La playa de Las Canteras se ha visto de nuevo ocupada este fin de semana por un evento ajeno al propio uso del baño. La I edición de la Summerland, organizada por el Cabildo de Gran Canaria en colaboración al Ayuntamiento, atrajo a numeroso público a los desfiles de moda de baño en el entorno de La Puntilla pero también las críticas de usuarios de Las Canteras y vecinos que se han quejado a través de las redes sociales si tanta actividad deportiva, de exhibición o promocional sobre la arena no está generando un impacto medioambiental sobre la joya de la ciudad que se trata de conservar. Y proponen la plaza de La Música o La Puntilla para organizar estos actos.

La conservación de la playa y de su biodiversidad ha sido una preocupación tanto de los vecinos como de los gobiernos municipales de las últimas décadas después del deterioro en el que se encontraba el litoral. En 2008 un grupo de ciudadanos creó el Foro de Las Canteras para cuidar el entorno y en 2013 el Ayuntamiento, entonces en manos del PP, aprobó la Microárea ecoturística de Las Canteras para gestionar sus usos de manera sostenible con el fin no solo de preservar su biodiversidad, sino de que la playa sirviera también para generar desarrollo económico en la ciudad. Para ello, se creó el foro de participación ciudadana en el que tanto usuarios, como vecinos, profesionales y empresas relacionadas con la playa, así como entidades, pudieran alzar su voz y consensuar con la administración las actividades que se pudieran realizar en ella. También se modificó el reglamento municipal de Costas y Playas existentes de 1989.

Tino Armas, miembro de dicho Foro, se quejaba este martes de que la concejalía de Ciudad de Mar no consensúa dichas actividades con el Foro, y así se lo ha hecho saber a su responsable, José Eduardo Ramírez, a través de un correo. No se opone a que se realicen eventos en la playa pero sí a que se controle el número de ellos y que se valoren por el Foro, que para eso se creo. "Queremos una playa con cierto equilibrio pero cada vez hacemos más cosas en ella", señalaba sobre la contradicción que existe entre los gestores del litoral municipal. En este caso, el Ayuntamiento, aunque cualquier acto que se celebre sobre la arena debe contar con el visto bueno de Costas.

La concejala del PP, Mimi González, bajo cuyo mandato como responsable de Playas se creó la Microárea, manifestaba al respecto que hay que "medir el uso de la playa", la frecuencia con la que se realizan las actividades para buscar ese equilibrio que permita que este litoral urbano siga siendo calificado como excelente por sus aguas y su arena, más si cabe cuando la playa se ha convertido en un reclamo publicitario para la ciudad. "Hay que ser coherentes. Si es la joya de la corona y un bien natural tenemos que cuidarla, medir su uso, para que la gestión sea sostenible. Y ese uso hay que consensuarlo con el Foro que para eso existe".

El concejal de Ciudad de Mar, José Eduardo Ramírez, indicaba al respecto que no se han incrementado el número de actividades que se celebran sobre la playa respecto a otros años, aunque los usuarios tengan esa percepción. "Puedo entender la crítica, pero no ha habido un incremento con respecto a otros años. Lo que sí estamos haciendo es cuidando mucho el tipo de eventos que se celebran", dijo. Y en este sentido, apuntó que el desfile de moda del pasado fin de semana cumplía perfectamente con las indicaciones para celebrar estos actos como es el que las estructuras sean desmontables y que no sean grandes instalaciones para no dañar el entorno. Además de que ser un evento de "la máxima calidad, con proyección internacional que posiciona a la playa y a la ciudad como destino turístico".

Ramírez manifestó que, por contra, se han incrementado el número de peticiones dado que la playa es un "atractivo importante para muchas marcas". "Rechazamos tres de cada cuatro peticiones", aclaró el edil, quien reveló que "no se quiere saturar la playa, pese a que es un escaparate inigualable".

Respecto a por qué no se consulta al Foro sobre las actividades que se van a realizar en Las Canteras, Ramírez declaró que el foro se reúne "cada tres o cuatro meses" y que algunos eventos se "plantean con poco tiempo". No obstante, indicó que no había tenido ninguna queja del foro como tal respecto a este asunto. "Lo que sí se ha tratado en el foro es que hay que descargar la playa de actividad y, en ese sentido, respetamos esa decisión".

Ramírez explicó que la concejalía comparte la preocupación de los usuarios por la protección de la playa y que para ello están trabajando como es el caso de crear espacios "sin humos", último proyecto del Ayuntamiento sobre este espacio. "Cambiaremos el reglamento sobre la playa y aprovecharemos también para fijar criterios sobre los usos que puede haber en función del impacto económico, social y medioambiental. Para fijarlos y ser objetivos hemos encargado a una especialista de la Universidad un estudio para conocer cómo medirlos".

Consensuar esos criterios no será nada fácil teniendo en cuenta la cantidad de negocios que se han generado alrededor de la playa en los últimos años, muchos de los cuales se benefician de la celebración de este tipo de eventos y que algunos están presentes en el foro.

Pero ¿qué huella dejan en la playa estas actividades?. Ignacio Alonso Bilbao, doctor en Ciencias del Mar en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y que realizó en 2015 un estudio sobre el balance de sedimento de la arena de Las Canteras, argumentaba este martes que el impacto "depende de la actividad", aunque teniendo en cuenta las premisas que marca el Ayuntamiento para dar el permiso como es la "precaución de no generar residuos, de limpieza a fondo tras el evento, de carpas desmontables" las huellas de los eventos sobre la arena suelen ser "mínimos".

"La afección es mínima. Cualquier persona que vaya a la playa con calzado o sin él puede estar contaminando la playa", sostenía respecto a la asistencia de público al evento, mientras recalcaba que las cremas y protectores solares que usan los bañistas están dejando más huella en la arena y en el agua, y no por eso prohiben. "En Las Canteras nunca ha habido contaminación de bacterias salvo cuando ha llegado algún vertido por la costa", añadió. En su opinión, Las Canteras es un "recurso maravilloso de distinta índole. Económica, lúdica, turística, medio ambiental y paisajística. Y en este contexto hay que utilizarlo con criterio y con rigor", dijo antes de prohibir por prohibir.

Carolina Peña Alonso, geógrafa y doctora en gestión costera en el Instituto de Oceonagrafía y Cambio Global de la ULPGC, aseguró que es difícil determinar el impacto de estos eventos sobre Las Canteras ya que es una playa urbana que está "muy alterada de base" debido a su uso, al haber perdido sus dunas al quedar atrapada por la urbanización del Istmo y al estar sometida a una limpieza diaria que elimina y allana el crecimiento de la vegetación natural, incluida la de los bordillos del paseo que está rastrillada. "Una zapatilla de una persona puede llevar semillas de otros entornos exóticos que se pudieran dispersar en la playa pero al pasar todos los días el tractor es difícil", comentó.

Peña cree que es muy importante controlar los residuos que generan este tipo de actos para que no caigan al mar, dado que ahí no hay ninguna limpieza, del mismo modo que los emisarios, las alcantarillas y el entorno de la playa al estar inmersa Las Canteras en un entorno urbano.