José Antonio Sosa, no termina de convencer a muchos profesionales de la arquitectura entre los que se encuentran Vicente Boissier o el propio Ramírez Guedes. "Yo respeto esta postura, pero en mi opinión no sería lo más acertado", señala quien conformó un grupo de trabajo con Ángel Casas Suárez, Joaquín Casariego Ramírez, Vicente Mirallave Izquierdo, Flora Pescador Monagas e Isidro Rodríguez Molina para participar en el citado certamen.

"Nosotros apostamos por convertir la autovía en una calle urbana de poca sección, de tráfico local, con una significativa ampliación lateral por el lado sur, el de Vegueta, como espacio peatonal en alameda ajardinada acompañada", explica el también profesor de Proyectos de la Escuela de Arquitectura. Asimismo, cuenta Ramírez, el planteamiento de su equipo, Paralextric, contemplaba varias actuaciones colaterales de espacio libre en el teatro y el Mercado de Vegueta, en los jardines del Obispado y Casa Regental, así como "en la trasera del Rectorado, incluyendo espacios verdes en el Toril y en frente en el Terrero en Triana, donde además se intervenía en el solar de San Francisco (lugar en el que en la actualidad se emplaza el Conservatorio Superior de Música de Las Palmas de Gran Canaria) y también un equipamiento deportivo en el vértice del Terrero".

Una propuesta que les sirvió para ganar uno de los accésit del concurso en el que el primer premio quedó desierto y el segundo lo compartieron los grupos conformados por Ramón Chesa y Javier Mena, por un lado, y Félix Juan Bordes con varios de sus alumnos, por otro. Si bien a pesar de los galardones ninguno terminó por llevarse a cabo, teniendo el mismo final que tantos otros planes han encontrado en la capital: el olvido.

Pero el barranco ha vuelto a ser protagonista de la actualidad. Hace tan solo unas semanas se dio a conocer otra iniciativa que, bajo el nombre Quitar la losa al Guiniguada, presentó el arquitecto José Antonio Sosa. Esta alternativa, que ha sido apoyada por más de una decena de entidades, entre ellas el Gabinete Literario, plantea crear tres pasos peatonales entre Triana y Vegueta, con cuatro ojos cada uno, mediante la sección de las bóvedas de hormigón que cubren el cauce.

Esta recupera en parte la propuesta de Busquets quien, en 2005 sugirió destapar el barranco en su mayor parte, soterrar la Avenida Marítima en este punto y cortar varios tramos de la calzada, dejando el resto a modo de enlaces entre los dos barrios. "Un proyecto faraónico", desde el punto de vista de Ramírez Guedes, que tampoco acabó de ejecutarse, a pesar de que un año después, en base a él, se efectuó el derribo del scalextric.

Por otro lado, también está la proposición del Ayuntamiento capitalino que planea una semipeatonalización de la zona, mediante la creación de un bulevar a lo largo de la GC 110 y de aparcamientos regulados, así como la inclusión de un carril bici para que el peatón gane protagonismo frente al vehículo privado. Una iniciativa que no disgusta a Juan Ramírez, para quien también sería bueno realizar otro concurso de ideas en la que volvería a defender el proyecto de su grupo, "pero con modificaciones adaptadas a la actualidad".